Gasteiz - Los familiares de pacientes operados del corazón en Bilbao tendrán un nuevo hogar en el que vivir más cerca de sus seres queridos. Bihotzu Etxea es el nombre que recibe este proyecto, impulsado por la Obra Social de Caja Vital y la Asociación Corazón Sin Fronteras, y que ofrece asistencia a “las familias con niños y personas adultas que necesitan ser intervenidas de dolencias cardiovasculares y han de ser atendidas”. Este hogar, cedido por el Departamento de Vivienda del Gobierno Vasco durante cinco años, acogerá así a las familias de los más de cien alaveses con cardiopatías que se trasladan a Bilbao cada año.
La obligación de desplazarse a la capital vizcaína por un tiempo que suele oscilar entre los tres y los cuarenta días puede provocar un coste económico inasumible para las familias alavesas. Este piso, próximo a los hospitales de Cruces y Basurto, consigue “minimizar la repercusión económica que supone una cirugía cardiovascular” para los pacientes alaveses y sus familias, según explicó ayer Maite San Saturnino, presidenta nacional de Corazón Sin Fronteras. Bihotzu Etxea hace posible un ahorro cuantioso de dinero en un momento en el que “es frecuente que los ingresos cesen por la necesidad misma del traslado”.
Asistencia psicológica Además de ofrecer alojamiento próximo a los dos centros sanitarios de referencia en Bilbao, el hogar Bihotzu Etxea cuenta también con un servicio de asistencia psicosocial para las personas usuarias. Los pacientes y familiares tendrán un seguimiento periódico por parte de voluntarios de Corazón Sin Fronteras en función de las necesidades detectadas. Se les ofrecerá apoyo a lo largo de toda la estancia, con especial atención a los momentos más críticos del proceso. De esta manera, no se rompe el núcleo de convivencia familiar, así que tanto los pacientes del corazón como sus allegados pueden permanecer juntos. Además de alojarse, los familiares pueden acudir al piso a descansar en los momentos en los que no se les permita acompañar a su pariente ingresado. Otra ventaja es que los usuarios de Bihotzu Etxea podrán convivir con otras familias en circunstancias similares.
Fernando Aránguiz, presidente de Caja Vital, dice que así se ha cubierto una de las acciones más demandadas por los enfermos alaveses y sus familias. “Una de nuestras prioridades es detectar necesidades no cubiertas en nuestra sociedad para impulsar acciones en favor de las personas que padecen enfermedades”, declaró. Asimismo, Aránguiz reafirmó el compromiso de la entidad con nuevos proyectos que “respondan a las demandas de la sociedad alavesa”.