vitoria - El gobierno municipal quiere cerrar cuanto antes el diseño del nuevo IBI para la capital alavesa y por ello ayer urgió a los grupos de la oposición, en el seno de la ponencia de fiscalidad, a alcanzar un acuerdo en el plazo de un mes, alegando razones técnicas, un emplazamiento que los grupos rechazaron. El concejal de Hacienda, Borja Belandia, acudió planteando, de entrada, que forzosamente se debe subir el tipo impositivo del actual 0,222% al 0,355%, porque así lo exige la Diputación. En su día se hizo una excepción con el tipo vigente hoy en día para mitigar el efecto del catastrazo de 2005 sobre los ciudadanos de la capital alavesa, jurídicamente discutible, pero a partir de la nueva revisión del catastro Gasteiz deberá ceñirse a la Norma Foral.

Otra cosa es que se modifique dicha Norma Foral para poder aplicar tipos impositivos más livianos, pero en ese caso sería en las Juntas Generales donde deberían ponerse de acuerdo los partidos, abriendo un complicado juego en dos escenarios que en ningún caso encaja con la prisa del gobierno municipal por cerrar esta cuestión. Además, Belandia insistió en su idea de que el IBI es un impuesto sobre las propiedades inmobiliarias, y por ello deben ser los metros cuadrados y la zona de la ciudad donde se encuentra la vivienda el criterio principal para calcular el impuesto.

El PNV también planteó que en el caso de que el nuevo cálculo del IBI suponga subidas muy importantes los recibos se puedan ir incrementando a lo largo de varios años, lo que por cierto también implicaría una modificación de la Norma Foral en el Legislativo alavés.

La presentación del equipo de gobierno causó sorpresa entre los grupos de la oposición, que no esperaban tener que cerrar el diseño del principal impuesto de la ciudad en unas pocas semanas. Desde Podemos, Jorge Hinojal señaló que el hecho de que se plantee esta urgencia como técnicamente necesaria -el gobierno municipal quiere tener los cálculos hechos cuanto antes para informar a la ciudadanía- en realidad “enmascara un discurso político”. En cuanto al peso de los criterios de renta en el cálculo del impuesto, Podemos cree que Belandia apela a aspectos técnicos para rechazar modificaciones de calado, y que “si no pudiéramos conjugar conceptos técnicos y políticos no habría ideología”. La formación está por la labor de mantener las actuales bonificaciones de hasta el 99% en función de los ingresos, “y de ahí no nos vamos a mover”.

EH Bildu también hace hincapié en el peso de la renta a la hora de diseñar el impuesto, al igual que Irabazi, formación partidaria de que los ingresos sean “un elemento de transformación social”. En el caso de la coalición abertzale, su portavoz, Miren Larrion, plantea excepciones para casos de personas que pueden vivir en grandes viviendas o en zonas bien de la ciudad y a la vez carecer de ingresos, una postura que por ejemplo también comparte el PSE. La coalición reclama un “factor corrector” para tratar este tipo de supuestos, pero en todo caso ayer también su mayor sorpresa eran los plazos establecidos por el gobierno municipal para cerrar la cuestión. “Quieren tratar el IBI de forma separada, cuando un debate conjunto de los impuestos podría permitir relajar el gravamen”, señalaban ayer desde la coalición.

En el PP, Manu Uriarte destacaba que “el IBI está ligado al valor de las viviendas y si el valor es menor, los ciudadanos tienen derecho a pagar menos y no más, como quiere el PNV”. Para el edil popular y anterior concejal de Hacienda, “esta subida desproporcionada para 2017 se suma a la que ya han aprobado este año en un 30% a las viviendas de VPO sin comunicarlo antes, y desde el PP estamos totalmente en contra de todo esto. Urtaran no puede pedir a los vitorianos que paguemos más por IBI para mantener su recaudación; es un despropósito y un atraco”. Para el grupo del PP, “lo que debe hacer Urtaran es exigir a Urkullu que se pague sus competencias y no asumir competencias de otros desde el Ayuntamiento”.

El equipo de gobierno, por su parte se limito a explicar que se aportó a los grupos “diferentes escenarios de recaudación”, que el 5 de mayo se celebrará la próxima reunión, y que el PNV tiene “la máxima voluntad de consenso”, una voluntad que también ve en el resto de grupos. Además, señalan desde el gabinete de Gorka Urtaran, sus propuestas se regirán “por el sentido común, sin incrementos ni bajadas desproporcionadas”.