Maeztu - Es la historia que se repite por todos los pequeños núcleos de población. El hecho de que cuenten con pocos vecinos se convierte en un desinterés para las grandes compañías de servicios, a no ser que planteen batalla para poder lograr algo parecido a lo que en las grandes ciudades es habitual.
Y eso es lo que ha tenido que ocurrir en Musitu, un pequeño núcleo de población dependiente del Ayuntamiento de Maestu, en el que reside una decena de habitantes. Tras años de pelea con la compañía Telefónica para intentar dar solución a un servicio tan básico, y tan ausente en este pueblo, como es el de la telefonía fija y servicio de Internet, finalmente, lo han logrado.
En el Ayuntamiento ya no sabían qué hacer para poder tener comunicado a ese municipio, porque la señal de la telefonía móvil tampoco era la mejor posible. El alcalde, Anartz Gorrotxategui, trató de lograr incluso poder tener una antena del sistema de Emergencias del País Vasco Tetra, para que sirviera, al menos, para avisar a los servicios de Emergencia en caso de necesidad. Finalmente, fue el propio Ayuntamiento quien solicitó la instalación de un servicio tan básico como el de telefonía y en esa operación intervino la teniente de diputado, Pilar García de Salazar, que implicó el apoyo institucional para reclamar a las compañías ese derecho tan básico y que finalmente ha tenido un final positivo.
Musitu era de los pocos pueblos de Álava que no disponían de telefonía fija por cable y estaban con un teléfono público antiguo con sistema GSM que funcionaba cuando quería. Según los vecinos, “Musitu lleva más de diez años incomunicado, literalmente hablando y, al final, parece que hemos conseguido tener teléfono”, explicó ayer satisfecho el representante de esta pequeña localidad de la Montaña.
Musitu no es único núcleo de Álava que tiene problemas con las telecomunicaciones. En Añana durante años los vecinos no han podido conectar los canales de televisión en varios pequeños núcleos rurales. Y en Peñacerrada, sin ir más lejos, las dificultades continúan.
Cuando hace ahora dos años Telefónica anunció a los anteriores alcaldes de Peñacerrada y Bernedo que se iban a realizar inversiones para que cualquier vecino pudiera disponer de telefonía e Internet, muchos pensaron que, por fin, se acababan años de discriminación con respecto a otras localidades. Las empresas creyeron que podrían usar las nuevas tecnologías para las presentaciones telemáticas de sus declaraciones de impuestos o que sus páginas web serían una ayuda para sus fines. En el consultorio médico respiraron pensaron que, por fin, accederían sin problemas a los historiales médicos de los pacientes y que podrían canalizar citas médicas sin tener que llamar por teléfono a Vitoria. Y hasta en los ayuntamientos se mostraron confiados en poder enviar correos electrónicos a los vecinos e instituciones sin que este sencillo y rutinario paso para cualquier alavés se convirtiera en una tarea de titanes. Solucionar esos problemas era sólo cuestión de una inversión de 30.000 euros, una cantidad pequeña de dinero, incluida en las inversiones de 40 millones con las que Telefónica manifestaba su interés y compromiso con Álava.
Sin embargo, a las averías se sumaba la falta de cajetines para más líneas y, sobre todo, la inexistencia de una red cableada por los pueblos de la zona. Y así continúan. Al final, fue la compañía Vodafone la que instaló una antena para dar servicio a Payueta y Loza pero, en general, hay problemas en los municipios. En Faido hay casas que no tienen ni tenefonía fija y el teléfono público que tenían en el pueblo tampoco funcionaba. - P.J.P.