vitoria - Las obras de Garoña, dirigidas por el ingeniero industrial Joaquín Cervera, arrancaron en 1966, sólo tres años después de que Nuclenor hubiera obtenido la autorización para la construcción. En 1971 la nueva planta se acopló a la red eléctrica y comenzó a funcionar con 460 megavatios. Desde entonces, la central nuclear comenzó a generar entre 3.500 y 3.700 GWh (gigavatios por hora) de media al año, en torno al 90% de carga, y así continuó para beneficio de Nuclenor, empresa formada por Iberduero y Electra de Viesgo, y más adelante, tras movimientos accionariales, por Iberdrola y Endesa. La infraestructura, que partió con un capital inicial de cinco millones de pesetas, quedó amortizada mucho antes de que llegara al límite de su vida útil, 40 años. En 2011, la central generó 150 millones de euros de beneficios a pesar de que la producción tan sólo supuso el 1,4% del total eléctrico de España. La escasa aportación a la demanda energética del país ya era para entonces una de las principales quejas de los ecologistas. - M.G.
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