oion - El aceite ha sido para la localidad de Oion un producto que ayudaba a las economías familiares gracias a su producción para autoconsumo. Ahora, con el paso del tiempo, los olivareros y las instituciones tratan de darle un empujón al cultivo del olivo para diversificar sus riquezas y colocarlo en el lugar que le corresponde junto al viñedo y el vino.

¿Esta fiesta pone en valor la calidad del producto?

-Esta fiesta supone darle importancia a algo que durante años estuvo considerado como un subproducto en una zona en la que el cultivo prioritario era el viñedo y el vino. Ahora queremos ponerlo en su lugar, situarlo sino como un primer valor, sí como algo fundamental en nuestro territorio. Y es que el olivo y el aceite han sido valores importantes en el pasado, quitó mucha hambre, como recuerdan nuestros mayores que suelen contar que fue sustento tanto para ricos como para pobres.

¿Qué fue lo que sucedió para que el cultivo quedase postrado en el olvido?

-Desgraciadamente, el viñedo empujó con más fuerza y durante años se arrancaron los olivos, que ahora están siendo nuevamente plantados.

La hostelería se ha sumado a esta tarea colectiva?

-Ése es otro motivo más para promocionar el consumo porque es un orgullo que casi todos los bares se hayan sumado a esta ruta de pintxos que celebraremos durante el día de hoy. Ahora lo importante es que los vecinos y quienes nos visiten se animen a probar todos los que se han preparado para esta jornada hasta que no quede ni uno en los mostradores. La verdad es que los bares se han sumado con muchas ganas e ilusión a esta jornada de degustaciones.

Oion conserva dos trujales. ¿Cómo valora su existencia?

-Es muy importante que queden dos trujales, pero también lo es recordar que en Oion había muchos más, porque se molturaba en muchas casas. Hace poco Manuel González me contaba que hubo, al menos, hasta 10 trujales en nuestro pueblo, porque antaño la molienda se realizaba en las casas de los dueños de los olivos. Ahora, es una pena que la molienda tradicional se haya ido perdiendo en beneficio de técnicas más novedosas que, justo es reconocer, mejoran el producto y son más higiénicas. Antes, por ejemplo, los rulos aplastaban los huesos y eso daba sabores que con las técnicas de centrifugado se han eliminado.

Es ley de vida que los viejos trujales vayan desapareciendo?

-Los nuevos procesos están llevando a que las viejas instalaciones se conviertan en espacios para el recuerdo. Eso ha pasado con los trujales de Barriobusto y de Yécora, que se han reconvertido en museos locales del aceite y otro tanto pasará con el de Lantziego. Es una pena, pero es lo que demanda el futuro para que pueda haber un aceite de mayor calidad.