Oion vivió ayer una gloriosa jornada, la segunda de la Fiesta del Aceite de Oliva de Rioja Alavesa, en la que vecinos y visitantes pudieron disfrutar de dos acontecimientos. Por un lado, la visita a las instalaciones del Trujal Almazara, un claro ejemplo de apuesta por la calidad agroalimentaria, y por otra con la tradición de degustar la pringada, la tosta de pan con aceite de oliva virgen extra.
Desde primeras horas de la mañana, el tramo de carretera de Oion al Trujal, enfrente del viejo silo de cereales fue el lugar de trasiego de una gran cantidad de personas deseosas de conocer esa empresa familiar, privada, y muy comprometida con la producción de aceite de calidad. Sus propietarios, Félix García y Mari Cruz Arce recibieron a las oleadas de visitantes a quienes contaban la historia de la empresa y mostraban las instalaciones. Un lugar donde hasta no hace mucho tiempo, además, destilaban licores. Sin embargo, ante el auge que experimenta el consumo de aceite de oliva decidieron dedicarse exclusivamente a ese producto.
De hecho a la gran mayoría de los que se acercaron al Trujal Almazara les sorprendió el tamaño de la empresa, que ha ampliado espacios para instalar maquinaria de mayor tamaño y con mayores garantías de calidad. Félix García comentaba que en los últimos tiempos han realizado inversiones de más de 300.000 euros para seguir siendo el mejor Trujal y el lugar de referencia al que acuden los olivicultores de Rioja Alavesa, La Rioja y parte de Navarra.
Oion cuenta con un enorme prestigio en el mundo del aceite. El historiador local, Manuel González Pastor recordaba que, en la actualidad, la localidad cuenta con dos trujales: el Trujal Almazara y el de la Cooperativa. Pero hasta los años 20 llegó a tener hasta cinco: el de José María, en la calle Buenos Aires; el de Ventura Ruiz Carrillo, donde el matadero y la cárcel; el de Sabas Palacios, en el río de los Huertos; el de Críspulo Olano, en la calle Canta Las Ranas, actualmente avenida de Navarra; y el del señor Daniel, sito en la salida de la carretera de Oyón a Moreda, detrás de la antigua panadería de Julián Zabala. No se conserva ninguno, pero la producción siguió y así surgieron los proyectos que mantienen vivo y en crecimiento la producción en la zona.
El nombre del Trujal Almazara, dedicado exclusivamente a la molturación y comercialización de aceite de oliva virgen extra, significa molino de aceite. “Almazara es una palabra árabe y trujal es latín. Recogemos la aceituna de los agricultores, de los que están a 30 kilómetros a la redonda, la molemos y extraemos el aceite, que es su zumo natural, y lo convertimos en aceite de oliva virgen extra” explicaba García.
Se trata de una tarea ingente, aunque ya no hay tantos olivos como llegó a tener la localidad. Hasta 23.500 y con algunas plantaciones de más de 1.000 árboles, como los términos de Malpica y Cerrado de las Monjas, como recuerda Manuel González Pastor. Pero lo que se ha perdido en cantidad se ha ganado en calidad, y Félix García lo confirma desgranando su labor. “Separamos las aceitunas y prensamos dos partes separadas. Una es la del aceite de Euskolabel, que pertenece a Rioja Alavesa, y en otra partida mezclamos las veinte variedades que se producen en el entorno, un territorio en el que entra Rioja Alavesa, La Rioja y un poquito de Navarra”, apunta. El resultado son unos aceites auténticos, cuidados y de calidad contrastada. Unos van a las firmas que los comercializan, generalmente bodegas de la Denominación de Origen Calificada Rioja y otros los comercializan ellos a través de varias marcas, la última de ellas La Hechicera.
Tras el paseo, los visitantes se acercaron hasta la plaza San Vicente, donde las voluntarias de la asociación Afnadaho, la asociación de familiares de niños con déficit de atención e hiperactividad de Oion, repartían la pringada, acompañadas por la música de las trikitixas.
Con paciencia y cariño tostaron el pan blanco hasta que se tornó dorado y entonces añadieron generosos chorros de aceite de oliva virgen extra del Trujal Almazara. Lo que antiguamente fue el almuerzo o merienda en muchos pueblos, ahora es una oportunidad de disfrutar de un producto de extraordinaria calidad. Eso se podrá comprobar el próximo fin de semana en Moreda de Álava, cuando se inaugure la feria en la que estarán presentes elaboradores, trujales y comercializadores de aceite de oliva virgen de la comarca en lo que será la tercera y última jornada de la VI Fiesta del Aceite de Oliva de Rioja Alavesa.
Trujal Almazara. Durante la visita al Trujal Almazara, su responsable, Félix García, explicó su metodología de trabajo y la manera en la que obtienen el preciado aceite virgen extra con Euskolabel.
‘Pringadas’. Tras la visita, los participantes en la Fiesta del Aceite de Oliva de Rioja Alavesa se dirigieron a la plaza de San Vicente, en Oion, donde los voluntarias de Afnadaho procedieron a la preparación y reparto de las ‘pringadas’, tostadas de pan blanco cubiertas de aceite de oliva virgen extra del trujal local.