hay muchos motivos para llevar a los más pequeños en bicicleta. Y no solo porque Gasteiz es una ciudad propicia para ello, sino por los valores educativos que conlleva un medio de transporte sostenible y saludable. Responsabilidad, esfuerzo, autonomía? y por supuesto, diversión. Porque? ¿a cuántos niños no les gusta disfrutar del paisaje sobre dos ruedas? Cada vez son más los padres y madres que deciden inculcar a sus hijos su pasión por la bici y convertirla en una forma de desplazamiento habitual. Alternativas hay para todos los gustos, solo es preciso elegir la que mejor se adapte a las necesidades de cada uno.
La pequeña Izar solo tiene once meses, pero lleva desde los cinco moviéndose en bici por la ciudad junto a su aita y ama. Lo hace a bordo de un remolque, acompañada de sus juguetes y totalmente protegida de las inclemencias del tiempo. Son algunas de las ventajas de este sistema por el que se decantaron sus padres poco después de que naciera. “Optamos por un modelo de remolque que te da la posibilidad de desengancharlo de la bici y usarlo como carrito”, explica su aita, Iñaki Beistegi. “Nos viene muy bien, por ejemplo, cuando vamos al centro; dejamos las bicis aparcadas y la llevamos en el remolque a modo de sillita. De lo contrario, tendríamos que llevarla en brazos”, añade. Además, “te permite llevar a los críos desde que son muy pequeños, ya que dispone de un refuerzo tanto para la cabeza como para la cintura, de manera que van más sujetos”, explica.
Este ciclista vitoriano solía usar la bicicleta para sus desplazamientos diarios por la ciudad y tenía muy claro que cuando naciera su hija no iba a dejar de hacerlo. “La bicicleta es un modo de transporte muy eficiente para una ciudad como Vitoria, habitualmente realizo trayectos cortos y me resulta muy cómoda”. Aun así, no solo la utilizan para moverse por la ciudad, sino también para disfrutar de momentos de ocio, sobre todo por los alrededores, “también hemos hecho diferentes recorridos por la zona del pantano”, detalla.
Beistegi está muy satisfecho de poder disfrutar de la bicicleta junto a su hija. “La bici está vinculada a unos valores muy positivos y aunque todavía es muy pequeña, sé que cuanto mayor sea, más le va a gustar”, sostiene convencido.
una bici única Desde que nació su primer hijo, María Pila tenía claro que su principal medio de transporte para desplazarse por la ciudad seguiría siendo la bicicleta. Ahora son familia numerosa y han ido adaptando las dos ruedas a las diferentes circunstancias.
Pedro es el mayor de tres hermanos y a sus nueve años, ya ha probado distintos sistemas . “Primero lo llevamos en la sillita trasera y después, cuando nació su hermano, él iba solo en su bici y el pequeño usaba la sillita“, explica esta madre vitoriana. El segundo es Nacho, que ya tiene cinco años, y solo se lleva uno con la más txiki, María. Así, con tres pasajeros (de 9, 5 y 4 años de edad respectivamente), “no había muchas alternativas en el mercado”, recalca Pila.
Por eso, se decantaron por una cargo bike o bicicleta de carga, un triciclo con un cajón de madera en la parte delantera. Allí se montan estos tres hermanos y como asegura su ama, “van felices”. Y no sólo eso, sino que además despiertan la curiosidad de quienes se cruzan con ellos. Y es que, puede que sea la única bicicleta de este tipo que existe en la capital alavesa, “no estoy segura, pero me han dicho que hay otra más”, detalla Pila. Así como en ciudades como Copenhague o Amsterdam este vehículo está muy extendido, en Gasteiz es única, por lo que atrae todas las miradas. Los niños, por su parte, “van encantados. Al principio, con la novedad, les parecía algo así como una atracción; ahora, en cambio, ya es algo normal para ellos”, apunta.
