Nació como una experiencia, pero el paso de las niñas y niños saharauis dejó una impactante marca entre la gente que estuvo con ellos y entre los que llegaron a conocer su presencia en Kuartango durante el pasado verano. Para no perder ese compromiso solidario, los propios vecinos del valle acordaron seguir adelante en los siguientes años y crear una estructura estable para poderlos atender en condiciones. Así, acaba de nacer la asociación Arabako Bakelekua. Concretamente, tomó forma a finales de 2015 con la intención de continuar con un proyecto que el pasado verano se inicio en el citado municipio. Se trata de una colonia infantil para niños refugiados saharauis. El pasado verano el proyecto fue puesto en marcha y gestionado por la asociación Euskal Trenbideetako Langileak Mugarik Gabe (Ferroviarios Vascos sin Fronteras), y este año, aunque se cuenta también con la ayuda de dicha organización, los promotores quieren que sea la gente, tanto de Kuartango, como de Álava en general, la que tome las riendas. Por eso, nace esta iniciativa, abierta a todas las personas que quieran participar.

Según destacan la presidenta, María Santorum, y la tesorera, Itzi Martínez de Santos, “la idea de estas iniciativas es que cada provincia trabaje de una forma independiente, que sea la gente la que se involucre, aunque Euskal Trenbideetako Langileak Mugarik Gabe sigue apoyando todo el proceso”. En cualquier caso, el Ayuntamiento de Kuartango también sigue por detrás. “Es un apoyo muy importante -relata Martínez de Santos- porque es parte fundamental de las acciones solidarias del valle. Pero además es quien cede la casa para el alojamiento y apoya económicamente en la medida de sus posibilidades”.

Desde la asociación se han propuesto varios objetivos. Por un lado, dar a conocer el proyecto -que se enmarca dentro del Programa Oporrak Bakean (Vacaciones en Paz)- y la situación que vive la población saharaui en los campos de refugiados de Argelia. Por otro, se pretende conseguir concienciar e implicar en el proyecto a la población alavesa.

De momento, en la asociación colaboran cerca de 30 personas, la mayoría de Kuartango, pero también de otros municipios. En estos momentos se encuentran en la fase de luchar para que se interesen y se impliquen personas de todo el territorio histórico para lograr así que el proyecto sea realmente de toda Álava.

Para ello están realizando un importante trabajo de difusión. Se están dirigiendo a todos los municipios alaveses para informar sobre el proyecto a los miembros de sus corporaciones y para solicitar también ayuda económica con la que poder hacer frente a los gastos de Bakelekua para este verano. Y es que ya está tomada la decisión. En 2016 volverán a convivir con los alaveses 20 niñas y niños saharauis. Y sólo para hacer frente a los gastos de los viajes se necesitan 675 euros por cada menor. Ésa es una de las partidas, pero además de la ayuda económica que en su caso les puedan otorgar, desde la asociación consideran muy importante cualquier otro tipo de colaboración que pueda establecerse entre la asociación y dichos ayuntamientos.

Mientras se desarrolla ese trabajo de difusión y captación de fondos, han comenzado ya a preparar la casa en la que se alojarán los menores. Se trata de la conocida como casa del veterinario, un inmueble municipal que ya cedió el Ayuntamiento de Kuartango el pasado año, y que están habilitando y completando con todo lo necesario para que los chavales estén lo mejor posible.

El objetivo de Oporrak Bakean y, por tanto, de Arabako Bakelekua, es conseguir que vengan el mayor número de niños de los campamentos de refugiados para que no tengan que vivir durante el verano en unas condiciones climatológicas tan extremas. Además, se trata de facilitarles una mejor calidad de vida durante su estancia en Álava. Para lograrlo se planifica una dieta equilibrada para así poder prevenir posibles problemas de salud, como anemia o resfriados, entre otros, además de aumentar sus defensas para sobrevivir al duro invierno del desierto. También se hicieron y se volverán a realizar reconocimientos médicos a través de Osakidetza y de otros profesionales que colaboran con Oporrak Bakean. De este modo, se hace una labor de prevención o, en caso de aparecer los primeros elementos sintomáticos, de remedio de la patología lo antes posible.

En cuanto a su programa durante la estancia, se están preparando diferentes actividades educativas. Podrán conocer nuevas costumbres y otras maneras de vivir distintas a las suyas. Además, se realizarán, como en 2015, salidas a parques naturales, lugares culturales, ayuntamientos, pueblos, playas, montes? Y lo que es más importante: los pequeños tendrán la posibilidad de convivir con niños de aquí. A cambio, los visitantes dan a conocer la situación que vive el pueblo saharaui, convirtiéndose en pequeños embajadores de su país, de su cultura y del conflicto. De este modo, se refuerzan los lazos solidarios entre los dos pueblos.

Unos lazos que tienen un importante factor emocional, como reconoce Itziar Martínez de Santos, “aunque somos consciente de cómo funcionan las cosas. La selección la realiza Oporrak Bakean y los pequeños no pueden superar los 12 años de edad”. Durante la convivencia, se crean fuertes lazos afectivos, “porque la implicación de cada uno de nosotros es muy grande. Pero somos conscientes de que los más pequeños podrán venir unos años y después lo dejarán de hacer al cumplir los 12 años”. Afortunadamente, “aunque antes apenas se podía mantener contacto telefónico con los niños que íbamos conociendo, ahora, con Internet y Facebook el contacto es hasta diario”.

En cuanto a los recursos económicos, para hacer frente a los gastos del proyecto, desde él se está pidiendo la colaboración a diferentes instituciones vascas, tanto públicas como privadas. También realizan diferentes actividades dirigidas a la búsqueda de financiación (venta calendarios, lotería, camisetas, rifas solidarias, recogida de alimentos en centros comerciales o recogida de ropa en centros escolares). Pero, para las impulsoras de la asociación, tan importante como la financiación son los recursos humanos. Por ello han querido destacar el importante trabajo que realizaron el pasado verano los voluntarios, porque su dedicación, entrega y cariño fue extraordinario y un gran ejemplo para la gente del valle, que ya de por si está muy comprometida con todo tipo de causas sociales.

De hecho, han colaborado también en otros proyectos. Por ejemplo, algunos miembros de la asociación han ayudado a Ferroviarios Vascos sin Fronteras a llevar hasta el puerto de Alicante vehículos con ayuda humanitaria con destino a los campamentos. Para María e Itziar está siendo un año intenso, de mucho trabajo, porque los comienzos no son fáciles, pero están muy ilusionadas y tienen muchas ideas. Para facilitar la colaboración y el conocimiento de este proyecto han puesto en marcha www.arabakobakelekua.eus, y también una cuenta en Facebook. Para quien desee colaborar con cualquier sugerencia, idea o propuesta la pueden hacer llegar a través del correo arabakobakelekua@gmail.com, y también es posible acudir a las reuniones abiertas que convoquen.