en la víspera del 3 de marzo, la sociedad vitoriana cambia el semblante y se prepara para afrontar una jornada de orgullo y reivindicación. Un día marcado a fuego en el calendario en el que los sentimientos afloran de una forma especial. Al margen de los actos oficiales organizados por las asociaciones e instituciones, un grupo de desconocidos quiso el jueves dedicar su particular homenaje a las víctimas del 3 de marzo colocando una pancarta, unos monolitos con las imágenes de los obreros asesinados por la Policía Armada con sus nombres y unas antorchas de colores en su honor. El lugar elegido para ubicar esta instalación de recuerdo fue la confluencia de Los Arquillos con la Cuesta de San Vicente, en el punto conocido como El Farolón.
El jueves por la noche se encendieron las llamas de las antorchas y muchos de los viandantes que pasaron junto al homenaje dieron cuenta de su presencia en las redes sociales. Una muestra espontánea del compromiso de la ciudad con sus vecinos caídos hace 41 años.
Sin embargo, la instalación no permaneció en el lugar más allá de las 8.30 horas de ayer. En ese momento, un camión del servicio municipal de limpieza hizo su entrada en escena, al parecer advertido por los agentes de la Policía Local, y se lo llevó todo.
Desde el Ayuntamiento, los responsables municipales explicaron que “no existía aviso alguno de la instalación y no se había presentado ninguna solicitud de ocupación de espacio público, de manera que el servicio de limpieza actuó como actúa con cualquier otra pancarta que aparece en el Casco Viejo”. “Se retiró porque es lo que siempre se hace en estos casos”.