a escasos días de que comience la vendimia, agricultores y bodegueros no quitan ojo al cielo. El aviso que recibieron el pasado lunes en forma de chaparrada y piedra ha provocado cierta ansiedad en el sector vitivinícola, que llegaba a su hora 0 con unas previsiones iniciales excelentes, que ya no lo serán tanto tras las afecciones provocadas por las tormentas. En cualquier caso, la maduración en los viñedos de Rioja Alavesa continúa avanzando y todo sigue apuntando a que la vendimia tendrá un adelanto de entre una semana y diez días, según las zonas. Lo que está claro es que la recogida generalizada para el Pilar, alrededor del 12 de octubre, no tendrá lugar este año. Y existe coincidencia en que la razón de ello es el cambio climático que está afectando al conjunto del planeta. Aunque, como en todo en esta vida, nunca llueve a gusto de todos.
Jesús Astorga, de Bodegas Loli Casado, elabora vino Rioja y también cavas y vinos supurados. Su trabajo a pie de viñedo le confiere la virtud de saber a lo que se enfrenta. Consultado por el estado de la uva, confirma que “en la zona en la que estamos, en la que afortunadamente no nos hemos visto afectados por las tormentas de los pasados días, la uva está muy sana”. En principio, el seguimiento que se hace al viñedo va marcando ya unos índices de maduración, sobre todo, en las bayas blancas, que hace pensar que “esta próxima semana, hacia el 10 de septiembre podíamos comenzar con la vendimia. Habrá que dar unos días a que el tempranillo, sobre todo, y las variedades tintas terminen de alcanzar el punto de maduración”. En opinión de este bodeguero y enólogo, las perspectivas son buenas, “la uva da gusto verla” y lo que queda es dejar que en septiembre, como todos los años, el tiempo haga su labor favorable.
Como es natural, lo ocurrido esta pasada semana en varios municipios, que vieron alrededor de 2.550 hectáreas dañadas por el pedrisco, está en la mente de todos. Para los vitivinicultores y agricultores es arriesgado, “pero ahí estamos todos los años. Es jugar a esperar el momento y no pasarnos”. Astorga considera que sería interesante esperar unos pocos días más y ver la evolución del viñedo, pero siendo conscientes del problema que puede venir. Confía en que las tormentas vayan remitiendo, y que la semana que viene pueda ser más favorable para el inicio de la vendimia.
El análisis del año asegura que éste vino marcado por unas nevadas que en las cotas de altitud de la comarca no se veían desde hace unos cuantos años. Luego comenzaron, desde mayo, unos calores muy fuertes que se prolongaron durante todo el verano. Para Astorga, “no cabe duda de que aquí está cambiando algo. No sabemos si los cambios van a ser tan bruscos como los estamos viendo este año, o si es algo excepcional y el año que viene será un poco más normal. Pero lo que si tenemos que ir es mentalizándonos que el ser humano se tiene que adaptar a lo que la naturaleza manda”. En ese sentido, también explica que en los próximos años se irán viendo más claramente cambios de fechas, y que los agricultores deberán entender el viñedo de otra forma, “porque la naturaleza es sabia y la viña también lo es y es capaz de aclimatarse a las nuevas condiciones que vengan”.
Astorga considera que en la comarca de Rioja Alavesa hay multitud de microclimas, no sólo por pueblos, sino por barrancos, por llanuras, por laderas. Bien es cierto que la propia altitud, aunque no es mucha desde la orilla del Ebro a las más altas de plantación en Sierra Cantabria, no es excesiva. Pero lo real es que los vientos y los condicionantes del clima hacen que cada parcela, cada zona, tenga su característica “y que eso -que es lo bueno- se transmita al vino para que haya caldos muy peculiares y diferentes dentro de una misma zona”.
Dentro de esos vinos peculiares están los supurados, los vinos de hielo que se experimentan desde no hace demasiados años en Rioja Alavesa. Se trata de una uva de vendimia tardía. Se hace una previsión, dejan uva en el viñedo y hay años que el otoño les permite que esas uvas estén unas semanas más en las cepas.
Luis Aldazábal, agricultor y alcalde de Elciego, explica que la vendimia se presenta, como se viene anunciando, muy temprana, “no tanto como decían algunos de vendimiar en agosto, pero sí para septiembre, aunque lo bueno, tradicionalmente, es vendimiar en octubre. Si andamos como tenemos que andar y hacemos caso a los estudios que se están realizando, estamos en un estado de maduración mucho más avanzado que otros años, pero tiene algo menos de grado. También cuenta con la acidez que precisa”.
