vitoria - “Había tenido un mal día” y por esa razón había golpeado varios vehículos. O al menos ésa es la excusa que ofreció el hombre que había causado daños a cuatro vehículos estacionados cuando la Ertzaintza lo detuvo. La segunda vez que lo arrestaron, esta vez por tirar una moto al suelo, el atestado de la Policía Local no recoge los motivos que le llevaron a cometer estas acciones.
De nacionalidad búlgara, 36 años y residente en la calle Sancho el Sabio, el protagonista de esta historia tuvo su primer encontronazo con los ertzainas de Vitoria el pasado día 16 de mayo a las 20.50 horas. Una patrulla de la Policía autonómica que andaba tras la pista de una persona que había golpeado y causado destrozos en varios vehículos encontró y arrestó al autor de los hechos a la altura del número 6 de la calle Prado. Gracias a la colaboración de un ciudadano que había sido testigo de lo sucedido, se pudo identificar al individuo.
Poco antes, a las 20.26 horas, la emisora de la Ertzaintza había lanzado un aviso. Un varón se encontraba causando daños en vehículos estacionados en la calle Madre Vedruna. Una patrulla se dirigió hasta este punto, pero el causante de los destrozos había desaparecido del lugar. Los ertzainas rastrearon la zona y, al llegar al número 6 de la calle Prado, un testigo de lo ocurrido contactó con ellos y les indicó quién había golpeado los cuatro vehículos.
Cuando los agentes le detuvieron, el hombre reconoció los hechos y explicó a los agentes que “había tenido un mal día y que por ello había golpeado los vehículos”. Le identificaron y comprobaron que se trataba de un individuo de nacionalidad búlgara residente en Vitoria. Tal y como recogieron en su informe, el arrestado había descargado su frustración sobre un Fiat Punto, un Land Rover Freelander, un Mercedes CL 500 y una Vespa.
Acusado de un presunto delito de daños contra la propiedad, el hombre manifestó su conformidad con declarar ante el juez, solicitó un abogado de oficio y accedió a ofrecer su testimonio en castellano, idioma que entiende y habla a la perfección. Cuando se le preguntó si requería de algún tipo de atención sanitaria señaló que necesitaba acudir al médico “porque tenía que tomar pastillas”. Así las cosas, los agentes le acompañaron al Hospital Santiago para que se procediera a su reconocimiento.
En el centro hospitalario, el arrestado desgranó su vida. Fumador, consumidor ocasional de alcohol y cannabis y no tan ocasional de heroína. Se inició en la adicción a este opiáceo en el año 1999 en su Bulgaria natal y un año después, cuando contaba 20 años de edad, viajó a un centro de desintoxicación en Agurain para deshabituarse. Pasó por la unidad de Psiquiatría de Santiago, regresó a Bulgaria, volvió a Vitoria y de nuevo recaló en Psiquiatría, donde se le acabó diagnosticando psicosis crónica. Refirió haber trabajado en la construcción y en limpieza, aunque actualmente se encuentra incapacitado por enfermedad para desempeñar estas labores. De acuerdo con el informe médico, recibe “escaso soporte social”.
Del hospital, regresó a comisaría y fue puesto en libertad a las 2.34 horas del día siguiente. Su expediente fue remitido al Juzgado de Instrucción número 1 de Vitoria, donde se acordó incoar diligencias previas y tomarle declaración en concepto de investigado por la comisión de un delito. Igualmente se decidió citar a los cuatro titulares de los vehículos dañados para que comparecieran y aportaran facturas o presupuestos relativos a las reparaciones de sus vehículos.
Pero antes de que al arrestado o que cualquiera de los afectados llegaran a pisar los juzgados, se produjo un nuevo incidente. En esta ocasión, fue la Policía Local la que recibió una comunicación el día 12 de junio a las 1.00 horas. Una patrulla recibió orden de acudir inmediatamente a la calle obispo Ballester, a la altura de la Senda de los Canónigos. Al parecer, un individuo había tirado una motocicleta al suelo.
Cuando los agentes llegaron al lugar, vieron que un compañero suyo se encontraba allí en compañía de varios ciudadanos. Éstos habían retenido a un hombre que resultó ser el mismo individuo de origen búlgaro arrestado por la Ertzaintza por causar daños en vehículos estacionados.
De acuerdo con el testimonio facilitado por los testigos, el detenido había tirado la motocicleta al suelo causándole daños en el faro. Cuando los guardias chequearon por emisora los datos del individuo saltó una alarma indicando que tenía causas pendientes con la justicia. Al cruzar datos con la Policía autonómica, comprobaron que existía una requisitoria del juzgado en la que se solicitaba la averiguación de su domicilio, así como una citación para que se presente en los juzgados a finales del próximo julio.