calles desiertas. Viniendo de Peñíscola, de Cambrils, de Benidorm, de Torrevieja... Ahí estaban. Este puente de San Prudencio es un regalo para muchos alaveses que entre el sol y la playa, y la lluvia y los caracoles, se quedan con lo primero. De ahí la llamativa imagen de una calle Francia desierta en torno a mediodía de ayer, una estampa difícil de repetir cualquier otro sábado. Lo sentimos, mañana ya toca trabajar. Foto: Alex Larretxi