amurrio - Tras un año de impasse, la plaza Juan Urrutia de Amurrio acogió ayer la XVI Feria de la Solidaridad del municipio. Un espacio de sensibilización que pretende fomentar una conciencia crítica que genere actitudes solidarias entre la ciudadanía para que se movilice contra las desigualdades en el mundo y en el entorno. Eso sí, en clave de fiesta.
Para ello, una veintena de ONG dieron a conocer su labor en torno al comercio justo, y las acciones y proyectos de cooperación que llevan a cabo en los países en vías de desarrollo. Entre ellas se encontraban organizaciones de sobra conocidas como Medicus Mundi, Vicente Ferrer o la guipuzcoana ROKPA de ayuda al Tíbet; pero también locales, como Laguntza, Cruz Roja, Amigos de la RASD, Cáritas y el grupo de comercio justo o Andra Mari Nahuel Huapi. Una asociación laica y abierta esta última que nació en 2007 por iniciativa de Ana María Zulueta, religiosa del colegio local Virgen Niña, que tras diez años de trabajo codo con codo con los indios mapuches de San Carlos de Bariloche (Argentina) impulsando proyectos de desarrollo con niños y niñas, mujeres y marginados, regresó a su tierra natal con la intención de continuar su labor desde aquí.
Entre los programas solidarios que se han realizado desde su creación “destacan la puesta en marcha de una panadería como promoción de jóvenes y mujeres, talleres de artesanía, costura y tejido para aprendizaje de oficios, micropréstamos para el arreglo de casas, invernaderos para el autoabastecimiento y venta, alfabetización de adultos, guardería y apoyo escolar”, apuntaron las voluntarias al frente del puesto.
Esta jornada -organizada por el Departamento municipal de Bienestar Social, con la colaboración de la Coordinadora de ONG de Desarrollo de Euskadi y de la Fundación Vital- siempre cuenta con la asistencia del alumnado de los centros escolares del municipio y ayer no fue una excepción. De hecho, fueron algo más de 300 los alumnos que dejaron por un día las aulas para acudir a la plaza. Todos ellos recibieron una planta de regalo y participaron en un juego, a través del que conocieron los objetivos de desarrollo sostenible que ha marcado, de cara a 2030, Naciones Unidas. “Se trata de erradicar la pobreza, luchar contra el hambre, buena salud, educación de calidad, igualdad de género, agua potable y saneamiento, energías renovables, empleo digno, reducción de la desigualdad, ciudades sostenibles, consumo responsable, lucha contra el cambio climático, paz y justicia, flora y fauna acuáticas y terrestres, y alianzas para lograr todo ello”, enumeró Nekane Viota, de Unesco Etxea. Fue la ONG que se encargó de acercar esta campaña global a Amurrio, acompañada de un curioso photocall en el que todos quisieron participar.
Ésta no es la única actividad anual que el Ayuntamiento de Amurrio dedica a la solidaridad. Según explicó el concejal de Asuntos Sociales, Alberto Artetxe, “cada año se habilita una partida para cooperación al desarrollo dentro del presupuesto municipal que, desde 2014, centralizamos en Euskal Fondoa. El año pasado Amurrio aportó 42.000 euros a proyectos”.