gasteiz - A las puertas de la jubilación aceptó dar la cara por el PSE y regresar a la primera línea de la política. Sin embargo, su partido le dio la espalda y le desacreditó al prohibirle apoyar a Gorka Urtaran en su investidura para, once meses después, convertirlo en teniente de alcalde del gobierno PNV-PSE.
Por fin. Vaya once meses...
-Una espera larga, sí, pero nos ha servido para estar al día y al corriente de los asuntos que se están, o no, haciendo en el Ayuntamiento de Vitoria, consensuar etc.
Tenía entendido que el PSE le ha mantenido al margen de las negociaciones.
-Claro, porque el acuerdo de gobernabilidad se firmó a nivel de Euskadi, de las ejecutivas, y ahora lo que se ha hecho es concretar aquel pacto. Pero eso es lo de menos, porque en todo momento se nos ha pedido información no hemos estado al margen, aunque no se nos haya visto.
Entonces, ya han cicatrizado las heridas.
-Sí, el tiempo lo cura casi todo.
Aunque sea en falso.
-No, no. No soy nada rencoroso ni de los que se las guarda, ya me conocéis.
Ya, pero pasó de ser imprescindible a estar en la sombra.
-En esta vida hay que adaptarse a todo y yo lo hago a medida que se van produciendo los cambios, que ya he toreado en muchas plazas porque tengo 62 años, llevo desde los 16 en la pelea y ya tengo las espaldas muy anchas. No lo llevo mal.
Y por qué el PSE toma la decisión de entrar al gobierno justo ahora si nada ha cambiado.
-Porque todos sentíamos que ya estaba maduro el acuerdo y no había mucho más tiempo que esperar.
Ya. ¿Qué perfil van a aportar los socialistas al gobierno de Urtaran?
-Como Partido Socialista tenemos una sensibilidad especial con todos los asuntos sociales y con los que afectan a las personas.
¿Y Peio López de Munain?
-A nivel personal, creo que este buen talante que tengo... -ya sé que no está bien que lo diga-, pero lo tengo; de hecho, me llevo bien con todos los grupos políticos. Y mi manera cercana de trabajar, sensibilidad social.. A los concejales de mi partido ya les he dicho que hay que estar poco en los despachos y lo que estén, que sea al lado de los técnicos.
Dentro de su grupo hay ediles que saben lo que es gobernar y otros no. ¿Qué cree que van a aportar? Por ejemplo, Isabel Martínez, edil de Participación y centros cívicos.
-Isabel tiene ya experiencia de gobierno, y este departamento va con su carácter, con su sensibilidad, va a hacer un buen papel.
Carlos Zapatero, responsable de la Policía Local.
-Carlos lleva toda la vida trabajando en la Administración, le va a dar a la Policía Local un barniz de cercanía, por su capacidad de negociar y escuchar, puesto que le ha tocado mediar en muchos conflictos laborales como jefe de Inspección de Trabajo de Álava, y ha tenido que torear con los empresarios, con los trabajadores, intermediar en EREs...
Y Estíbaliz Canto, concejala de Cultura, Educación y Deporte.
-Estíbaliz es una persona joven, muy implicada tanto en los ámbitos juveniles como en el mundo cultural, además, viene del 15M, con esa sensibilidad especial que conlleva, y lo va a hacer muy bien.
Pero el cambio de carteras va a ser más complicado porque empiezan de cero, once meses después, y el PNV les lleva ventaja.
-No va a ser más complicado porque cuando se produce un cambio de carteras así, con acuerdo y consenso, todo fluye más fácilmente. Y, al contrario, cuando se da un cambio de gobierno tras unas elecciones siempre hay una parte que tiene resquemor porque le han echado de la Alcaldía. Es más fácil de este modo que cuando el PP salió del gobierno, ya que con el cabreo que tenía no nos habría dado ninguna facilidad en el traspaso. En cambio, ahora ya somos un equipo de gobierno, no dos satélites separados.
Por qué se ha decantado por la fórmula de la coalición. Urtaran también tenía en mente cederles concejalías sin entrar al gobierno.
