Vitoria - El vitoriano Segundo Sagasta vive con miedo desde que tuvo constancia de que el contrato que le une con la sociedad urbanística Ensanche 21 y que le permite residir en una vivienda de la calle Zapatería desde hace 20 años expirará en apenas una semana. Sagasta tiene 86 años y sólo quiere “vivir tranquilo” tras una última etapa de su existencia en la que no ha ganado para sobresaltos, conviviendo incluso con un problema cardiaco que le obliga a llevar un marcapasos. Ahora, para más inri, teme ser desahuciado, lo que le ha hecho dirigirse “aterrado” al colectivo Kaleratzeak Stop Araba para pedir ayuda -según uno de sus portavoces- y al Ayuntamiento para exigir soluciones.
Pese a sus temores, Ensanche 21 le ha garantizado a Sagasta que su contrato será renovado de forma vitalicia en los próximos días. El anciano duda, al igual que la plataforma antidesahucios, porque esa promesa ha sido sólo “de palabra” y, por desgracia, los desalojos siguen encontrándose a la orden del día. Fuentes del equipo de Gobierno trasladaron ayer también a este periódico que “nunca” ha tenido en mente desahuciar a este vecino y que, de hecho, si todo marcha según lo previsto la firma del nuevo contrato que unirá a ambas partes mientras el hombre viva se producirá este próximo viernes.
Antecedentes Antiguo vecino de la calle Nueva Dentro, Sagasta abandonó su piso al encontrarse “en ruinas” -posteriormente fue derribado- y pasó por varios establecimientos hoteleros hasta que finalmente fue realojado en su vivienda actual de la Zapa. Según explica el Ayuntamiento, el afectado vendió su vieja vivienda a la extinta sociedad municipal Arich a cambio, por una parte, de una cantidad de dinero en metálico y, por otra, del realojo en la nueva.
Una visita reciente de unos aparejadores de Ensanche 21 le hicieron “temerse lo peor”, ya que revisó sus papeles y vio que su contrato finalizaba “el 1 de marzo”. Pidió explicaciones, pero según su testimonio no se las dieron. El Consistorio matiza que los técnicos acudieron allí “sólo para ver si necesitaba algún tipo de mejora” y que no sólo en ésta sino “en diversas ocasiones se le ha explicado que todo está bien”. Lo único que parece evidente es que esa comunicación no ha sido la más clara para el afectado.
Según las mismas fuentes municipales, la renovación “vitalicia” del contrato de Sagasta fue tratado por primera vez en el consejo de Ensanche 21 del pasado 5 de febrero a propuesta del gerente de la sociedad, Iñaki Díez. El resto de consejeros, miembros de los cuatro partidos con representación en el Consistorio, dieron su plácet a esa renovación. Desde entonces, se ha trabajado en la redacción del nuevo contrato para que sea suscrito este mismo viernes. - C.M.O.