- La tapita de pulpo con patata al estilo de mi mami, con una espuma de aceite de oliva riquísima, y para refrescar la boca una gominola de aceite de oliva de Rosa Ripir, del bar del Hogar del Jubilado, fue el pintxo ganador del concurso celebrado ayer en Oion en la primera de las dos jornadas de la Fiesta del Aceite de Rioja Alavesa, que hoy continúa en Moreda. Con una mañana algo fría y desangelada, pero con una gran animación de vecinos y visitantes, Oion abrió la fiesta con los jóvenes músicos de Oiana Triki Sound Band, animando a todos a salir a la plaza para poder disfrutar de las pringadas que ofrecían los voluntarios del trujal cooperativo San Vicente. En el espacio habitual de las degustaciones prepararon el fuego y después los olivareros se ocuparon de ir alimentando con brasas la gran parrilla en la que fueron tostando rebanadas de pan. Según tenían listas las partidas, unas voluntarias las untaban con aceite de oliva virgen de Rioja Alavesa, de la cooperativa, y lo adornaban con una generosa loncha de jamón serrano que se ofrecía a la larga cola de gente que aguardó su turno al precio de un euro, acompañado por un vaso de vino.
Mientras, en los bares del entorno de la plaza, los cocineros se afanaron en la preparación de los pintxos más imaginativos, aunque siempre basados en el aceite de oliva. En el Hogar del Jubilado, la cocinera ganadora, Rosa, se lamentaba de que a las dos de la tarde ya se habían agotado todas las previsiones, aunque había preparado muchos más de la cuenta por si acaso venía más gente. Y ricos debían estar, porque mientras que en los demás establecimientos aún quedaban muestras de los sabrosos manjares que habían diseñado para el concurso, a esa hora de la tarde a ella sólo le quedaba el pintxo de la foto que guardó en el teléfono. Lo cierto es que el jurado lo tuvo muy complicado porque este concurso ha logrado en muy poco tiempo un alto nivel de invención y calidad, como lo reconocían los miembros del jurado integrado por la Cuadrilla de Rioja Alavesa, la Mesa del Aceite y el Olivo, los ayuntamientos de Oion y Moreda y otros invitados.
Por su parte, desde primeras horas de la mañana José Antonio Tarragona, Tarra, acompañado por su mujer, se afanó en la preparación del rancho de trujal, una comida degustación para la que previamente había que solicitar reserva. Se trata de un plato típico de los antiguos tiempos de trabajo agrícola, concretamente era el que se preparaba en los trujales para que comieran los agricultores mientras aguardaban a la molturación de las olivas, la extracción del jugo de la aceituna. Es una comida vinculada a la tierra, con patatas de Montaña Alavesa, bacalao llegado por la Ruta del Vino y el Pescado, aceite de oliva de Rioja Alavesa y pimiento rojo de Oion. Los más pequeños, especialmente, tuvieron también un espacio protegido del frío mañanero para poder sensibilizarse con el aceite. En el quiosco de la música que hay enfrente del Ayuntamiento se celebraron varios talleres gastronómicos, donde las niñas y niños pudieron desarrollar sus habilidades como restauradores apoyados por una monitora.
Durante la mañana de hoy, como es tradicional, la fiesta se trasladará a la localidad de Moreda donde, si el tiempo lo permite, se llevarán a cabo actos en la calle, como el impresionante mercadillo oleo-gastronómico que se celebra habitualmente en esta fecha con numerosas degustaciones de productos de calidad y con Eusko Label, música y animación callejera.
Las actividades comenzarán a las doce del mediodía con la presentación de la fiesta donde se dará a conocer oficialmente la catalogación del aceite de este año, que hace unos días ya era anticipado por Gorka Mauleón, presidente de la Mesa del Aceite y el Olivo: “un aceite de calidad muy buena que todavía deja espacio para llegar a parámetros de excelencia, según nos anticipan los técnicos y los laboratorios, porque aún no hemos llegado al techo al que puede llegar la variedad Arroniz y el trabajo de los olivareros de Rioja Alavesa y sus trujales”.
Asimismo, en ese acto se hará público el nombre del Amigo del Aceite de Rioja Alavesa, un reconocimiento que este año se quiere hacer a Fernando Martínez Bujanda, hasta el verano pasado presidente de la Mesa del Aceite. A él se le debe todo el impulso institucional dado al aceite, entre otros productos, ya que fue el técnico de la Diputación que estuvo apoyando e impulsando este cultivo, así como el promotor del Proyecto Oleum, el animador para el uso de variedades de viña diferentes o la recuperación del melocotón de viña, entre otras actividades. Además es un personaje muy comprometido socialmente e implicado en proyectos de cooperación al desarrollo en otros países.
El galardón será entregado por el actual presidente de la Mesa, que le sustituyó tras su renuncia por razones familiares.