Vitoria - Más de cuatrocientas personas de 37 nacionalidades distintas unieron su voz ayer en el Palacio Europa en contra del racismo y la xenofobia en el encuentro de la familia Bizilagunak. Un acto en el que los asistentes, niños y niñas, jóvenes y adultos, protagonizaron un gesto simbólico, con cuerdas de hilo y lana colocadas en los asientos de las que todos se desenredaron, desenmarañándose así de los rumores infundados. El objetivo, señalaron los organizadores, era “conocerse y servir de punto de encuentro para que todas las personas continúen siendo agentes antirumores en la lucha contra el racismo y la xenofobia, sembrando el camino para construir verdaderas ciudades y pueblos refugio”.
El acto contó con la presencia de Rosabel Argote, responsable de CEAR en Álava, la diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Igone Martínez Luna, Mikel Maestre, participante y anfitrión en Bizilagunak, y Rodrigue Bembide, invitado en los encuentros de esta iniciativa, que acostumbra a reunir alrededor de una mesa a personas de diferentes nacionalidades y culturas para fomentar la convivencia entre diferentes. Los más de cuatrocientos asistentes de 227 familias que acudieron ayer a la cita en el Europa abrieron el pasado día 13 las puertas de sus hogares para compartir mantel con familiares, amigos y personas de otras culturas no sólo en Vitoria, sino en diferentes puntos del territorio alavés. “Fue un gesto para decir que no podemos abrir las fronteras a las personas refugiadas que están allí, en Siria, Ucrania, Congo, Nicaragua? pero sí podemos empezar por abrir las puertas de nuestros hogares a las personas refugiadas que están aquí”, recordaron los responsables del programa.
De hecho, las Cuadrillas de Ayala, Campezo-Montaña Alavesa y de Llanada Alavesa se sumaron por primera vez, en el encuentro del día 13, a esta iniciativa de convivencia intercultural, a la que Vitoria se unía por tercer año consecutivo. En total, 227 familias se inscribieron en Álava para participar en las 93 comidas que tuvieron lugar tanto en Vitoria, donde formaron parte de la propuesta las más de cuatrocientas personas que se reencontraron ayer en el Palacio Europa, como en Agurain (103 personas), Araia (58), Alegría-Dulantzi (39), Maestu (54), Santa Cruz de Campezo (11), Amurrio (31) y Laudio (5 personas). Además de las familias locales, se sumaron personas de diferentes procedencias, como Marruecos, Sahara Occidental, República Dominicana, Ecuador, Portugal, Ucrania, Cuba, Senegal e Italia, entre otras.
Así, sembrando poco a poco el camino, Bizilagunak ha logrado involucrar en este proyecto desde 2012 a unas 4.000 participantes en todo Euskadi, pues son muchas las personas de origen cultural diverso a las que les gustaría dar el paso y acercarse para aunar experiencias y vivencias, pero no siempre encuentran la oportunidad. Por eso Bizilagunak facilita esos encuentros “estableciendo nuevos contactos y relaciones, amistades entre personas culturalmente diversas y personas inmigrantes que encontraron su nuevo hogar aquí”. Y es que, pese a a haber nacido en muchos casos a miles de kilómetros de distancia unos de otros, todos los participantes comparten, como demostraron ayer, principios propios y universales de convivencia e interculturalidad.