vitoria - Un grupo de investigación de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) está trabajando en el desarrollo de un sistema de detección precoz del Alzheimer mediante el análisis del habla del paciente que sustituya o complemente pruebas diagnósticas más invasivas. Este grupo, Elekin, trabaja en diversas materias relacionadas con la ingeniería biomédica y desarrolla sistemas de análisis de bioseñales para ayudar al personal médico que realiza diagnósticos en diferentes disciplinas.

Entre otros proyectos, destaca el análisis automático del habla espontánea del paciente, una técnica de diagnóstico inteligente no invasiva para la detección precoz del Alzheimer. Según un comunicado de la universidad pública, el método se basa en la grabación de los pacientes mientras cuentan alguna experiencia vital propia, en un ambiente relajado y distendido. Entre otras cosas, se miden las pausas que hace el paciente al intentar recordar la palabra que quiere decir, sin alterar o bloquear sus habilidades, ya que éste no percibe la prueba como algo estresante.

Las pruebas se practican con personas que no han desarrollado la enfermedad, como quienes tienen antecedentes familiares y con enfermos, en colaboración con los centros médicos y siempre respetando los criterios éticos y los protocolos correspondientes. Gracias a esa colaboración “se puede analizar incluso la fase preclínica o a gente que todavía no ha empezado a desarrollar” el Alzheimer, indica Karmele López de Ipiña, licenciada en Ciencias Físicas coordinadora del grupo de investigación.

El objetivo de este trabajo es suministrar herramientas a los profesionales clínicos para que puedan hacer diagnósticos de una manera mucho menos invasiva, “cuantificar elementos o detalles que los especialistas sanitarios ven a simple vista, pero que, al tener la medida exacta, les puede ayudar a diagnosticar las patologías o a hacer un seguimiento ambulatorio más preciso”.

La UPV recuerda en el comunicado que esta enfermedad es la causa más importante de demencia en ancianos, ya que afecta a más de 35 millones de personas en el mundo y se considera que podría llegar a tener proporciones epidémicas en países desarrollados. - Efe