Vitoria - El pantano de Ullibarri-Gamboa ha soportado demasiadas embestidas a cuenta del diluvio universal de febrero y las lluvias de quita y pon de marzo, pero parece que al fin llega una etapa tranquila que podría durar un buen rato. Ayer, Iberdrola modificó el ritmo de vertido de 30 metros cúbicos por segundo a ocho, decisión que tomó dadas las previsiones del tiempo. Si las agencias meteorológicas no se equivocan, que ya se sabe que infalibes no terminan de ser, de aquí a seis días sólo habrá agua el miércoles.

Por algo dice el refranero que tras la tormenta siempre llega la calma. Y eso que el embalse, fuente de alaveses y vizcaínos, todavía está bastante lleno. Ayer por la tarde, el vaso se situaba a algo más del 90% de su capacidad, en cifras totales 132,496 hectómetros cúbicos. Un volumen considerable que garantiza suministro de agua para al menos un año. Claro que ésa no ha sido precisamente la preocupación de ciudadanos e instituciones en los últimos tiempos. Las precipitaciones de febrero, tan abundantes que convirtieron ese mes en el más lluvioso en Álava de los últimos 35 años, mantuvieron en jaque a los responsables de la gestión de Ullibarri-Gamboa y obligaron a acelerar el vertido, engordando el Zadorra e inundando cultivos y pueblos. Las lluvias de marzo, menos intensas pero frecuentes, han obligado puntualmente a abrir las compuertas. La última vez que se cortó el desembalse fue del 20 al 24. El 25 volvió a un ritmo de 25 hectómetros cúbicos y enseguida subió a 30. - DNA