vitoria - Ramiro González y Pedro Elosegi se detuvieron en la escalinata del Palacio foral. Asistieron sonrientes al aurresku, bailado por Amagoia, la hija del segundo, junto a otro dantzari. Al finalizar, Elosegi pegó un saltó hacia delante, y para sorpresa de todos, incluido su amigo y compañero de partido, se colocó frente a él y esperó a que el txistu sonara para empezar a bailar su aurresku de honor al recién investido diputado general, que le observaba con el bastón de mando en la mano y la medalla colgada del cuello. A los dos les delataban los ojos vidriosos. Elosegi acabó y se fundieron en un abrazo. La tensión del día se diluía en una fotografía que ambos conservarán toda su vida. Una instantánea con la que cerraban una etapa, pero la misma con la que abrían otra nueva.

No hubo sorpresas. En segunda vuelta, con los trece votos del PNV y los cinco de su socio de gobierno durante los próximos cuatro años, el PSE, la Diputación Foral de Álava conocía el nombre del encargado de guiar su futuro en sustitución del popular Javier de Andrés. Antes de Elosegi, el primer abrazo le llegó sin levantarse del sillón, de manos de la que será su mano derecha durante la legislatura, una visiblemente emocionada Pilar García de Salazar. Después, y al contrario de lo que sucedió en el Ayuntamiento, cuando Javier Maroto negó el saludó al recién nombrado Gorka Urtaran, Javier de Andrés sí tuvo el detalle de acercarse a felicitar a su sucesor.

No tardaría en llegar un tercer abrazo - el día era propicio- muy simbólico, el de la portavoz juntera socialista, Cristina González, que también tendrá su peso específico en el gobierno, fruto del acuerdo programático sellado entre ambas formaciones. A la secretaría general del PSE alavés le siguió el apretón de manos de Kike Fernández de Pinedo (EH Bildu), y sendas felicitaciones de los representantes de las nuevas formaciones, Koldo Martín, de Podemos -cuya oratoria desenfadada y muy directa dará que hablar-, y José Damián García, de Irabazi, que se había postulado por sorpresa como contrincante de Ramiro González a diputado general, aunque no concitó ningún apoyo.

El reloj marcaba las 18.28 horas cuando el candidato del PNV prometía su cargo, primero en euskera y luego en castellano, como punta de lanza del ejecutivo foral para los próximos cuatro años. Con 32 votos en blanco -PP, EH Bildu, Podemos y Ciudadanos- y el voto para sí mismo del candidato de Irabazi, los 18 apoyos de socialistas y jeltzales son la base sobre la que Ramiro González sustentará una legislatura en la que deberá buscar el consenso como forma fundamental de gobierno.

No le queda otra. El portavoz de EH Bildu le dejó bien claro que su voto en blanco no es un cheque del mismo color. El PP le echó en cara no haber pactado con ellos y le acusó de negociar con “guante de seda con Bildu y a zapatazos con nosotros”. Podemos tampoco le tendió la mano, aunque confió en encontrar puntos de acuerdo durante la legislatura.

una calurosa jornada El día había arrancado a las 9.00 horas cumpliendo con lo que prometía, calor y discursos. José Damián García, de Irabazi, abría la sesión presentándose como candidato con mucha energía, pero poca convicción. Sabía que sólo contaba con su voto, pero aprovechó su tiempo para lamentar que el frente de izquierdas que forman junto a Podemos y EH Bildu no hubiera cristalizado en una alternativa de gobierno.

Tras él llegó el turno de Ramiro González, que desgranó las líneas básicas, con la reactivación de la economía y la recuperación de las políticas sociales como argamasa del acuerdo programático sellado con el PSE. Avanzó que se remitirá un proyecto de norma foral para echar atrás el incremento del 41% del Impuesto de Actividades Económicas (IAE) aprobado en su momento por el Ayuntamiento gasteiztarra y anunció algunas de las medidas que pondrá en marcha en sus primeros días al frente del ejecutivo foral, como reunirse hoy mismo con los trabajadores del Instituto Foral de Bienestar Social para recuperar las relaciones, rotas por Javier de Andrés.

“Este es el Pleno de Investidura más tranquilo de los últimos años, incluso en el tono, en positivo y con propuestas”, aseguraba el propio González. Tal vez porque no se atisbaban sorpresas, o porque los programas, los acuerdos y lo que cada partido iba a votar era bien conocido, es cierto que la sesión se desarrolló en un ambiente inusualmente plácido. Al menos dentro de lo que cabe, pues hubo tiempo para que el fracking protagonizara parte del Pleno, con EH Bildu acusando de “doble moral” a los jeltzales, que “se oponen en Álava pero no en el resto de instituciones”. “No quiero el fracking en Álava. Vivo en un pueblo cercano al lugar de los pozos de exploración y tengo dos hijas”, respondió.

Cristina González pidió a la oposición “altura de miras y generosidad”. Koldo Martín, de Podemos, clamó contra lo que considera “un gobierno contra natura”, Miguel Ángel Carrera, de Ciudadanos, subió al estrado para presentarse como “un dique de contención” frente al nacionalismo, y Javier de Andrés se despidió pidiendo al nuevo gobierno que “no desande lo andado” por el PP, aseverando que hará una oposición basada en “defender la singularidad alavesa” y reprochando al PNV “haberse puesto en manos del frente de izquierdas, augurando que la debilidad del gabinete de Ramiro González será una constante durante la legislatura.

El nuevo diputado general aseguró ser “consciente de que esa cifra se encuentra lejos de constituir la mayoría absoluta (26) en la Cámara”, pero confiando en “la responsabilidad de las fuerzas políticas para poner los intereses de Álava por encima de todo”, el diputado general ponía fin al protocolo acompañando a Pedro Elosegi a depositar unas flores junto al busto de Mateo Moraza, algo que hasta ayer no se había realizado nunca. Era el punto final a una jornada maratoniana, que al de por sí eterno intercambio de palabras sumó un día de temperaturas obscenas, con 35 grados azotando al Palacio foral.

Programa de gobierno. Ramiro González puso sobre la mesa algunas de las bases sobre las que sustentará su labor durante los próximos cuatro años, con la reactivación de la economía y la recuperación de las políticas sociales como ejes principales.

Propuestas. La lista de medidas incluye además, entre otras, implantar un programa para evitar la fuga de jóvenes alaveses altamente cualificados pero que se marchan por no encontrar hueco en el mercado laboral, actualizar la lucha contra el fraude incrementando el número de personas que trabajan para combatirlo, para lo que habrá una convocatoria de plazas, potenciar Álava como plataforma logística, implementar el programa Araba Conectada para superar la brecha digital en los pueblos, reivindicar la anexión de Trebiño, batallar con La Rioja para definir una Denominación de Origen propia para Rioja Alavesa o impulsar un polígono agroalimentario en la Llanada para el sector agrario.

El diputado general respondía así al ser cuestionado sobre su postura sobre el ‘fracking’.

El portavoz del PP criticó al PNV por no haber llegado a un acuerdo con ellos y “haber optado por un frente de izquierdas”.

La secretaría general del PSE formará parte del nuevo gobierno como diputada tras el acuerdo entre jeltzales y socialistas.

El portavoz de EH Bildu recordó a Ramiro González que “su gobierno está en minoría y deberá recabar apoyos”.