vitoria - Lleva 17 meses despidiéndose del Ayuntamiento de Vitoria. ¿Éste es el adiós definitivo o un hasta dentro de dos años? Ha dicho su tocayo De Andrés que no se le descarta como candidato a la Alcaldía en las siguientes municipales.

-Vamos a ver. Las únicas elecciones que tenemos ahora en mente todos son las que queremos evitar: las terceras en el Congreso de los Diputados, en España. Nadie está pensando en más convocatoria que ésa y en tratar de evitarla. En nada más que eso.

¿Y por qué se ha empeñado en mantener la figura de portavoz municipal si desde que se convirtió en vicesecretario sectorial del PP le ha dedicado la mayor parte del tiempo a su partido en Madrid?

-La dedicación de un portavoz de un grupo grande como el mío se debe definir por la dirección de la estrategia del grupo, por la dirección del equipo de concejales, por los debates principales y las asistencias a los plenos, que son el órgano principal de representación municipal. Y con alguna excepción, he acudido a todos los plenos. Y ésa es mi responsabilidad. Lo que pasa es que mi trabajo en Vitoria va mucho más allá del trabajo del Ayuntamiento. Mi compromiso con la ciudad es la de apoyar todos los proyectos que son positivos para Vitoria y resaltar lo que no se hace bien. Esa vinculación con Vitoria no ha cambiado en absoluto. Es más, esta nueva etapa sólo es un punto y seguido en mi estrecha relación con Vitoria.

Entonces eso que dijo una vez de que lo importante es estar muy al pie de calle, contar las cosas al oído... ¿Ahora vale con elevar el altavoz?

-Lo que siempre he dicho es que defender Vitoria es una convicción. En mi caso, es una decisión personal. Y la defensa de Vitoria, de lo que significa el espíritu vitoriano y la defensa de los proyectos de la ciudad y la idea de ciudad que yo tengo se puede hacer allá donde esté cada uno. Lo hice en la oposición, de alcalde, en el Parlamento Vasco y lo haré en el Congreso. Siempre con la misma convicción: la bandera que he llevado siempre, la de Vitoria por encima de todo.

Por acabar con este tema. Entonces, si ha ejercido como portavoz municipal ‘full time’, ¿por qué pidió reducción de jornada y sueldo? ¿Para callar las voces críticas?

-No. Fue una posición de honestidad. Fui el único parlamentario, porque ni siquiera Cuerda lo hizo, que rechacé tener dos sueldos. Y por eso me pareció razonable que, teniendo además sueldo en la política nacional, se me redujera un 40% el de portavoz. Pero es el mundo al revés y el resto de portavoces lo impidieron. Pero bueno, es agua pasada y no voy a criticar a nadie en una entrevista que es para despedirme de mi puesto de concejal en el que he estado 17 años.

O para dar la bienvenida a su sucesora, Leticia Comerón. Preséntesela a los gasteiztarras.

-Diría de ella tres cosas. La primera: es una mujer, y eso es un gran valor porque hoy las mujeres tienen un papel clave en la vida y en la política. Tiene una personalidad muy desarrollada, con un carácter fuerte, que sabe lo que quiere. En lo profesional, es una de esas personas que sabes que es eficaz en su gestión. Estuvo al mando de un departamento muy complicado y su gestión fue notable. Y además, es una mujer querida por los propios técnicos municipales, con independencia de con qué gobierno haya colaborado, y entre sus compañeros. Va a ser una muy grata sorpresa en Vitoria para los que todavía no le conocen.

Consejos le habrá dado.

-Muchos, que guardo entre ella y yo.

¿Qué le preocupa del Ayuntamiento que deja atrás?

-Lo que más me importa es que Vitoria no se pare, que sea una referencia, que independientemente de quién esté en el Ayuntamiento se piense en la ciudad antes que en el partido. Son las mismas preocupaciones que tienen todos los vitorianos. Y me preocupa que la falta de acción afecte a la creación de empleo. Pero yo no voy a hacer crítica del gobierno municipal ahora. Sólo pido a todos los concejales que siempre piensen en Vitoria antes que en las siglas que representan. Eso es lo que yo he intentado, con aciertos y supongo que errores, hacer y defender siempre.

Tenemos un gobierno municipal de dos partidos y acuerdos de cinco. ¿No es eso buscar el entendimiento entre diferentes con la ciudad por encima de las siglas, como también reclama la gente?

