LLODIO - La población de Llodio y localidades limítrofes volvieron a acudir ayer a disfrutar de la CXXIII Feria ganadera del Viernes de Dolores, organizada por la asociación Aberedunak, que transformó el espacio comprendido por la Herriko Plaza, la zona de Aldaikoerreka y el parking anexo al centro municipal de FP en un caserío de dimensiones exageradas. La cita reunió a una excelente selección del mejor ganado de la comarca y del Alto Nervión, que se complementó con una amplia variedad de productos agrícolas, alimenticios y artesanales que acercaron más de medio centenar de expositores, junto a maquinaria y elementos propios para el trabajo con animales o en el campo.
A diferencia de la pasada edición, el sol se sumó a la cita, ya marcada en rojo en el calendario para todo el sector primario del territorio histórico puesto que da el pistoletazo de salida a las vacaciones de Semana Santa, y que se ha convertido en una especie de networking ganadero. Tal y como explicó el presidente de Aberedunak, Justo Urquijo, “hace muchos años que esta feria no se destina a la compra-venta de ganado, debido a los gastos que eso conllevaría en veterinarios, pero sí es un importante punto de encuentro para las gentes del sector, que se intercambian teléfonos para futuras visitas a sus respectivas granjas de cara a cerrar negocios”.
La feria reunió a 60 caballos de carne y montura, 24 lotes de ovino y caprino, diez burros y la ya tradicional muestra de aves exóticas, junto a 65 cabezas de vacuno, entre las que destacó por su impresionante cornamenta un ejemplar de cachena, que llegó de un caserío de Olabezar, en Ayala. “Estas vacas son típicas de Portugal y Galicia. Antaño se utilizaban para los trabajos agrícolas, como por aquí los bueyes, pero ahora se usan más como productoras de leche y, sobre todo, de carne, que es de excelente calidad. Aún recuerdo como de pequeña me agarraba a sus cuernos e incluso al rabo para guiarlas del prado a la cuadra en los bajos de casa”, comentó Paquita Sánchez, una simpática abuela residente en Llodio, pero nacida en tierras gallegas, que dejó pasmada con la explicación al público.
No menos admiración causaron las cuatro parejas de bueyes enjaezados por coloristas yugos, junto a la cachena gallego-ayalesa. Por allí se encontraba retratándolas con su móvil Rafael Jiménez. “Les estoy haciendo una foto para enviársela a mi nieto que no ha podido venir”, explicó. Y es que una de los principales objetivos de esta cita es, precisamente, acercar el mundo rural a los más pequeños que, desde hoy, ya tienen vacaciones en los colegios. “Por eso la principal novedad de esta edición es la granja móvil”, apuntó Urquijo, en referencia a un corral repleto de gallinas, cabras enanas, ocas, patos mandarines, ocas, ánades reales, un cerdo vietnamita con su perro pastor e incluso tortugas, que se convirtieron en el principal reclamo del público infantil.
“Venimos de Balmaseda y llevamos un año con esta iniciativa que se nos ocurrió a raíz de los muchos animales de granja que tenemos en el baserri. Dejamos a los niños y niñas que entren por turnos y entren en contacto con los animales, les acaricien, cuiden y respeten, y aprendan que los huevos o la leche no salen de una caja de cartón que tenemos en la nevera”, explicó su propietario, Eneko Allende, mientras su compañera, Esther Gómez, añadía que “todos tienen nombre; la cabra Me, el cerdo Pebels, el perro Kaiser, la oca Gervasio, el conejo Granizo, el pony Gusgus...”.
La cita se complementó con un desafío de aizkolaris y un campeonato de bolos y ya, por la tarde, con pasacalles, el torneo de idi probak en el carrejo municipal y un concierto a cargo de la Coral Santa Lucía en la parroquia de San Pedro de Lamuza. De igual forma, el histórico evento sirvió de marco de presentación de Mari, Tartalo, Basajaun, Akerbeltz, Sorgin y Mikolasa, la nueva colección de cabezudos inspirados en la mitología vasca que ha llegado al municipio.
El relevo lo tomará mañana, a partir de las 10.00 horas, el vecino municipio de Okondo con su ya asentada Feria del Caserío. Otra cita de apoyo al productor local que inundará de puestos baserritarras la Avenida Carlos Garaikoetxea. Habrá también muestra de raza canina, castillos hinchables, kalejira y degustación de costilla y pimientos con Label vasco.
Orígenes. Esta jornada ganadera arrancó en 1890, coincidiendo con la inauguración en Llodio del recinto ferial de Arraño. Fue entonces cuando se comenzó a organizar la exposición y el concurso de ganado que, con algunos cambios, ha llegado hasta nuestros días. Es tal su importancia que sólo se ha dejado de celebrar cuatro veces: en 1937 por la Guerra Civil, por una grave epidemia que afectó a las reses, por una intensa nevada y en 2010 por la disconformidad del sector con el plan foral de gestión del lobo.