vitoria - El accidente que sufrió ayer un caballo en la pasarela recientemente instalada en el recorrido de la vía verde del Vasco-Navarro para salvar la carretera a la altura de Olaranbe ya tiene culpables. La montura y el jinete nunca deberían haber pasado por la estructura, ideada e instalada para su utilización por parte de viandantes y ciclistas exclusivamente. Así, al menos, lo especifican sendas señales en ambas direcciones a la entrada y salida del puente. La señalética acota los accesos permitidos para paseantes y bicicletas. No existe ningún indicativo extra que se refiera a equinos, según explica la Diputación.
Fuentes forales consultadas explican que la pasarela tiene una barandilla que pasa con poco del metro de altura y que la anchura de la estructura peatonal es de tres metros. Se encuentra hasta a seis metros de altura. De haberse querido compatibilizar el uso también para monturas, el puente debería haberse estructurado como un paso ciego en el que el caballo no pudiera ver el tráfico que pasa por debajo. Precisamente, se baraja tal circunstancia, la del encabritamiento del animal al observar el ruido y la fluidez del tráfico, como causa de que la pasarela acabase por quebrarse ante las embestidas de la res.
Pese a tales consideraciones y evidencias, Irabazi solicitó ayer al gobierno municipal y a la Diputación que exijan responsabilidades a la empresa Campezo Obras y Servicios, adjudicataria de la conexión de la vía verde. - M.G.