LABASTIDA - Desde primeras horas de la mañana, la villa de Labastida aparecía copada por vecinos y visitantes que fueron aprovechando para dar sus primeros paseos por los establecimientos hosteleros que se habían volcado para ofrecer los pintxos más suculentos y en la plaza se instaló el primer puesto del Araba Euskaraz 2017, que ese año se celebrará en Labastida.

A la una menos cuarto y como un acto más del programa, un numeroso grupo de vecinos y amigos acompañados por los gaiteros y tamborileros realizaron una breve marcha desde la carretera y hasta la plaza, portando numerosos ikurriñas. Se trata de una costumbre que se viene haciendo desde hace más de un cuarto de siglo en recuerdo de los conflictos que se suscitaron en numerosas localidades, cuando grupos de carácter independentista trataron de sustituir la bandera nacional por la ikurriña. El espíritu de los que las portan sigue siendo el mismo, pero muchas personas, sobre todo visitantes, las interpretan como una parte más de la fiesta, en homenaje a la bandera vasca. Minutos antes de la una, el grupo llegaba a la plaza del Ayuntamiento, desde cuyo balcón central se iba a lanzar el txupinazo, recibiendo el aplauso de los asistentes y confundiéndose posteriormente con la gran cantidad de público que abarrotaba el lugar. Entre otros muchos un numeroso grupo de niños y jóvenes, deseosos de recibir el bautismo de vino desde el Pellejo.

Este año ocupaba un lugar de honor como txupinero el concejal de EH Bildu, Silvano García, a quien la Comisión de Fiestas eligió como agradecimiento a los muchos años que lleva dedicado a promocionar el deporte en Labastida. Emocionado y con ganas, junto a la alcaldesa, Laura Pérez Borinaga, a la una en punto salieron al balcón y Silvano prendió la mecha del primer cohete que hizo aflorar los aplausos y vivas en la calle, mientras desde los otros balcones iban explotando más cohetes que lanzaban papeles de colores y brillantinas sobre la gente de la plaza.

Acto seguido, sirviéndose de una sirga para conducir el odre lleno de vino y una cuerda para atraerlo hacia el balcón del Ayuntamiento desde una de las torres de la parroquia de la localidad, se hizo descender al Pellejo. Primero más rápido, hasta salvar la primera mitad del recorrido, ocupado por la carpa de la música a la que se había subido una cantidad infinita de chavales, y, al llegar al centro de la plaza, comenzó con el baile para que el Pellejo se vaciase sobre el público congregado en la plaza, dejando empapados a todos lo que allí estaban, especialmente el grupo de críos, y no tan críos, más valientes que siguieron los avatares de los movimientos del recipiente, mientras la txaranga daba ritmo musical a la extraña danza que se vivía en la plaza.

Pasado el alboroto del arranque de fiestas, el txupinero contaba emocionado y rodeado de gente joven que estaban participando en actividades deportivas en la villa que “son muchos años dedicando tiempo a los chavales, porque es algo que me gusta” y se sentía “agradecido por este reconocimiento, aunque hay otras muchas personas que también se lo merecen”.

Tras ese momento comenzó la ronda de ir de bar en bar degustando los vinos que se ofrecen por parte de la hostelería local. La gente más mayor se fue acomodando en las numerosas terrazas instaladas por los bares y restaurantes delante de sus fachadas, Y los más animosos se dejaron guiar por los buenos conocedores de Labastida para que la ronda fuera completa y no hubiera lamentos de haber dejado de catar un vino específico o un pintxo de los elaborados especialmente para este día.

Hoy domingo será el día grande de las Fiestas de las Reliquias de los Santos Mártires de Cardeña. La jornada comenzará a las siete de la mañana con una carrera de faldas y pantalones caídos.