El PP cierra filas en torno a Maroto. Una amplia representación, con el exalcalde Alfonso Alonso a la cabeza, aguarda en las inmediaciones del salón de plenos la salida de su compañero. Caras largas. Hace tan solo cinco minutos que el edil de más edad, el socialista Carlos Zapatero, ha puesto fin a una asfixiante incertidumbre al pronunciar el nombre del nuevo alcalde.
Paradojas de la vida, Maroto entona su adiós frente al cuadro que en el hall municipal recuerda al que fuera primer edil desde 1999 hasta 2007, y que hoy es el titular de la Cartera de Sanidad. El de carne y hueso se sitúa a tan solo unos centímetros de su amigo; el que contempla desde un óleo el paso del tiempo se eleva ante su protegido con gesto ausente. Ambos escuchan.
Mientras se suceden las críticas del hasta ayer alcalde a lo acontecido en el pleno, las del propio Alonso y las de la presidenta del partido en Euskadi, Arantza Quiroga, una figura pasa desapercibida para la mayoría de los medios de comunicación, que se agolpan de la forma más ordenada posible ante el núcleo conservador. Con gesto cansado, el aspirante a la Alcaldía por el PSE, Peio López de Munain, se abre paso ayudado por su compañera de filas Gloria Sánchez. Agacha la cabeza para intentar, sin éxito, ocultar sus lágrimas. La presión de una mañana de infarto ha estallado tras el fin de la sesión de investidura, y el veterano edil que aparcó las maletas de su jubilación para responder a la llamada de su partido da rienda suelta a sus emociones.
Sánchez, así como otros dirigentes socialistas que desde otras instituciones se han acercado al Consistorio gasteiztarra, restan importancia al llanto. “Ha habido muchos nervios, pero Peio está bien”, aseguran. La tensión política no es nueva para López de Munain, curtido en mil batallas, pero su reacción, visto el desarrollo de los acontecimientos, tampoco extraña.
Después de dos agitadas semanas de intensos contactos poselectorales, el PNV ponía en la tarde del viernes fin a las especulaciones y asumía el reto de postular a Gorka Urtaran a la Alcaldía de Gasteiz, avalado por el pacto con el PSE y consciente de que EH Bildu iba a apoyar una candidatura que desalojara a Maroto.
Con todo listo para alumbrar la nueva Corporación, un tuit vuelve a sembrar las dudas. “Vamos a votar en blanco en Vitoria, el PNV ha roto el acuerdo que tenía con nosotros”, Idoia Mendia dixit. Son las 12.42 horas.
El mensaje cae como un jarro de agua fría en las dependencias jeltzales del Ayuntamiento, donde ven con nitidez la mano de Ferraz tras el cambio de rumbo. Las cuentas de la oposición al PP no salen sin el PSE. Es necesario recuperar el voto decisivo del único edil de Irabazi (Izquierda Unidad y Equo), quien tan solo unos minutos antes había oficializado su intención de presentarse como candidato y, en consecuencia, votarse a sí mismo.
A menos de una hora para el comienzo del pleno, los números dan una nueva bienvenida a Maroto. La posición de Irabazi le permitía seguir en el sillón de alcalde. La cocina política vuelve, entonces, a bullir con fuerza para activar el compromiso de mínimos que hasta entonces se había resistido. Esa es, al menos, la teoría, porque la práctica la define de forma impecable el edil electo de esta formación, Oskar Fernández: “Los acontecimientos nos han superado”. Son las 13. 45 horas. A falta de un cuarto de hora para que los ediles ocupen sus escaños nadie se fía de nadie ni de nada. El giro de Irabazi concede a la suma de EH Bildu, PNV y Podemos los 14 concejales imprescindibles para aglutinar la mayoría absoluta, pero visto el devenir de la jornada, mejor esperar.
Fuentes jeltzales aseguran que desde que se oficializó en la tarde del viernes, la candidatura de Urtaran no ha estado en duda en ningún momento, ni siquiera tras el plantón del PSE. “Tienes que demostrar tu compromiso; otra cosa es lo que hagan los demás”, apuntan.
El recuento de los 27 votos parece más largo de lo habitual. Y, por si fuera poco, desde la plaza Nueva se repiten los cánticos a favor y en contra de Maroto, una banda sonora que gana decibelios con el anuncio final: Gorka Urtaran es el nuevo alcalde de Vitoria-Gasteiz.