Ni aun pensando en la recompensa pintxopotera al final del día se hizo menos desagradable encarar el jueves. El de ayer fue un día frío, húmedo y con un viento norte que a veces soplaba con fuerza, de ésos que se aferran a los huesos y no sueltan su presa. A la hora del almuerzo, la lluvia caía a goterones por toda Álava, mientras las zonas de alta montaña continuaban cubriéndose de blanco, con los puertos de Herrera, Opakua, Bernedo y Zaldiaran cerrados y el resto abiertos al tráfico pero con precaución. La Diputación mantuvo activo como desde la noche anterior el plan de vialidad invernal en periodo de emergencia, aunque reforzó el dispositivo hasta el mediodía con 46 medios humanos, 16 equipos quitanieves y dos patrullas de Miñones. Luego, por la tarde, ya no hicieron falta grandes esfuerzos para recuperar la normalidad. La cota de nieve fue subiendo progresivamente hasta los mil metros, para dejar todo el protagonismo a las precipitaciones en forma de agua, que seguirían siendo abundantes a lo largo de la noche, como una traca final antes del inicio de unos cuantos días en los que parece que al fin se verá de seguido el sol.

Y el pantano de Ullibarri, a todo esto, escupió agua toda la mañana hasta que alivió el empacho. Ayer al mediodía, el pantano se situaba al 87,78% de su capacidad, un porcentaje menos crítico que durante el último episodio de lluvias e inundaciones, pero evacuaba 42 metros cúbicos por segundo. Después de comer, se había estabilizado en 88% y se habían cerrado las compuertas. Medida adoptada por las previsiones venideras y el nivel del Zadorra, que a lo largo de la mañana pasó de estar a 2,26 metros a la altura de Abetxuko a subir hasta 4,40, anegando las áreas adyacentes. Y más abajo, la Diputación se vio obligada a cortar varias carreteras, en el entorno de Trespuentes y Víllodas, localidades que una vez más sufrieron el impacto de las inundaciones.

Por suerte, y aunque parezca increíble, las previsiones meteorológicas pintan para los próximos siete días más sol que nubes o agua, sobre todo de cara a la semana que viene, momento en el que también se espera una subida de las temperaturas, con máximas que podrían superar los diez grados en la capital alavesa. Una estabilidad bienvenida tras tantas jornadas grises que está por ver si se mantiene de cara al esperadísimo periodo vacacional de Semana Santa. - J.S. / Foto: Alex Larretxi