-La coalición tiene ventajas porque entramos al gobierno los cuatro concejales, lo otro es una esquizofrenia, una figura complicada porque a la vez que estás siendo cómplice de la gobernabilidad tienes que estar dando tralla como oposición.
En el Ayuntamiento no hay dinero suficiente para ejecutar todos los proyectos. Priorice.
-Como concejal de Políticas Sociales tengo un reto y mandato urgente que consiste en rediseñar todos los servicios sociales ahora que se ha hecho el reparto de competencias entre las instituciones; no podemos dormirnos en los laureles, y para eso no hace falta mucho dinero, basta con reorganizar los servicios sociales en Vitoria para otros veinte o treinta años porque ahora estamos viviendo con unos servicios sociales que diseñó Cuerda hace muchos años y que, lógicamente, se han quedado obsoletos porque todo ha cambiado: hay mucho más color en Vitoria, la crisis nos ha traído mayor número de usuarios a los servicios sociales, antes se apostaba por residencias para llevar a las personas mayores y ahora intentamos mantenerlos en sus domicilios etc.
Pero no le gusta nada que la RGI siga en manos del Gobierno Vasco.
-Siempre he dicho -y hace poco también el consejero Ángel Toña se pronunció en esa misma línea- que dentro del colectivo susceptible de cobrar RGI hay personas que no tiene ningún sentido que estén en un servicio de empleo cuando los especialistas, los trabajadores de los servicios sociales están en los ayuntamientos. Muchos de esos usuarios que están recibiendo ayudas no necesitan ningún apoyo laboral porque no van a trabajar nunca. Por ejemplo, una viuda que cobra una pensión de viudedad baja y que hay que complementar con la RGI, lo que va a necesitar es apoyo social, si acaso una valoración de dependencia, una ayuda a domicilio o una telealarma, y eso no lo gestiona Lanbide, sino los profesionales de los servicios sociales que están en el Ayuntamiento. Sería más lógico.
También ha garantizado más dinero para cooperación al desarrollo.
-Sí, se ha diseñado un plan para destinar el 0,7% del Presupuesto, no parece mucho, pero es que venimos del 0,0%. Además, en época de crisis sería de locos decir que vamos a aumentar al 1% como se habló en el pasado, porque la situación económica es de recursos limitamos. Hemos ido a una cifra realista.
Igualmente se compromete a poner en marcha una conexión de transporte público Salburua-Zabalgana, sí o sí. ¿En qué está pensando?
-A largo plazo será el tranvía y mientras tanto trabajaremos con el BRT. Por ejemplo, perfectamente se puede ir de Zabalgana a las universidades con una línea de autobuses rápidos y en el campus conectar con el tranvía que llegará a Salburua. Hay que pensar que el BRT es más rápido de poner en marcha y lo que realmente no puede ser es que dos barrios grandes y jóvenes estén, como ahora, condicionados por las actuales líneas de Tuvisa, con autobuses que van a tope.
Ya, pero ¿cuándo?
-No puedo decir cuándo porque aún el Gobierno Vasco no nos ha presentado las conclusiones del estudio de necesidades.
Aun con el tranvía, en Salburua quedan zonas aisladas como Larrein y Arkaiate. ¿También BRT?
-Puede ser, hay que combinar distintos medios de transporte público en función de la demanda porque el autobús nos da respuesta para 60 o 70 usuarios, por ejemplo; el BRT, en cambio, para 200 personas y el tranvía, para 500 o 600. No tiene sentido poner todo tranvía ni sólo BRT o urbanos, pero son los técnicos y ese estudio sobre la demanda que se está realizando quienes nos van a ofrecer la mejor opción.
Vamos con el canon de capitalidad. Cinco millones le parece poco dinero, ¿cuánto tendría que poner el Gobierno Vasco para Gasteiz por ser capital de Euskadi?
-Primero hay que consolidar los cinco millones y, después... claro que cinco millones me parecen poco. Es una cantidad puesta un tanto al azar, sin cuantificar que carga tiene para la ciudad mantener las instituciones comunes, que creo que es más.
Diez millones...
-No sé cuánto. Habría que hacer el estudio y compensar esa cifra.