El concejal de Seguridad Ciudadana, el socialista Carlos Zapatero, tiene claro que “una ciudad moderna no puede tener 3.500 semáforos” -los que integran actualmente el parque regulador de Vitoria-, si bien advierte a la ciudadanía de que “la tendencia para los próximos años será a aumentar” el número de estos elementos. La explicación a esta aparente contradicción radica en los dos proyectos estrella de la movilidad urbana: la ampliación del tranvía y la implantación del BRT. La entrada en escena sólo del segundo de ellos obligará, tal y como reveló el edil, a instalar cerca de 40 discos extra para garantizar la seguridad del trazado. A preguntas del portavoz de Podemos en la comisión de Seguridad Vial, Jorge Hinojal, Zapatero reconoció ayer que el elevado número de semáforos que jalonan los cruces de la capital alavesa obedece, sobre todo, “a las demandas de los vecinos”, si bien explicó que “la semaforización es el último recurso para el refuerzo de la seguridad vial”. Hinojal, quien entendió posible que estos 40 nuevos discos sean necesarios, pidió a Zapatero que se replantee la reducción de los otros 3.500.
El concejal socialista insistió en que las sucesivas decisiones de ampliar el parque de semáforos adoptadas por los últimos gobiernos municipales ha respondido a la impresión ciudadana de que el sistema tricolor de luces constituye el remedio más eficaz para frenar la velocidad excesiva y los accidentes.
ralentizar el tráfico Pese a esta percepción, el responsable de Seguridad Ciudadana señaló que su departamento intenta “reducir la sensación de riesgo con la implantación de un extenso catálogo de medidas de calmado del tráfico”. Llegados a este punto, el titular de Seguridad Ciudadana admitió dudar de la eficacia de “inundar una ciudad moderna de semáforos”, si bien avisó, a renglón seguido, que “la tendencia en los próximos años puede que pase por un aumento del número de semáforos” a causa del tranvía y del BRT. Hinojal, por su parte, se sintió “apenado” por las explicaciones de Zapatero. “Quizá el BRT nos obligue a instalar 40 nuevos semáforos, pero seguimos preguntándonos por qué mantenemos los otros 3.500”. Aseguró que tanto las asociaciones de ciclistas como los mismos conductores de autobuses de Tuvisa aseguran que el actual excedente semafórico “ralentiza” el tráfico, pero no incrementa la seguridad viaria.
Rebajar la cifra de discos en Vitoria requeriría, según apercibió Zapatero, de “un amplio consenso político y de la participación ciudadana”. “Ya se han llevado a cabo algunas tentativas en este sentido y muchas veces ha sido necesario recular a instancias de los propios ciudadanos”, observó. El problema es mayor en el centro de la ciudad. La urbanización desde cero y con criterios modernos ha permitido rebajar la cifra de discos en los nuevos barrios nuevos.
Hace ya un año, el Foro de Movilidad de Vitoria estuvo trabajando en torno a esta cuestión y certificó que la ciudad padece una saturación semafórica. Una solución que, lejos de solventar los problemas relacionados con la seguridad vial, genera en los conductores una sensación de normalidad cuando no se detienen ante las luces rojas o cuando apuran demasiado con el disco en ámbar. Como ejemplos de referentes en los que se debería mirar la capital alavesa, Hinojal citó las experiencias de Suffolk en Reino Unido, Dresde en Alemania o, mucho más cercana, Pontevedra, ciudad en la cual no se han registrado accidentes graves entre conductores y ciclistas desde que se redujo la cifra de semáforos y se adecuaron las calzadas para que ambos medios las compartieran pacíficamente.