gasteiz - El pasado martes concluyó el plazo de presentación de alegaciones al reglamento de consultas populares de Vitoria, un texto que dará voz, pero también voto, a los agentes sociales de la ciudad. Partidos como EH Bildu o Podemos quieren que el fallo de la ciudadanía ante las diferentes preguntas que se le hagan sea vinculante, y el equipo de gobierno asegura que respetará lo que se decida, sea por imperativo legal o de facto. En todo caso, la recién estrenada Ley Municipal establece que hay que obedecer lo que diga el pueblo, y de hecho el reglamento de consultas en el que trabaja la Corporación deberá adaptarse antes de su aprobación definitiva para cumplir con la Ley del Parlamento Vasco.

Así pues, los vitorianos van a tomar parte directa en las decisiones de la ciudad por primera vez en la historia, al menos con un amparo legal, y van a tener además la capacidad de formular ellos mismos las preguntas, tanto a nivel asociativo como particular. ¿Y sobre qué se podría preguntar?

Lo primero que viene a la cabeza es un tema recurrente, el de los toros, en el que algunos posicionamientos son los contrarios a los que en un primer análisis se podría pensar. Así, Ekologistak Martxan está en contra de plantear una consulta sobre este tema, al igual que el grupo municipal de Irabazi, porque entienden que la oposición al maltrato animal no es una cuestión de mayorías. Sí preguntarían en Ekologistak Martxan, señala su portavoz, Andrés Illana, por la necesidad de blindar los Montes de Vitoria, y dejarían en la ciudadanía la decisión sobre el sueldo de los concejales al final de cada legislatura. De hecho, así lo han planteado en las alegaciones al reglamento. “Nosotros somos partidarios de que la gente cobre por su trabajo, pero no tiene sentido que se pongan ellos el sueldo, en ninguna empresa el empresario le dice al obrero que diga cuánto quiere cobrar”, señala Illana, que celebra el paso dado por la Corporación en este ámbito de la participación ciudadana. “Nos parece bien que haya consultas, nos parece bien que se haga un reglamento, y nos parece fenomenal que sean vinculantes. Está bien que perdamos el miedo a preguntar a la ciudadanía, sobre todo cuando los políticos no se ponen de acuerdo”, afirma.

Gasteizko Bizikleteroak hace todo el uso que puede de la participación ciudadana, a través del Foro de Movilidad o de los informes que periódicamente remite al Ayuntamiento señalando los puntos conflictivos en la red ciclista urbana. Sin embargo, aunque celebra como “saludable” la implantación de las consultas populares vinculantes, en el seno de la asociación nunca se han planteado proponer ninguna. La razón es que en el ámbito en el que se mueven, el de la movilidad en la ciudad, deben primar “los aspectos técnicos”, señala su portavoz, Rubén Rodríguez. “Si hace años se hubiera consultado sobre el tranvía no se habría puesto, creemos que hay cosas muy arraigadas en materia de movilidad que se deben corregir, luego la gente avalara las medidas que se adopten, si son buenas”, apunta.

Por otro lado, Rodríguez explica que en materia de participación siempre es mucho más activo y visible el que está en contra de una decisión política porque le perjudica, que quien se muestra favorable, y que así ha quedado de manifiesto, por ejemplo, en el debate del pasado lunes sobre la ampliación del tranvía a la UPV. En todo caso, señala, “sería bueno que si se consulta a la ciudadanía de Vitoria ese voto sirva para algo, me parece una buena medida de participación”.

el precedente de arriaga De consultas, aunque oficiosas, sabe bastante Ángel Lamelas, presidente de FAVA y uno de los impulsores de la votación que se llevó a cabo entre los vecinos para que la estación de autobuses no se construyera en el parque de Arriaga. “Nos costó muchísimo, tuvimos en contra a partidos que reivindican las consultas populares, recogimos más de 11.000 firmas y tuvimos que hacer una consulta desde la plataforma que reflejó el sentir de la gente, que la estación no debía hacerse en el parque, sino en otro lugar, no entrábamos en cuál, y el tiempo nos ha dado la razón”, rememora.

Ahora que las consultas van a ser legales y vinculantes, a Lamelas le gustaría preguntar sobre el Impuesto de Bienes Inmuebles que tantos quebraderos de cabeza está dando al gobierno municipal, a la oposición, y sobre todo a los vecinos que no saben cómo se va reflejar en su recibo todo el movimiento que hay en torno a este impuesto. Lo que pasa es que justo sobre eso no se puede preguntar. “Yo manejé la posibilidad de consultarlo, pero es ilegal”, asegura Lamelas, que también en su día promovió encuestas entre los vecinos sobre la oportunidad de construir el BAI Center. “Salió que no, y ahora vemos que es verdad que no era necesario”, recuerda.

Hay más cosas que se podría preguntar a la ciudadanía, en cualquier caso. Por ejemplo, “ver si la gente quiere BRT o tranvía, aunque sería más cuestión de los vecinos de los barrios que van a afrontar esta infraestructura, principalmente Salburua y Zabalgana”, señala el líder vecinal, que ve con buenos ojos las consultas populares, siempre que se lleven a cabo con cierto sentido de la mesura. “Está bien para obras e infraestructuras de gran calado, pero tampoco se puede preguntar por todo, las consultas cuestan un dineral, no tenemos que olvidarlo”, advierte.

Javier López de Robles, de Zabalgana Batuz, explica que el colectivo vecinal ha decidido no presentar alegaciones al reglamento de consultas “de forma consciente”, ya que sólo iban a “aportar matices” a lo planteado por los grupos políticos municipales. Además, la cuestión del carácter vinculante de estas consultas no es discutible, mientras nadie recurra la Ley Municipal, por lo que en este punto no es necesario ningún posicionamiento previo. En cuanto a la posibilidad de ejercer este derecho en Zabalgana, López de Robles explica que por el momento, y aunque “inquietudes hay muchas, y en cualquier momento se puede utilizar esta herramienta”, no hay ninguna cuestión sobre la mesa que se quiera someter a consulta. Cuando se haga, si se hace, Zabalgana Batuz quiere que sea sobre temas muy trabajados previamente, que gocen de consenso, pues “no podemos arrogarnos la voz de todo el barrio en cuestiones que pueden tener intereses contrapuestos, no vamos a pedir algo que puede ser polémico en el barrio”.

En ese sentido, la asociación vecinal de Zabalgana cree que antes de llevar un tema cualquier a consulta ciudadana “hay que trabajarlo muy bien”, y además, señalan, “eso es lo realmente bonito, más que el reglamento en sí”.

Sueldo de los ediles. Ekologistak Martxan plantea que al final de cada legislatura los vitorianos fijen los salarios de la siguiente Corporación mediante una consulta reglada.

Tranvía o BRT. Ángel Lamelas, presidente de FAVA, considera que un tema de esta envergadura podría ser objeto de una consulta popular, siempre que así se decida en los barrios afectados.

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Consultas anuales como máximo prevé el equipo de gobierno realizar en Vitoria, aunque cabe la posibilidad de hacer más de una pregunta.