Aldazábal cree que la razón del adelanto de la vendimia es climatológica y destaca que hubo un invierno muy lluvioso y húmedo. “Ahora no queremos que llueva más, ni una gota, para mantener el color de la uva”. Lo que sí espera es que los vinos de este año tengan características “más atlánticas que mediterráneas, que es a lo que estamos acostumbrados”. Pero serán, en cualquier caso, “grandes vinos”. En cuanto a producción opina que será una cosecha muy buena. Afortunadamente el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja ha subido los rendimientos el 7% por cartilla y “eso es positivo”. “Lo malo es lo que ha ocurrido en pueblos hermanos, en partes de Villabuena, Baños, Leza y Samaniego a causa del pedrisco. Es una pena que haya sido tan reciente y que apenas quede margen de maniobra para que se recuperen. En general todos deberemos estar pendientes para que no aparezca la botrytis”.
En cuanto a los precios, “no sabemos que es lo que está pasando con el blanco y los bajos precios que se están oyendo, Ojalá no sea así, pero se habla de que hay dos millones de litros de vino blanco almacenados y sin salir. No sé qué juego ha habido aquí”. Agricultor e hijo de agricultores, el primer edil de la villa que celebrará este año la Fiesta de la Vendimia afirma que “no se entiende cómo puede bajar tanto de precio en un año la uva blanca. No lo entiendo y creo que alguien ha jugado con esto”. Otra cosa es la uva tinta. Las noticias al respecto hablan de precios halagüeños y de plazos de cobro de acuerdo con la nueva legislación.
Juan Jesús Valdelana, de Bodegas Valdelana, asegura que la uva tiene un estado sanitario estupendo, porque este año, de momento, “ha hecho todo lo que tiene que hacer. Tuvimos una pluviometría muy elevada en el invierno; en la primavera hizo un cuajado, una floración, también estupenda; en verano hubo muchos días soleados, que han permitido el crecimiento de azúcares y ahora está soplando el norte”. Por esas razones expone que, excepto el viñedo más próximo a Sierra Cantabria, que ha sufrido las inclemencias del tiempo, la piedra, el resto de la zona tiene unas características extraordinarias. Los vientos que soplan del norte vienen a endurecer la piel, con lo que el grano tendrá un índice de antocianos mucho más elevado que otros años, que un año normal. Además, añade que este viento norte ha conllevado la pasificación de algún pequeño brote de botrytis en algunas variedades blancas, en viura y malvasía. “Ahora necesitamos unos días de calor, porque siempre se ha dicho que la uva necesita algún día de octubre, pero habrá un adelanto de la vendimia de una semana aproximadamente”.
Valdelana también se muestra de acuerdo en que el clima está cambiando. Antes los viñedos plantados próximos al Ebro tenían más exposición al sol pero el cambio climático ha cambiado entre dos y tres grados y eso ocasiona que en la zona alta, de Elciego hacia Sierra Cantabria, “estamos logrando vinos con una intensidad fructosa muy elevada, pero con más materia colorante y mas estable y con una acidez muy integrada con unos ph adecuados. Se ha notado mucho el cambio climático en los vinos y la tendencia a envejecer vinos la estamos logrando con las uvas de Elciego hacia arriba”.
En cuanto a la uva blanca, este bodeguero opina que ésta tiene un problema, que es la piel, que es mucho más sensible, más delicada que la tinta. Por eso, “lo que muchos haremos será adelantar la recogida de las uvas blancas, porque preferimos cogerlas con menos grado alcohólico, pero que no las afecte la botrytis”.
Por su parte, Joseba Casado, de Bodegas Casado Morales, se muestra optimista porque “tenemos muy buenas perspectivas. Si todo sigue así y las condiciones meteorológicas aguantan: no mucho sol, nada de lluvia y a ser posible, nada de calor, tendremos una gran cosecha”. Casado comenta que el problema es cuando caen unas ligeras lluvias, sale el sol y es entonces cuando surge la botrytis, la podredumbre en las bayas. “Y eso no lo quiere nadie. Pero en líneas generales la cosecha que viene es bastante buena”.
En cuanto al cambio climático, considera que son ciclos. Antiguamente se vendimiaba en el Pilar y ahora se está vendimiando casi un mes antes. Pero hay registros desde hace 150 años de que hubo veranos así. Por eso considera que lo que se está viviendo en el campo son ciclos. “La verdad es que tenemos menos primavera y más otoño. Eso significa más calor, veranos fuertes e inviernos también muy fuertes. Afortunadamente la naturaleza se va adaptando a estos cambios”.