el programa Hogares Verdes, nacido para impulsar una actitud más sostenible entre las familias de Vitoria y que este año ha llegado por primera vez a la capital alavesa de la mano del Ayuntamiento y la empresa de consultoría sostenible Atari, tendrá el año que viene una segunda edición en la que se duplicará el número de familias participantes, pasando de las 25 que han participado este año a las 50.
Con este programa, las familias reciben cursos mensuales de gestión de residuos, jardinería y horticultura, movilidad, conducción eficiente, puesta a punto de sus bicicletas y creación de un pequeño huerto vegetal en sus domicilios, entre otras cosas. Además, los hogares son objeto de una auditoría personalizada para analizar los consumos domésticos, atendiendo a sus facturas y sus gastos eléctricos. El objetivo es que los participantes interioricen el cuidado de su entorno y el deseo de mejorar sus prácticas sostenibles en la medida de lo posible, prácticas que encajan como anillo al dedo en la filosofía green de Gasteiz.
Ayer, las 25 familias que han participado este año en Vitoria en la primera edición de Hogares Verdes celebraron una fiesta de clausura en el Centro Ataria. Una cita de despedida que se desarrolló en el salón de actos y en el que las propias familias proporcionaron parte del catering con productos de comercio justo.
Además de la responsable de la firma que gestiona el programa, Maite Bravo, de la consultoría sostenible Atari, y los miembros de las familias, la jornada contó con la presencia de concejales y representantes del Ayuntamiento de Vitoria, su jefe de residuos, técnicos y miembros del Centro de Estudios Ambientales, como Juan Carlos Escudero y su director, Luis Andrés Orive, entre otros asistentes.
Impulsado a nivel nacional por el Centro de Educación Ambiental, Hogares Verdes promueve el ahorro en el consumo de agua y energía y una lista de la compra más ética y ecológica entre la ciudadanía.
Rastrillo... y tómbola Al margen de este acto, Gasteiz acogió también ayer dos iniciativas que remarcaron su perfil solidario, un rastrillo de juguetes organizado por la Asociación Africanista Manuel Iradier con la colaboración del Ayuntamiento y una tómbola, impulsada por el colectivo Lolek, para recaudar fondos para ayudar a familias sin recursos. Las citas se celebraron, respectivamente, en el Iradier Arena y en los despachos parroquiales de la Iglesia del Carmen. - DNA