gasteiz - Armados con un megáfono y unos cuantos petardos, los trabajadores de Tuvisa se concentraron ayer frente a la Casa Consistorial vitoriana, donde se celebraba un Pleno ordinario, para reclamar que se renueve la flota de autobuses municipal. Las inversiones pendientes en la sociedad están paralizadas desde hace ya varios años y los vehículos cada vez dan más problemas, y ayer la plantilla acudió por tanto a la Plaza Nueva para exigir una solución, pero también para pedir que no se les utilice en eventuales negociaciones presupuestarias.

Así lo afirmaba el presidente del comité de empresa, Francisco Guzmán, después de que el presidente de Tuvisa, Borja Belandia, les pidiera a los trabajadores que esperen hasta el 20 de diciembre, día de las elecciones generales, para buscar una solución. A juicio de Belandia, la cercanía de los comicios impedirá que los grupos pacten una fórmula para inyectar dinero en Tuvisa -el PNV planteó subir las tarifas en 2016 para comprar los autobuses, y sólo obtuvo el respaldo de Sumando-Hemen Gaude-, pero los trabajadores se niegan a ser utilizados para un “chantaje”. “No pueden usarnos como moneda de cambio en sus juegos políticos, esto hay pararlo y protestar”, aseguró Guzmán, quien explicó que la sociedad municipal de transporte va “con lo justo para ir tirando, después de varios presupuestos prorrogados”.

La situación, ciertamente, es muy urgente. “Tenemos un montón de averías todos los días porque los autobuses más nuevos tienen siete años y medio millón de kilómetros”, denunció el presidente del comité. Y resulta que en muchas ocasiones, cuando se producen esas averías, no hay autobuses de reserva para sustituir al vehículo averiado. “Si la avería es muy importante -explicó Guzmán-, evidentemente, el autobús se retira y no hay otro para cambiar; eso le está afectando a la ciudadanía porque se resienten las frecuencias”.

Por todo esto, y ante el bloqueo a las inversiones en la empresa que, al menos de momento, se va a repetir en 2016, la plantilla decidió “darles un toque” a los representantes municipales a las puertas del Ayuntamiento. “Ya veremos si responden o no, si siguen por el mismo camino seguiremos concentrándonos”, concluyó el portavoz sindical.

Las estrecheces económicas que sufre el Ayuntamiento de Vitoria no son ningún secreto para nadie, pero unos las sufren con más intensidad que otros, y si los chóferes de Tuvisa padecen en sus riñones los kilómetros acumulados por unos autobuses obsoletos, hay quien incluso está en serio peligro de perder su empleo. En esa situación se encuentran los más de cuarenta trabajadores de Viveros Perica, la empresa que desde hace años se encarga del mantenimiento de los parques y jardines de la ciudad.

Rafael Busto preside el comité de empresa de una firma cuya partida presupuestaria para el año que viene, al menos de momento, es de 1.625.000 euros, frente a los 2,7 millones de 2015. Es decir, un recorte del 40% que deja para el mantenimiento de parques y jardines una cantidad que “no da ni para pagar a los trabajadores subrogables”, y por ello “la empresa plantea que con ese recorte va a haber despidos”, explicó Busto.

Por ello, el próximo día 4 los trabajadores de Perica harán huelga, “y haremos todas las movilizaciones que haga falta porque vemos en peligro nuestros puestos de trabajo”. La próxima semana, en todo caso, los representantes de los trabajadores se reunirán con el equipo de gobierno, aunque no esperan “grandes sorpresas, porque si ni siquiera se han comunicado con la empresa y supongo que a nosotros tampoco nos dirán nada importante”, afirmó Busto, que alertaba una vez más sobre su situación. “Somos todos mileuristas, tenemos la extra prorrateada, si no cobraríamos novecientos y pico euros al mes, y encima nos quiere echar el Ayuntamiento a la calle”, concluyó.