vitoria - Uno de los casos que más consternación han causado en los últimos tiempos entre la ciudadanía alavesa ha sido el de la niña Alicia. ¿Pedirá prisión permanente revisable para su asesino?
-Este es un asunto al que aún le queda mucho recorrido de instrucción, pero la prisión permanente revisable es lo que establece la Ley para los casos de asesinatos de menores de la edad de esta niña, así que no hay alternativa ni discusión posible. Salvo que se modifique la Ley durante la nueva legislatura, porque he oído que determinados partidos políticos piden la derogación de la prisión permanente revisable. Salvo que eso suceda, es lo que corresponde.
Durante la presentación del anterior balance de delincuencia en Álava, usted se mostró muy preocupado por la relevancia de los delitos violentos en el territorio. Recientemente se ha producido una agresión brutal en el Aulario de la UPV. ¿Cree que se mantiene la tendencia?
-El caso del Aulario es muy específico, ya que se trata de una persona que no es la primera vez que protagoniza una agresión de este tipo. Un ataque completamente inopinado, desmedido y con una víctima aleatoria. Tiene que ver con algún problema de trastorno mental o algo similar. Sí que existe una preocupación en la Fiscalía con la violencia de género, pero bien es cierto que, de acuerdo con las últimas cifras que manejamos, se ha producido una ligera disminución con respecto a años anteriores. En el histórico de datos que manejamos, que abarca aproximadamente diez años, se observa un incremento muy notable, aunque parece que este año se ha producido una pequeña inflexión.
También le preocupaba la violencia intrafamiliar.
-Efectivamente. Sobre todo de hijos hacia padres porque en este punto tenemos muchos problemas y los índices han subido bastante. También resulta preocupante, porque se produce una tendencia al aumento, en la violencia de género entre los menores de edad.
¿Se mantiene la misma tendencia del año anterior dentro de este apartado?
-Sí, la tendencia nos preocupa. Es cierto que en términos absolutos los números son menos destacables, porque es lo que sucede con la delincuencia de menores, pero estamos detectando unos comportamientos bastante alarmantes. Independientemente de que se registre una inflexión, en el histórico sí que apreciamos un saldo preocupante.
¿Considera que el problema está en la educación? ¿Faltan medios para educar en valores?
-No sé si faltan medios, pero lo cierto es que hablamos de jóvenes que no han recibido una educación antigua, con mensajes machistas, sino una educación mucho más igualitaria. Pues a pesar de ello, incurren en este tipo de comportamientos. Comportamientos de un machismo en muchos casos extremo, que llaman la atención por el ambiente en el que se producen. Insisto en que la intervención penal es necesaria, pero debe ser la última medida. Previamente es necesario fomentar valores de igualdad. Yo no soy ningún especialista en el ámbito educativo, pero veo que algo falla. El análisis debe realizarse en el ámbito educativo y en el aspecto social, pero descarto absolutamente que hacer descansar el problema en el ámbito penal sea una solución. La solución está fuera. Se dedica bastante dotación presupuestaria a este capítulo, yo no sé si será suficiente o si hay que aumentarlo, pero sí veo que existe un problema. Tal vez a través de los flashes de información que recibe la juventud, que tiene mucho acceso a Internet... Quizás estén recibiendo valores que no son los mismos que promueve la educación.
¿A qué tipo de ‘flashes’ se refiere?
-Una gran parte de la educación que reciben hoy en día los jóvenes no procede ni del ámbito educativo ni de la familia. Existe un grado de libertad mucho mayor que antes y los menores tienen ahora, por ejemplo, un acceso mucho más sencillo a la pornografía. La pornografía no transmite precisamente valores igualitarios y se puede confundir el estereotipo que se recibe de estos ámbitos sin control con la realidad. El ya y ahora que se impone en la sociedad, y sobre todo entre la juventud, no fomenta valores de respeto e igualdad. Creo que es un problema que preocupa en el ámbito educativo y político y creo que deberíamos profundizar más en ello.
Uno de los indicadores que refleja la situación de la delincuencia en Vitoria es el ambiente que se vive los martes en los juzgados, cuando se celebran los juicios rápidos derivados de los sucesos violentos que se producen durante los fines de semana. Últimamente se ve muy concurrido el Palacio de Justicia ese día, ¿no cree?
-Hombre, es una referencia, efectivamente. No creo que haya más violencia, aunque puedan darse situaciones puntuales con algún fin de semana más complicado de lo normal, pero no detecto una mayor incidencia de la violencia en la ciudad durante los fines de semana más allá de lo razonable.
Uno de los capítulos que preocupa a los agentes es el de los robos con fuerza en pisos. ¿Comparte su preocupación?
-Extremadamente preocupante. Muy preocupante. Ha subido mucho el número de robos en pisos. En las cifras generales de este año han descendido con respecto al año anterior, pero en el histórico se produce un repunte muy importante. En general, en 2015 ha bajado la actividad delictiva en general, entendida siempre como actividad judicial. El asunto de los robos en domicilios es muy preocupante porque vemos que se trata de grupos muy bien organizados, muy profesionales, que en la mayoría de los casos no tienen sede en Vitoria, lo cual hace muy difícil su investigación. Son grupos muy móviles que cuentan con unos canales de distribución de la mercancía robada muy sofisticados que no se limitan a Vitoria, ni mucho menos. Las investigaciones son complicadas, es muy difícil pillarles in fraganti y, si no se les coge con las manos en la masa, es prácticamente imposible dar con los autores.
