vitoria - La ciudad ya ha sentado las bases para la construcción de un sistema agroalimentario sostenible. Falta ahora adoptar las medidas necesarias para que los 21 retos reflejados en el papel se tornen realidad. El primer paso será crear un Consejo Alimentario, un órgano de coordinación entre todos los agentes e instituciones implicados en este camino hacia el cambio alimentario.
Mejorar los menús
La iniciativa consiste en abastecer los comedores públicos que gestiona el Ayuntamiento de productos locales, comprados a los productores del entorno, y ecológicos, para mejorar los menús diarios de los estudiantes. En este sentido, una de las medidas que se plantea es ofrecer ayudas municipales y que estos vales se canjeen en centros de producción como la huerta de Cáritas.
Cruzar datos
Se trata de fomentar la conexión entre transformadores, distribuidores y comerciantes. Para ello, primero hay que elaborar un inventario de agentes implicados en esta estrategia para, posteriormente, cruzarse entre ellos la información y detectar las necesidades de mercado.
Banco de tierras
No es la primera vez que las instituciones, en este caso el Ayuntamiento, de la mano del CEA, se plantean crear bancos de tierras agrícolas en suelo público para después facilitárselas a los agricultores que deseen iniciarse en el sector. En este apartado juega un papel fundamental el Ayuntamiento, como encargado de modificar la normativa para proteger las tierras de la especulación inmobiliaria, por ejemplo, y facilitar el paso de las fincas de unas manos a otras. No se puede obviar que esta creación de bancos de tierras tiene que ir acompañada de una política que impulse el alquiler de vivienda en la zona rural para que los nuevos productores puedan instalarse junto a su centro de producción. Y para lograrlo, hay que revisar la normativa, el Plan General de Vitoria, eliminando trabas para la apertura de nuevas explotaciones.
Atraer clientes
De nada servirá fomentar la producción local si de forma paralela no se impulsa la demanda ciudadana y se empuja a los gasteiztarras a abastecer su cocina de alimentos de calidad y ecológicos de la tierra. Y es ahí donde entra la ampliación de la oferta pública de terrenos municipales destinados en exclusiva a la agricultura ecológica. Experiencias no faltan en las huertas de Olarizu, Abetxuko y Zabalgana aunque, de momento, de forma minoritaria y más destinadas al ocio que a una producción responsable, pero capaz de llegar a los mercados de la ciudad, y suficiente en cantidad como para abastecer la demanda, si la existiera.
Recuperar el baserri
Se trata de aumentar el número de granjas y superficies destinadas a la agroecología recuperando el ciclo alimentario completo tradicional del baserri: desde la producción hasta la mesa y, por supuesto, poniendo a su disposición abonos procedentes del compost que Vitoria pueda producir gracias a la basura que la ciudad genera.
Sin despilfarrar
Más huertas de autoconsumo para caminar hacia la erradicación de la pobreza alimentaria evitando el despilfarro de alimentos. También mediante la puesta en marcha de comedores comunitarios que se abastezcan de productos frescos; adecuando un sistema de bonos sociales para la alimentación, etc.
Mercados de barrio
Este nuevo modelo agroalimentario debe, sin duda, contribuir a la mejora de la biodiversidad. Y para ello, el documento elaborado ya contempla iniciativas como la gestión adecuada y aprovechamientos de los restos de podas y jardinería; la implantación de energías renovables para el autoconsumo en las granjas; la protección del agua como bien público, y abrir mercados de barrio como alternativa al tradicional, como el previsto en Zabalgana, al tiempo que se recuperan los desaparecidos o los que están de capa caída. Igualmente, el apoyo al pequeño comercio del que siempre se habla no puede quedarse en agua de borrajas sino que debe traducirse en acciones más efectivas que las adoptadas hasta ahora.
Sello de calidad
Lograr que los avances que se realizan en un laboratorio estén más basados en las necesidades que realmente tienen los productores de agricultura ecológica para que resulten prácticos. Este apoyo al sector primario, además de con el respaldo de la parte de la investigación, tiene que contar con el empuje de la Administración. Una buena medida puede ser crear un sello de calidad en Gasteiz que permita al consumidor identificar este tipo de productos más sostenibles para el consumo.
Agua, energía y residuos
De nuevo se trata de no despilfarrar recursos y para ello se plantea: proteger las masas de agua, optimizar el riego, reducir las toneladas de residuos, por una parte, con una gestión más adecuada, y por otra, con reducciones fiscales; acabar con los excedentes alimentarios, instalar sistemas de eficiencia energética en las granjas para controlar el consumo, así como implantar sistemas basados en las energías renovables. Hábitos responsables todos ellos que también tendrán su eco en las ikastolas, centros de mayores y ciudadanía en general para ir adentrando el consumo de alimentos frescos y saludables en la dieta diaria.
Agricultura y ganadería
Recuperar las granjas mixtas (agrícolas y ganaderas) que antaño había en los pueblos de Vitoria y diversificar la producción. ¿Cómo? Mediante ayudas para favorecer la apertura de nuevas granjas y centros de transformación en el municipio, de tal forma que el ciclo completo de la producción sea local en lugar de tener que vender la materia prima a empresas elaboradoras de fuera.
Dignificar al agricultor
Evidentemente, para impulsar una verdadera red de agricultura sostenible en Gasteiz resulta imprescindible reconocer la labor de un sector, el agroganadero, tantas veces denostado. Por tanto es necesario dignificar la labor de los productores y educar al resto de la población bajo la premisa de la importancia del papel que juegan en la alimentación.