vitoria - Veinte años al frente de una ciudad son los suficientes para convertirse en el mejor evaluador de desarrollo urbanístico de una ciudad. Este caso es el de José Ángel Cuerda, alcalde de Vitoria durante cinco legislaturas consecutivas (1979-1999), quien ayer durante la primera sesión de las jornadas Vitoria-Gasteiz a examen en la universidad, celebradas en la Facultad de Farmacia, fruto del convenio entre Udalbiltza y el Ayuntamiento de Vitoria, señaló los que, en su opinión, eran los tres aspectos más negativos de la capital alavesa: el paso del tranvía por el centro de la ciudad, la existencia de cinco cuerpos de Policía (Local, Miñones, Ertzaintza, Guardia Civil, más el gobierno militar de Arkaute) y “la situación de ilegalidad manifiesta” que se produjo durante la compra del solar sobre el que se levantó el centro comercial El Boulevard, en Zaramaga.

Así, por ejemplo, dentro del pasado reciente de la ciudad, uno de los resquemores que le quedan al exacalde tiene que ver con la llegada del metro ligero a la capital alavesa, puesto que, como denunció, “dos requisitos fundamentales para instalar un tranvía se incumplen en Vitoria”. Y eso que Cuerda, como recordó, ya intentó advertir de ellos mediante el reparto de un centenar de informes “que yo mismo fotocopié” sobre el trazado que se debía seguir, tal y como recomendaban los expertos urbanistas franceses que en su día ejecutaron el tranvía de Burdeos. Unas condiciones a las que, finalmente, se hizo caso omiso. “Nunca debe atravesar el centro de la ciudad y aquí hemos pasado por completo, y la vía del tranvía no puede ser ocupada por otro tipo de vehículo y en Vitoria van por ella los autobuses y las bicis”, censuró Cuerda, quien ejemplificó el ruido como molestia principal de los vecinos que soportan el tranvía por el centro de Vitoria. “En General Álava es como si pasara por el comedor de tu casa”, denunció el exprimer edil, quien al residir en la calle Sancho El Sabio sabe lo que es sufrir de cerca que la serpiente verdinegra circule debajo de casa. “A mí me despierta siempre a las 6.15 horas y eso que Sancho El Sabio es una calle más amplia que General Álava donde, además, sus aceras se han reducido a prácticamente un metro desde su llegada”.

Fiel a su carácter, enérgico y contundente, el gesto de Cuerda también se torció a la hora de hablar de cómo se había efectuado la venta de la parcela de Forjas Alavesas, cuyos antiguos terrenos en Zaramaga hoy día los ocupa El Boulevard. “Un grupo de empresarios quería comprar al Ayuntamiento esos terrenos y les dije que no”, precisó Cuerda. Pero con el siguiente alcalde (Alfonso Alonso) llegaron a un acuerdo por el que Sidenor volvía a ser dueña del terreno, en lugar del Consistorio, ya que éste último rescindió su contrato como propietario de la parcela, lo que hizo propiciar la venta, al ser esta vez entre particulares. “Fue una situación de ilegalidad manifiesta, pero nadie dijo ni pío, y se construyó El Boulevard”, criticó el político.

Este proyecto empresarial no estuvo exento de polémica. Y es que, al poco de inaugurarse, sus dueños vendieron el complejo por 144 millones de euros y lograron plusvalías de 36 millones. Un hecho que motivó una comisión de investigación en el Ayuntamiento y el tirón de orejas del Tribunal Vasco de Cuentas, que concluyó que Alonso no había garantizado a la ciudad parte de los beneficios de la operación de venta y que, a la vez, el proyecto no había cumplido con su objetivo de apoyar al comercio local.

Respecto al futuro de Vitoria, Cuerda considera que otra tarea pendiente de la ciudad es la reducción de los “cinco” cuerpos de Policía. “Me gustaría que pudieran evolucionar, pero es complicado”, desea el político y abogado vitoriano de 83 años, quien pese estas excepciones, se muestra orgulloso del modelo de urbe que consiguió. Y, para muestra, el pasaje del libro del historiador Antonio Rivera La utopía futura que el propio exalcalde citó: “Lo que Cuerda diseñó fue una ciudad típicamente socialdemócrata”.

antzoki en el Casco Conseguir que Vitoria sea una ciudad educadora es la estrategia básica para alcanzar la sostenibilidad y el bienestar de sus ciudadanos. Por eso, el resto de ponentes de la primera sesión de las jornadas Vitoria-Gasteiz a examen en la universidad, celebrada ayer, coincidieron en señalar que éste es el modelo ideal a la hora de potenciar los retos pendientes de la capital alavesa, como es el caso del uso del euskera entre sus hablantes.

En este sentido, el doctor en Arquitectura y profesor de Urbanismo, Unai Fernández de Betoño, tiene muy clara cuál es la ubicación ideal de uno de los proyectos pendientes de Vitoria, el Kafe Antzokia. “El Casco Viejo es el lugar adecuado para ubicar el Kafe Antzokia de Vitoria”, detalló Fernández de Betoño. Tal y como opina el experto en urbanismo, no habría que ponerlo muy lejos de la almendra medieval, al ser ésta uno de los barrios en los que se promueve el uso del euskera. “Está la casa del euskera Oihaneder, el gaztetxe, la plaza del Machete, Cuchillería, con sus bares en los que se habla euskera. Este barrio también es la sede de Hala Bedi Irratia (Bueno Monreal, 16) y la publicación Alea (calle Las escuelas, 10)”, agregó.

Por su parte, Eva Ugarte, miembro de Neiker, expuso en su ponencia Ideas para una estrategia de alimentación para Vitoria la necesidad de una revisión normativa “para facilitar las instalaciones agroganaderas en el municipio de Vitoria”. Además de ello, Ugarte también propuso iniciativas innovadoras para este municipio, como el cultivo experimental de plantas aromáticas (lavanda) “para dar un uso provisional a las parcelas vacantes” y la plantación de colza en parcelas con suelos parcialmente contaminados.

Mientras, Imanol Esnaola, coordinador de Gaindegia, citó en su charla Ordenación de Álava, que este territorio sigue siendo “monocéntrico”, al concentrar su capital (250.000 habitantes), la mayoría de la población de la provincia.