Cambiando de tema y pasando al tráfico de drogas, ¿sigue siendo un capítulo delictivo destacable para la Fiscalía?
-Hay mucha actividad de tráfico de drogas en determinados bares o establecimientos muy conocidos de Vitoria y la verdad es que nos preocupa mucho. Son lugares que se dedican a ello de forma reiterada. Se cierran, porque se producen detenciones, pero consiguen volver a abrir. Es un reflejo de lo que ocurre en la sociedad y de que el tráfico de drogas ha aumentado.
A pesar del aumento de las operaciones policiales, ¿no se ha logrado contener el menudeo?
-Yo creo que no. Hay que tener en cuenta que la intervención penal en el tráfico de estupefacientes actúa aproximadamente sobre el 20% del volumen de droga que realmente se mueve en el mercado. Se están realizando esfuerzos loables, aunque personalmente creo que la actividad policial podría mejorarse bastante, sobre todo en temas de coordinación, pero no se puede decir que estos esfuerzos hayan dado lugar a una disminución. Tenemos un problema, que no es policial, con el cierre de los establecimientos. No se consigue clausurar los locales por un tema de titularidades y porque hablamos de gente profesional, que sabe lo que hace.
Hablemos de organización interna. ¿Existe presión sobre la Fiscalía con los plazos a la hora de instruir?
-Estamos con el asunto del artículo 324 que establece un sistema de plazos con la instrucción. El 6 de junio se supone que tienen que estar revisadas las causas para cumplir con este nuevo sistema, pero simplemente con carácter general.
¿Disponen de medios para cumplir con estos plazos?
-No, no, medios no hay ninguno. No se nos han proporcionado. Al menos a la Fiscalía de Álava no se le ha proporcionado ninguno. Y a pesar de ello, se está llevando a cabo un trabajo encomiable por parte de los compañeros. Estamos procediendo a la revisión de la mayor parte de las causas, pero no se va llegar al 100%, va a ser imposible. Ahí tenemos un problema muy grave de falta de medios y de asumir que el sistema procesal penal ya ha hecho crack y ha llegado al final. Hay que pensar muy seriamente en un cambio de modelo y en permitir que la Fiscalía asuma toda la investigación. Ahora mismo la Fiscalía debe controlar algo que está en manos de otros, como es el Juzgado de Instrucción y eso es una locura. Creo que hemos llegado a un final de ciclo, el sistema de investigación penal con juez de instrucción ha llegado a su límite y no da más de sí. El asunto de los plazos es sólo una manifestación más de que se ha llegado al límite y de que se ponen parches que no van a ningún sitio. Espero que en la nueva legislatura se arregle esto porque, de otra manera, el sistema va a acabar colapsando. La política debe de tomarse en serio esto y pasar a un sistema más coherente, el mismo que rige en el resto de la Unión Europea. Ahora mismo somos un bicho raro dentro de la UE en este sentido.
¿El problema está en el control sobre la investigación?
-La Fiscalía debe tener un control de la investigación que ahora mismo no tiene. Hay que cambiar radicalmente el modelo de fase de instrucción y ponerlo en manos de la Fiscalía, lo cual debe de conllevar un aumento en la dotación de fiscales. Pero es que en este momento tenemos un sistema profundamente ineficaz. Muy disfuncional.
¿Propone adoptar el mismo modelo que emplea el resto de Europa?
-Somos la única excepción que mantiene el sistema del juez de instrucción. Un sistema que, por cierto, viene de Napoleón. Pues ni siquiera en su país de origen rige ese sistema. La investigación está asumida por los fiscales y funciona mejor que aquí.
La Fiscalía alavesa ha liderado algunos de los procesos más mediáticos. ¿Alguna novedad dentro de las grandes causas? De Miguel, Hiriko, Denokinn, Épsilon...
-En el asunto De Miguel, hasta donde yo sé, en este momento se han emitido todas las acusaciones y estamos pendientes de la apertura del juicio oral. Una vez que se dicte, las defensas presentarán sus escritos y entraremos en el juicio oral. No puedo dar plazos porque no los sé. En el caso Épsilon el primer juicio lo tenemos a finales del mes de junio y el resto, tanto Hiriko como Denokinn, están en fase de instrucción. Algunos más avanzados, otros menos avanzados... Lo instruyen distintos juzgados y cada uno tiene su ritmo. La Fiscalía está presente en cada uno de ellos e impulsa hasta donde puede que se tramite lo más rápido posible.
Hay quien sostiene que la causa contra Denokinn carece de recorrido...
-Hay opiniones para todos los gustos. La Fiscalía recibió una denuncia del Tribunal de Cuentas, lo investigó durante un año, entendió que había elementos suficientes para presentar una querella y en estos momentos está manteniendo la acusación en el procedimiento. Lo que vaya a ocurrir no está en las manos de la Fiscalía.
Hablando del Tribunal de Cuentas, en el caso San Antonio el PP insiste que al no tratarse de una sentencia penal no cabe hablar de corrupción. ¿Coincide con esta interpretación?
-Esos son pronunciamientos que realizan los políticos y no voy a entrar a discutirlos. La intervención que tuvo la Fiscalía de Álava en este asunto fue puntual, se dio traslado del resultado a la Comisión de Investigación y lo que dijimos, simplemente, fue que había un procedimiento abierto en el Tribunal de Cuentas, que allí hay una Fiscalía y que si esa Fiscalía veía durante el procedimiento que había indicios de criminalidad, como ocurre muy a menudo, ya nos lo remitiría.