gasteiz - La ciudad de Vitoria cuenta ya con el Presupuesto 2017 aprobado, después de que ayer en la segunda votación del Pleno, y con el posicionamiento favorable del alcalde, Gorka Urtaran, saliera adelante la cuestión de confianza planteada por el propio regidor y vinculada a la aprobación del borrador de las Cuentas, presentado el pasado 30 de noviembre.

El visto bueno llegó poco antes de la una del mediodía, y como broche al desarrollo de una sesión extraordinaria, con el único punto en el orden del día de someter a votación del Pleno la primera cuestión de confianza en la existencia democrática del Ayuntamiento, planteada por el primer edil hace una semana. El sentido del voto del regidor jeltzale, en calidad de presidente de la Corporación, vino a romper el cantado triple empate, a nueve votos, con el que se cerró la doble ronda de votación nominal y por orden alfabético de los 27 ediles. Las posiciones estaban fijadas y eran conocidas de antemano, con los nueve votos afirmativos del equipo de gobierno compartido por PNV y PSE. La posición contraria del PP, como grupo más representado con la misma cantidad de concejales, y otros nueve representantes de EH Bildu, Podemos e Irabazi, que optaron por la vía de la abstención. Ante esa situación de máxima igualdad, tomó la palabra Urtaran para declarar, en euskera, “aprobada la moción de confianza y aprobado el proyecto de Presupuesto para 2017”, concluyó el regidor con evidente tono de satisfacción en sus palabras.

Se cerraron con esa solemne aseveración 180 minutos de una matinal marcada por las recriminaciones, gruesas en ocasiones, cruzadas entre los representantes de la media docena de formaciones con representación en el Ayuntamiento. Dio también por zanjado Urtaran, en menos de una semana, el terremoto provocado con su decisión de recurrir a una herramienta, que la legislación electoral pone en su mano, tras asistir, el pasado 27 de enero, al trauma de ver cómo el mismo Pleno tumbó el borrador ayer aprobado, con los votos en contra de PP y EH Bildu.

Ahuyenta de esta manera la capital alavesa el fantasma de la sexta prórroga presupuestaria de su historia reciente y se dota de un Presupuesto, de 361 millones de euros, para el presente ejercicio con el que acometer las inversiones y nuevos proyectos en el segundo año de legislatura del regidor jeltzale. Quedan pendientes de incorporar y añadir, mediante la figura de diversos créditos, las partidas económicas, cercanas a un valor total de seis millones de euros, acordadas con Podemos e Irabazi y que llevaron a la abstención de los tres concejales de ambas formaciones. A partir de ahora tiene las manos libres el equipo de gobierno para poner en marcha cuestiones importantes para la ciudadanía, como la llegada del tranvía a Salburua, la implantación del autobús exprés, el proyecto Bost Enparantza, el Gasteiz Antzokia, el aparcamiento en silo de Arana o los proyectos incluidos en los presupuestos participativos, entre otros. “Es fundamental tener un Presupuesto, romper con la dinámica del bloqueo de muchos años y centrarnos en la ciudadanía. Ellos nos piden poner en marcha los proyectos y Vitoria como ciudad sale fortalecida. Nos pagan para acordar y sacar iniciativas adelante”, remató Urtaran antes de la decisiva votación final.

áspero debate Concluyó el alcalde los turnos de intervención de los respectivos grupos, como colofón a una matinal en la que volvieron a repetirse los argumentos de las seis formaciones exhibidos durante el proceso de negociación presupuestaria.

Recordó el regidor la salida de la cuestión de confianza como “lo mejor para una nueva Vitoria tolerante, alejada del conflicto y ejemplo de convivencia en diversidad”, enfatizó. Repasó y enumeró a continuación el calado de los proyectos a acometer con el dinero que proporciona el Presupuesto. Esa bonanza chocó con la dura respuesta de la portavoz del PP, Leticia Comerón, que situó a Urtaran “en un momento de máxima debilidad” al frente de la Alcaldía, como consecuencia de “fiarse de un pacto de perdedores que no ha tenido continuidad”, recriminó. Aludió la popular a la medida buscada por Urtaran de “imponer un proyecto que tuvo tres enmiendas a la totalidad y al que ustedes presentaron 61 autoenmiendas”. Recordó, además, el “empeño” del jeltzale por “convertirse en alcalde tras ser la tercera fuerza política y perder votos” en las últimas elecciones. “Si se votase en la calle Urtaran no continuaría en la Alcaldía y tendría menos apoyos”, concluyó.

En términos de similar dureza se empleó la cabeza visible de EH Bildu, Miren Larrion, que criticó haber convocado un Pleno “para perder el tiempo” y calificar el borrador finalmente aprobado como las Cuentas “del mus y el órdago, no fiables, ni modélicas”. De nuevo expresó Larrion su gustó por la Historia al comparar la situación política de Vitoria con mitos como los de la Caja de Pandora o el juicio de Salomón para atacar al PP. “Si van a partir al niño, siempre se lo vamos a dar al otro. Bildu será la madre que prefiere que se salve el hijo que tener la razón”, recriminó.

También dos formaciones como Podemos e Irabazi, que se alinearon con la abstención, tuvieron reproches hacia el equipo de gobierno. “El cambio se demuestra con hechos y no con buenas intenciones. Es un fracaso no haber acordado entre nosotros en beneficio de la ciudadanía”, proclamó el portavoz de la formación de los círculos, Jorge Hinojal. Desde las filas de Irabazi, su concejal, Óscar Fernández, aireó el deseo de “no permitir que se nos vuelva a decepcionar” porque Urtaran puede estar ante la “última oportunidad” con un severo aviso: “Este voto de abstención puede volverse en contra si nada cambia y mañana puede quedarse solo”, concretó mirando al alcalde.

Las únicas frases de alivio para el regidor llegaron desde sus propios compañeros de filas. La responsable de Hacienda, Itziar Gonzalo, recordó cómo el Presupuesto ya aprobado contiene “proyectos que la ciudadanía demanda y necesita y, además, está abierto a sumar mejoras, desde Irabazi al PP”, instó. También el portavoz socialista, y socio de gobierno, Peio López de Munain, alabó haber “intentado hasta el último momento alcanzar un acuerdo”, concluyó el teniente de alcalde.