Para Pila, las ventajas de este tipo de bicicleta son infinitas. “La usamos para todo, para ir al cole, a la compra, para hacer excursiones...”. Además, incorpora una capota por si llueve y también lleva una batería, que ayuda a subir las cuestas, ya que “cuando van los tres niños el peso es considerable”, señala. La única desventaja, en su opinión, es que “ocupa mucho espacio y tienes que tener una plaza de garaje para guardarla”.
el más vendido No hay más que mirar a nuestro alrededor para darse cuenta que el sistema más utilizado en la capital alavesa es la sillita trasera. Ahí es donde viaja Markel desde que tenía un año, tal y como establece la normativa. Lo hace junto a su ama todos los días para ir a la ikastola, y también con su aita, ya que ambos han acoplado este sistema a sus bicicletas. “Elegimos la sillita trasera porque nos parece muy cómoda, ocupa poco espacio y el crío va encantado”, detalla Leire Urkiola. Convencidos de las ventajas de la bicicleta para moverse por la ciudad, también tienen un remolque, que el pequeño Markel ha utilizado desde los cuatro meses.
“Yo me muevo más con la sillita porque es más ligera, el remolque me resulta más incómodo para todos los días, ya que necesita mucho espacio y en nuestra casa, las puertas no son muy anchas; en cambio, el aita suele utilizarlo más”, explica esta madre vitoriana. Con ambos portabebés han recorrido ya muchos kilómetros, tanto dentro como fuera de la ciudad, “el remolque lo hemos llevado de vacaciones y ha sido todo un acierto, ya que el niño va muy protegido y cuando está cansado, se duerme”, comenta.
Para Markel, que ya tiene tres años, la bicicleta es un elemento cotidiano de su día a día. “Le gusta mucho la bici, lo ve todo desde otra la perspectiva y disfruta del paisaje”, sostienen.
En la tienda de bicicletas de la Avenida Zabalgana, Green City Cycles, corroboran que el sistema más vendido en Vitoria para llevar a los txikis es la sillita trasera. Luis Miguel Elvira, uno de los socios de este establecimiento especializado en bicicleta urbana, explica que existen dos modalidades de sillita trasera: una que lleva un soporte directo al portabultos y otra que va en suspensión y que amortigua mejor los baches. En cuanto al precio, sus propuestas oscilan entre los 50 y los 120 euros, dependiendo de la calidad de los materiales. Asegura que “los padres no suelen escatimar con este artículo y optan por su modelo medio de que ronda los 80 euros”.
La sillita solo puede utilizarse hasta los 22 kilos, sin embargo, tal y como apunta Elvira, ya existe otra opción que daría continuidad a este tipo de sillitas. “Se trata de una sillita acolchada que puede usarse con niños de hasta 35 kilos”, matiza. Ronda los ochenta euros y cada vez, se demanda más.
diferentes opciones Otra alternativa sería la sillita delantera que, aunque está menos extendida, también tiene sus adeptos. Entre sus puntos fuertes, destaca la posibilidad de ver al niño constantemente, la visión del pequeño también es más amplia y la posición en la que va la silla coincide con el centro de gravedad de la bicicleta con lo que la estabilidad es bastante buena. El inconveniente es que solo puede usarse hasta los 15 kilos.
El remolque, tal y como asegura Elvira, también es una opción muy solicitada. En Green City apuestan por carros específicos 3 en 1 de la marca Croozer. Por un lado, sirve para acoplarlo a la bici; se transforma en carrito; y por último, dispone de una rueda apta para todo tipo de terrenos. Cuenta con muchas ventajas, entre las que destaca la seguridad y la comodidad. Dispone de un pequeño maletero y tiene varios adaptadores que permite llevar a los niños desde que son muy bebés. Existe el modelo de una plaza, hasta 30 kilos y el de dos, hasta 45 kilos. Su precio gira en torno a los 400 euros.
Para los que ya pedalean solos y para recorridos largos proponen la barra remolcadora. “El acople va en la bici y cuando se quiere utilizar se despliega y se engancha a la bici del niño que se remolca y la rueda delantera queda levantada”, explica. “No hace falta que vayan enganchadas desde el principio, sino que es un sistema sencillo que permite hacerlo desde en cualquier momento del recorrido”, añade. Entre las novedades que han incorporado, destaca un asiento acolchado para atornillar en la parrilla.