vitoria - Al ser humano le gusta el sexo. Practicarlo y hablar de él. Y, aun así, le cuesta arrancarse ciertos tabúes. Sobre todo los que tienen que ver con conductas poco frecuentes. Si se salen de la norma, generan miedo o rechazo o ideas distorsionadas alejadas de la realidad. Y hay quienes entonces se deciden a actuar para alejarlas de su entorno, en nombre de una moralidad que atrapa moscas y deja escapar avispas. Unos 1.300 ciudadanos han respaldado ya con sus firmas la campaña on line iniciada por muchos de los vecinos de la manzana donde está prevista la apertura de Las Puertas del Cielo, un pub que invita a materializar fantasías entre adultos responsables. Y a esa iniciativa se suman quince alegaciones ante el Ayuntamiento de Vitoria.
Afirman los opositores que no están en contra del proyecto, pero sí de su emplazamiento, y para conseguir que no levante la persiana en la calle Gabriela Mistral alegan la cercanía de un parque infantil, los ruidos que generará el local a pie de calle con la entrada y salida de los clientes, que dentro se pondrá música y que habrá usuarios que saldrán fuera a fumar. Circunstancias que no importaron con los bares ni la sala de juegos que se instalaron en la misma zona. Negocios que venden alcohol, que dan y quitan suerte, negocios normales.
Era previsible que el anuncio de la puesta en marcha de un pub de ocio sexual temático generara resistencias. Otra cosa será que los vecinos que no lo quieren cerca de casa consigan su objetivo. Desde el Consistorio dejan claro que “si Las Puertas del Cielo cumple las normativas abrirá”, sean miles o millones las firmas que los opositores recojan a través de la plataforma virtual Change.org, superen o no con creces a las que también ha empezado a recabar la promotora del local, Ana Esarte, quien apenas lleva cerca de 300 a través de Peticiones.org. De lo que se trata es de que el proyecto “se ajuste a los requisitos técnicos” para recibir luz verde. Y en ese punto del camino se encuentra la propietaria del negocio, a la espera de obtener la licencia de actividad, con un retraso significativo respecto a las previsiones de inauguración que tenía inicialmente por ciertos contratiempos administrativos que parece que podrían ser salvados próximamente.
El 22 de diciembre, Esarte presentó la solicitud de la licencia de obra pero ésta quedó en suspenso porque, dada la naturaleza de su negocio, era preciso contar primero con una licencia de actividad, trámite que corresponde a Medio Ambiente. Así pues, presentó la petición ante este departamento con la correspondiente memoria. Los técnicos la examinaron y requirieron una ampliación de la información en tres puntos: accesibilidad, aislamiento acústico y climatización. Una vez reciban los nuevos datos, los estudiarán. Si dan el permiso, y ése es el horizonte más probable, Urbanismo podrá entonces entregar las llaves a la centinela de Las Puertas del Cielo para iniciar las obras. Su plan es convertir 300 metros cuadrados de local en un paraíso de cuidada estética, con una zona de copas donde romper el hielo que da paso a espacios diseñados para desatar el placer. Hay cuarto oscuro, habitación con espejos, cama redonda... Y, sobre todo, discreción. Porque ellos, los clientes, son los primeros interesados en no caer en la telaraña del qué dirán.
“El peligro es el de los rocódromos”. Tras la frustrada reunión de la gerente de Las Puertas del Cielo con los opositores, la asociación de vecinos Salburua Burdinbide ha intentado mediar entre las dos partes convencida de que “la convivencia es posible”. De hecho, si algo le sorprende es que los opositores estén defendiendo “con tanta contundencia” los rocódromos que se encuentran frente al local “y no hayan recriminado su lamentable estado”. Ahí es donde, ahora mismo, “hay un peligro” para los niños.