la imagen habla por sí misma. Un día cualquiera de labor, a media mañana, en plena estación de autobuses de la ciudad. En el parking subterráneo del edificio, apenas una decena de las 302 plazas de rotación disponibles están ocupadas, y eso que el primer cuarto de hora de estacionamiento es gratis. El aparcamiento soterrado del apeadero es uno más de los once que existen en la capital alavesa, más otros cuatro en superficie, y que suman todos juntos más de 3.500 plazas en rotación.

Algunos de ellos funcionan bien, como por ejemplo el de la Catedral Nueva, uno de los más cercanos al centro de la ciudad, ubicado además junto a dos centros escolares, y que en determinadas horas del día está lleno de luces rojas en sus dos primeras plantas, las destinadas a la rotación.

Sin embargo, el caso del parking de la estación de autobuses, que apenas lleva unos meses abierto, se repite en otras infraestructuras similares, como el del Iradier Arena. Además de presentar problemas de otro tipo, como importantes humedades, este aparcamiento dispone de un total de 792 plazas, 300 de ellas en rotación y que apenas utiliza nadie.

En las dependencias municipales de San Martín también hay un parking de pago, éste en superficie, destinado al medio centenar de funcionarios que trabajan allí o a quienes vayan a hacer sus trámites al nuevo edificio. En día de labor y a mitad de la jornada laboral de los empleados municipales, no llega a llenarse ni a la mitad de su capacidad. A partir de las 15.00 horas el estacionamiento aquí es gratuito, pero ni así. De hecho, si por la mañana la ocupación en el parking era muy pobre, por la tarde era inexistente.

En todo caso, el hecho de tener que pagar contribuye, qué duda cabe, a persuadir a los conductores de utilizar estas infraestructuras, y no en todas se cobra igual. El primer minuto cuesta entre los 0,50 euros del Iradier Arena y los 0,74 del de la plaza de Santa Bárbara, y a partir de ahí los precios oscilan entre los 0,0177 euros por minuto del Artium hasta los 0,323 de Santa Bárbara. En la estación de autobuses, en Amárica y en el Iradier Arena se establecen además diversos tramos de precios en función del tiempo que se queda aparcado el vehículo.

Un buen indicador para comparar es el coste por día completo que ofrece cada cual. En la estación sale a 18,76 euros, y en la Catedral a 18,45; 18,60 euros cuesta dejar el coche todo el día en Santa Bárbara. En un siguiente escalón de precios se encontrarían el parking del Palacio Europa (16,20 euros el día completo), Juan de Ayala, al mismo precio, el de Dendaraba (15,90), el de la plaza Amárica (15,75 euros), Francia IV (14,95 euros la jornada), o el del Edificio Deba (14,50). Por último, los aparcamientos subterráneos explotados por Tuvisa, el del Artium y el del Iradier Arena, son los que ofrecen precios más competitivos. En ellos el día completo sale a 7,99 y 12,75 euros, respectivamente.

Otras razones explican, además del dinero, el escaso éxito que tienen algunos de los aparcamientos subterráneos de la ciudad. Una de ellas es la mejora en el transporte público que ha experimentado Vitoria en los últimos años. La estación de autobuses, sin ir más lejos, está perfectamente comunicada, especialmente por el tranvía vitoriano, uno de los escasos metros ligeros del Estado español que han salido rentables, pero también por la red de Tuvisa, cuyo número de usuarios sigue creciendo ejercicio tras ejercicio y que hace escasos años, y siguiendo las directrices del Plan de Movilidad, se reformó para llegar a más puntos de la ciudad y mejorar las frecuencias. Otro motivo que explica la infrautilización de algunos aparcamientos de Vitoria es la bicicleta. La Green Capital ha elevado el porcentaje de uso de este vehículo con respecto al resto del ya interesante 7% de hace cuatro años al actual 13,5%, gracias a la conciencia ciudadana, principalmente, a la mejora de la red de bidegorris y a que conducir por Vitoria sigue siendo engorroso e incómodo.

También es normal que los parkings subterráneos se utilicen menos si en apenas una década la oferta de plazas subterráneas en rotación en la capital alavesa se incrementa en un 34%, como ha ocurrido con la habilitación de los aparcamientos del Iradier Arena, la plaza de Amárica y la estación de autobuses. Éstos dos últimos apenas llevan un lustro en funcionamiento, y han incrementado ellos solos la oferta de plazas en más de un 21%.

menos coches en las calles De forma paralela, sea por el auge de otros medios de transporte o por la crisis económica, desde 2010 en Gasteiz hay cada vez menos coches particulares. Durante cuatro años consecutivos el número de turismos descendió en Vitoria tras una década, la del milagro económico español, en la que hubo aumentos constantes y sostenidos del parque móvil vitoriano. Sólo en 2014 se revertió de nuevo la tendencia y la ciudad pasó de los 109.745 coches privados del año anterior a contar con casi 200 más.

Además, la mejora del transporte público interno y el mayor uso de la bicicleta permite dar un mayor uso a los parkings gratuitos disuasorios del extrarradio, donde muchos aparcan para después ir en el tranvía, el autobús o en su bici plegable al centro. El de Luis Olariaga cuenta con 760 plazas, el de Mendizorroza dispone de 740, en el de Mendizabala hay un millar de espacios para aparcar, y en Coronela Ibaibarriaga hay otras 192. También está el parking del Buesa Arena, más a desmano, pero que alberga 2.700 plazas de aparcamiento, utilizadas con profusión los días en los que se programan partidos del Baskonia.