la conmemoración de uno de los episodios más desgraciados de la historia de Gasteiz, la masacre del 3 de marzo de 1976, será este año más especial que nunca, coincidiendo con su 40 aniversario. Una cifra tan redonda como elevada, que denota que el tiempo pasa pero la impunidad queda, y que servirá como oportunidad para involucrar a todo el barrio de Zaramaga y a la capital alavesa en su conjunto en la memoria de las víctimas. Pedro Mari Martínez Ocio, José Castillo, Francisco Aznar, Romualdo Barroso y Bienvenido Pereda, los cinco trabajadores asesinados a tiros por la Policía Armada mientras participaban en una asamblea pacífica en la iglesia de San Francisco de Asís.

La iniciativa estrella de este cumpleaños será, sin lugar a dudas, el Memorial 3 de marzo 1976-2016, un viaje a la historia reciente de Zaramaga que ahondará en el recuerdo y el reconocimiento de los muertos y los heridos -que también los hubo por decenas- a través de la intervención artística, audiovisual y literaria. Pero no será la única. La plataforma Herri Ekintza viene desarrollando también desde hace un par de semanas un amplio programa de actividades para conmemorar esta efeméride en distintos puntos de la ciudad, las Aulas de la Tercera Edad harán estos días varios viajes al pasado -el primero ayer-, al tiempo que el museo Artium acogerá los días 29 y 1 de marzo unas jornadas internacionales sobre memoria histórica.

La puesta de largo del memorial del 3 de marzo tendrá lugar en poco más de una semana, la víspera del 40 cumpleaños, un miércoles 2 en el que se celebrará una visita restringida por sus espacios a las víctimas y sus familiares y allegados. Ese mismo día, ya a las 19.00 horas, el auditorio del museo Artium acogerá también una presentación pública del proyecto con la participación, entre otras, de las cinco artistas que le han dado vida, Irantzu Lekue, Sandra Santos, Verónica Werckmeister, Marta Gil y Txaro Arrazola, momento a partir del cual arrancarán las visitas guiadas para conocerlo.

Será, tal y como avanzó en una reciente entrevista con este periódico Juan Ibarrondo, el encargado de guionizar el memorial, algo similar a “una máquina del tiempo” con la que los visitantes se adentrarán en el día a día de un barrio obrero de la época y en el porqué y el cómo de sus luchas. Cinco espacios conceptuales, el barrio, la fábrica, el mercadillo, la taberna y la iglesia, cobrarán vida a lo largo y ancho de Zaramaga, esos lugares comunes donde se configuró el contexto de los sucesos del 3 de marzo. Cada participante dispondrá de unos audífonos y un plano para orientarse por el recorrido, en el que una persona hará de guía. En los puntos señalados, cada uno de los cuales estará acompañado por una intervención artística, se activarán los audífonos y se podrá escuchar un relato dramatizado sobre los sucesos, la historia construida por Ibarrondo. Se establecerá entonces un juego entre lo que se ve, se oye y se recuerda, un juego entre presente y pasado que pretende establecer una negación radical del olvido.

El recorrido terminará en la iglesia de San Francisco, donde se proyectara un collage audiovisual realizado por Sandra Santos a partir de imágenes y sonidos de la época. Por el momento, el Obispado únicamente ha cedido el templo a los impulsores del memorial para la jornada previa al 3 de marzo, en la que se celebrará la ya citada visita restringida, aunque éstos siguen a la espera de poder ampliar el permiso.

Todo el que quiera, puede apuntarse ya a las visitas guiadas en el blog https://gasteizm3m.blogspot.com.es/. Abiertas también a escolares y otros colectivos, se extenderán durante un año, pero algunas de sus instalaciones se quedarán de forma permanente en el barrio. Se harán en principio dos recorridos semanales, siempre en función de la demanda.

Verónica Werckmeister, conocida por ser la cofundadora del itinerario muralístico de Gasteiz, ha creado la obra Siempre hay algo que ver, donde jugará con unos paneles de cristal blindado y distintas imágenes para, por un lado “hacer memoria de lo que sucedió” y, por otro, “contextualizarlo con la lucha obrera” que se desarrolla en todo el mundo. “He hecho una reflexión más sobre la organización de la clase obrera que sobre los sucesos en sí”, explica en declaraciones a este periódico la artista, que tendrá su intervención ubicada cerca de la plaza de Llodio.

casi todo listo Werckmeister ya tiene todo prácticamente listo para que su obra tome las calles del barrio, al igual que Txaro Arrazola. En su caso, desplegará tres lonas que, bajo el título Justicia, Solidaridad, Libertad, pretenden ser un homenaje a la lucha obrera. Podrán visualizarse en la propia plaza de Llodio, frente a lo que en aquellos años era Forjas Alavesas y en el entorno o en un muro de la iglesia de San Francisco, en función de los permisos de autoridades eclesiásticas. Arrazola, que vivió la masacre de Zaramaga con ojos de adolescente, ha acogido también el encargo con orgullo e ilusión.

“Me ha inspirado que es una herida abierta de 40 años, con víctimas que no han sido reconocidas por nadie”, contextualiza la artista, que confía en que el proyecto sirva para “despertar el recuerdo”, que cuenta con bastantes lagunas en la ciudad. “Es increíble que haya gente de 45 años o menos que no sepa lo que pasó entonces. Va a servir para refrescar la memoria bastante”, apunta Arrazola.

Irantzu Lekue, entretanto, será la responsable de la obra llamada La fuerza de las mujeres, un homenaje a la creación de la Asamblea de Mujeres de Álava y en agradecimiento a la labor de lucha y apoyo de todas las féminas en las huelgas de 1976 que se ubicará frente al mercado de Zaramaga. Diez bolas creadas en acero corten formarán un círculo en su exterior, representando la unión de estas mujeres en las manifestaciones de las bolsas vacías.

Sandra Santos, por su parte, ha desarrollado al margen del vídeo collage final una instalación artística que ocupará el espacio cercano al bar y la fábrica del memorial con el que pretende preservar el recuerdo de los hechos, la memoria tanto de las víctimas como de los supervivientes de la carga policial. La obra estará elaborada con bases de madera rústica y cera encáustica que será pigmentada y transformada a través del color.

Por último, Marta Gil ha creado un futbolín en memoria del partido de fútbol femenino que se disputó durante las huelgas sindicales de 1976, donde tomaron parte las obreras en paro y las compañeras de los trabajadores desempleados. La artista pretende con él crear una liguilla de barrio donde la gente que tome parte pueda conocer más sobre la historia de Zaramaga y el 3 de marzo a través del juego. Cabe recordar que Gil ha sido también la creadora del logo oficial del memorial, que servirá para su reconocimiento visual, tanto en la señalética instalada en el barrio para definir los espacios destinados al recorrido, como de imagen de marca. El trabajo representa de forma conceptual a los cinco trabajadores asesinados aquel fatídico 3 de marzo, como puntos en el espacio, y emplea además los colores rojo y negro, un diseño enmarcado en esquemáticas ondas de radio.

La elección de estas cinco artistas conocidas en el ámbito artístico y cultural de la ciudad especialmente por su intervención en actividades de arte público, muralismo, intervenciones de street art, vídeo creación o docencia universitaria, no ha sido casual, sino que busca poner en valor el fundamental papel jugado por las mujeres en las luchas y huelgas de marzo de 1976 en Gasteiz. La fecha en la que, precisamente, también echó a andar la Asamblea de Mujeres de Álava.