VITORIA - La bajada y subida de Celedón llegará acompañada los próximos 4 y 9 de agosto con el estreno de una bota de plástico verde reciclable y reutilizable que nace con la ambición de incorporarse como un nuevo elemento al panorama festivo en las sucesivas celebraciones de La Blanca. Un recipiente tan arraigado en las costumbres alavesas, y que incluso forma parte del atuendo del mítico aldeano que desciende del cielo, tiene la intención de convertirse en elemento central de los primeros compases y minutos de la fiesta. La novedosa prohibición del Ayuntamiento para introducir recipientes de vidrio en el epicentro de la fiesta a la hora de recibir y despedir al emblemático muñeco, ha ocasionado la necesidad de crear un recipiente “innovador y pionero”, como esbozó el alcalde, Gorka Urtaran, al certificar su destierro en las celebraciones de La Blanca desde esta edición de las fiestas.

Ayer correspondió a la asociación Gasteiz Wine City, en colaboración con la firma comercial Eroski, disipar el misterio de las últimas semanas y alumbrar este nuevo elemento de la fiesta, con la intención de que las miles de personas presentes en la Plaza de la Virgen Blanca desparramen el vino espumoso o cualquier líquido con este artilugio. Después de varios meses manejando varias alternativas y opciones, “nuestro propio ideario de la asociación nos puso sobre la pista correcta al trabajar por restaurar elementos tradicionales en el mundo del vino. Ahí encontramos la solución”, argumentó el vicepresidente de la asociación, Valentín Basáñez, para justificar la elección de la bota. Abogó por devolver al primer plano de la actualidad a este elemento en un “momento importante y singular” como es el descenso desde la torre de San Miguel del emblema de las fiestas. “Se trata además de algo que entronca con la historia de la ciudad y de un personaje como Celedón”, reforzó Basáñez. Abogó además por la “apuesta que supone esta solución de largo recorrido” que tiene la intención de consolidarse e integrarse en la tradición como lo es el puro que se prende mientras desciende el añorado muñeco por su cable.

Una vez que se encontró la solución alternativa, hubo también tiempo para transmitir la propuesta al Ayuntamiento que ha ido “conociendo las líneas de trabajo y cómo íbamos avanzando con el proyecto”, recalcó el responsable de la asociación que ha puesto en marcha la iniciativa. Vinculó esta novedad que se suma a la tradición de las fiestas a su propósito de “colocar a Vitoria como una ciudad moderna, que aporta ideas de valor y se la relaciona con el mundo del vino”. En este sentido, recordó que en 2016 se asistió también a otra revolución como fue la sustitución de la tradicional carrera de burros del Día de Santiago, por la de barricas y que vivirá el próximo 25 de julio su segunda edición, también promovido por Gasteiz Wine City.

propuesta sostenible El nuevo artilugio festivo tiene una capacidad de 0,75 litros y nace como “una propuesta sostenible y medioambientalmente válida en una ciudad que ha apostado por la cultura de lo verde”, enfatizó el director de Relaciones Institucionales de Eroski, Josean Yela. La firma comercial se mostró de inmediato partidaria de respaldar el proyecto en cuanto surgieron los primeros contactos con los promotores. “Hemos apostado por un elemento reciclable, reutilizable que perdure en el tiempo y tenga muchos usos. De ahí el color verde, en lugar del tradicional corporativo de nuestra firma”, recalcó Yela.

Las novedosas botas de plástico verde van a llevar impreso el lema “Ez bota la bota”, haciendo un juego de palabras entre los dos idiomas que anime a la reutilización y el reciclaje. Para la especial ocasión de su estreno se ha elaborado una tirada de 12.000 unidades que se pretenda sean el elemento distintivo y novedoso en el inicio de las próximas fiestas de La Blanca. “Es una cantidad lógica y razonable y ya veremos si nos hemos pasado o nos hemos quedado cortos”, calculó Yela. Las botas verdes se van a poner a la venta entre la segunda y la tercera semana de julio en todos los establecimientos que Eroski tiene repartidos por la capital alavesa. Va a tener un precio de 0,50 céntimos cada unidad y se ha pensado en destinar toda la recaudación que se obtenga por su venta a un “proyecto de educación medioambiental del que informaremos más adelante”, concluyó el responsable de Eroski.