-Esa cuestión la debe responder la gente en la calle. Hay muchas personas que dieron una opinión a través del voto y en Vitoria nunca habíamos sido gobernados por la tercera fuerza política. Obviamente es democrático, pero hay que ver en qué se traduce en el modelo de ciudad. Y las urnas volverán a juzgar en las elecciones.

Vitoria seguirá por encima de todo... ¿Y el PP a la par, por debajo...?

-En la política quien no respete tus convicciones tiene poco que aportar. Siempre he respetado mis convicciones aunque a algunos les resultara muy incómodo. Y me siento satisfecho de ser coherente y decir lo que pienso y creo en cada momento.

¿Cree también en este PP salpicado por la corrupción que le ha llevado hasta el Congreso?

-El PP es el partido que mayor refrendo ha tenido en las urnas, más la segunda vez. Y a partir de ahí lo que vamos a ver en la política nacional es lo que hemos visto en la política municipal en Vitoria. Gobiernos en minoría que tienen que saber pactar entre distintos para que las cosas funcionen y avancen. Yo siempre lo defendí. Un político que no sabe pactar no puede ser político. Yo alcancé pactos presupuestarios y de ordenanzas fiscales con el PNV, con EH Bildu para tapar el agujero del BAI Center y construir una estación de autobuses, con el Gobierno Vasco para financiar obras estratégicas como la Avenida y el Palacio Europa... Es el modelo que debemos adoptar en el trabajo cotidiano.

¿Pero cree en este PP?

-Si no lo hiciera... El Congreso es el reflejo de la sociedad. Y los partidos el reflejo de sus bases. En el PP hay muchas maneras de sentir. Pero creo que el proyecto que mejor define los intereses de vitorianos, alaveses y del conjunto de españoles es el del PP

¿Ser diputado le da menos vértigo del que pudo tener al convertirse en el alcalde de su ciudad?

-De lo que más orgulloso se puede sentir un ciudadano es de ser concejal de su ciudad. Y lo más apasionante e ilusionante fue la Alcaldía porque me permitió una relación directa y humana con el ciudadano. Supone ser el representante de gente plural, de la que te votó y de la que no. Es lo mejor de la política, de la política municipal.

¿Y se imagina cómo sería llegar a ministro? Se lo pregunto porque muchos le sitúan en la ejecutiva de Rajoy cuando haya Gobierno central si es del PP, que es lo probable.

-Te voy a ser súper franco. Yo no creo en las quinielas y menos todavía en ese tipo de quinielas porque muchas veces se equivocan. Yo me siento muy reconfortado con el trabajo que estoy haciendo y no quiero nada más, no aspiro a otra cosa.

¿Le puedo preguntar entonces por lo que harán los socialistas?

-Unas terceras elecciones serían un bochorno y una falta de respeto a los votantes y a los que no votan, un descrédito internacional y retrasar medidas que funcionan en materia de crecimiento económico. Alguien entendió que era mejor bloquear y espero y deseo que el PSOE, reconociendo sus orígenes, permita un Gobierno al que se le pueda hacer oposición o con el que trabajar.

¿Cero autocrítica?

-Si no hubiéramos hecho ofrecimientos, sí. Pero hemos ofrecido todo lo que estaba en nuestro mano: gobierno en coalición, acuerdo de gobernabilidad, dar estabilidad en ciudades y comunidades donde los socialistas tuvieran dificultades... Y un papel en blanco sin líneas rojas para poder hablar.

Lo que han visto otros son manos tendidas manchadas de corrupción.

-La corrupción es un lastre en la democracia. Todos los partidos se han visto afectados, más o menos...

¿Todos?

-Tal vez los partidos nuevos no porque no tienen historia. Pero corrupción ha habido en PP, PSOE, IU, CiU, PNV, en los jueces, en la Casa Real... Y la única fórmula para combatirla no es el y tú más ni el ventilador, sino estar juntos contra esa lacra.

Lo dice alguien a quien algunos apuntan con el dedo por su condena por el caso de las oficinas de San Antonio. ¿Le dolería dejar ese recuerdo en parte de la ciudad?

-No creo que nadie recuerde mi gestión por eso. Ni siquiera los que lo denunciaron hablaron de corrupción. Creo que es de justicia que se limpie el nombre del alcalde, de los concejales afectados y de los funcionarios que llevaron ese expediente.

Hasta la próxima, que con su meteórica carrera lo mismo es como presidente de España.

-(Risas). No me quieras tan mal. No quiero ni pensarlo. Si ser alcalde requiere un gran sacrificio y un tremendo desgaste, no me puedo ni hacer a la idea de algo así.