Vitoria - Gasteiz acogió durante la tarde de ayer el multitudinario encuentro Irribarrean, una cita de grupos de tiempo libre impulsada por la Diócesis de Gasteiz que, al margen de impulsar la convivencia y el juego entre diferentes, quiso también sensibilizar sobre una de las mayores lacras que azotan a la sociedad mundial, la esclavitud infantil. Un reivindicación, la de acabar con esta vergüenza, que no fue casual, ya que como todos los días 16 de abril ayer se celebró el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil. Una jornada en la que se conmemora el asesinato del niño pakistaní Iqbal Masih, que tras escapar de la fábrica de alfombras donde trabajaba desde que sólo tenía cuatro años en condiciones de semi-esclavitud se convirtió en un activista contra la explotación laboral infantil, hasta que fue asesinado el 16 de abril de 1995. Sólo tenía 12 años.
Bajo el lema Beste erara-De otra manera, la Diócesis de la capital alavesa reunió a más de 600 chavales de los diferentes grupos de tiempo libre de parroquias, colegios y movimientos diocesanos “que apuestan por una educación en valores y en la fe cristiana”, según explicó el Obispado. Tras un primer momento en la parroquia de San Vicente, de toma de contacto y de oración presidida por el nuevo obispo Juan Carlos Elizalde, los jóvenes se dividieron en pequeños grupos para realizar una gymkana con diferentes pruebas para conocer mejor al pequeño Iqbal Masih por las calles del Casco Viejo.
Los jóvenes se reunieron de nuevo un poco más tarde en la calle Postas, frente al edificio de Correos y junto a la escultura de Iqbal, para leer un manifiesto contra la esclavitud infantil, y posteriormente se dirigieron a la Plaza de los Fueros con un flashmob para expresar un deseo compartido: que entre todos se pueden cambiar las cosas siguiendo la misma música, moviéndose al ritmo de la solidaridad.
“Todos los niños tienen el derecho a ser protegidos contra la violencia y la explotación. Se calcula que en la actualidad hay más de 150 millones de menores en todo el mundo que son esclavos. La gravedad de este problema nos empuja a no cerrar los ojos y a colaborar en la búsqueda de soluciones a la esclavitud infantil”, denunció la Diócesis de Gasteiz.
La cita terminó pasadas las 19.00 horas, mirando constantemente al cielo, pero con un mensaje que perdurará en adelante. “Resulta inaceptable que todavía se permita y se practique la explotación laboral de millones de niños y niñas. Si queremos acabar con la esclavitud infantil tenemos que vivir de otra manera y poner los derechos humanos por delante de los intereses personales”, reivindicó la Diócesis de la capital alavesa.