desde el punto de vista geográfico, la Llanada Alavesa es un espacio con forma de embudo, con su parte estrecha al este, que comunica con la Sakana, y la ancha al oeste limitada por la sierra de Badaia. Por el norte está definida por las sierras de Aratz, Aizkorri, Urkila y Elgea, que unen la Llanada con Gipuzkoa, presentando las cumbres más altas de la CAV, con el monte Aitxuri de 1.551 metros como su máxima cota. Por el sur se encuentran las sierras de Entzia, Iturrieta, Azazeta y los Montes de Vitoria, continuación de las de Urbasa y Andia.

La comarca tiene como eje el curso del río Zadorra, que nace en la sierra de Entzia, y tras recorrer la Llanada de este a oeste da un giro al sur en el antiguo valle de Ganboa, hoy inundado en su mayor parte por el embalse de Ulibarri-Ganboa, para dirigirse hacia el Ebro. El río Zadorra forma así dos subcomarcas, la Llanada Oriental y la Cuenca de Vitoria.

Sin embargo, la Llanada propiamente dicha, exceptuando la Cuenca de Vitoria, de llana tiene poco. Sí es cierto que se trata de un paisaje más abierto que otros vecinos, especialmente al norte, lo que puede sugerir que tal nombre le fue puesto por comparación con ellos.

Laua era el nombre que los antiguos daban a la Llanada, que no significa otra cosa que llanada en lengua vasca, a la que hoy se llama Lautada en euskara. Por otra parte, las crónicas hispano-musulmanas de los siglos VIII y IX ya hablan de al-Laua, origen del nombre Álava, por lo que se puede suponer que, en aquellos tiempos, Álava no era más que la Llanada.

Al margen de estas disquisiciones históricas, las elevaciones montañosas que se extienden por la Llanada longitudinalmente son dos, paralelas a las dos grandes cadenas antes citadas. Una al norte del curso del río Zadorra, que se extiende desde Gebara hasta Luzuriaga, en la que se encuentran los montes de Aldaia, y otra al sur de menor importancia, los montes de la Atalaya, desde Argomaniz a Txintxetru.

Este singular, interesante y bastante desconocido entorno natural se ubica en el corazón del municipio de Barrundia, el noveno en extensión de Álava, con casi cien kilómetros cuadrados de superficie, y compuesto por quince entidades de población, con capitalidad en Ozaeta, donde viven 916 vecinos y vecinas.

Los montes de Aldaia, que pertenecen a los términos de las juntas administrativas de Gebara, Ozaeta, Etura, Audikana, Larrea, Hermua y Heredia, están entre las cuencas de los ríos Zadorra, al sur, y Barrundia, al norte.

Las laderas norte y sur de este espacio, que ocupa 1.095 hectáreas, son muy diferentes entre sí. La norte, que se asoma al valle del río Barrundia, tiene mayor pendiente y es más boscosa, mientras que la sur, sobre el valle del Zadorra, es menos escarpada y boscosa. Los montes de Aldaia tienen dos cimas: la mayor, Aldaia, de 789 metros de altitud, coronada por un repetidor, y Gaztelu, de 727 metros, llamada así porque en ella se encuentran las ruinas del castillo de Gebara.

La vegetación original de los montes de Aldaia es el roble quejigo, pero debido a la antigua intervención humana el bosque se ha visto reducido y sustituido por pastos y matorrales, principalmente brezales, con algunos terrenos de cultivo, aunque todavía ocupa cerca del 60% de la superficie total. En la ladera sur el árbol predominante es la encina carrasca.

Más del 80% de la superficie de la futura Zona de Especial Conservación (ZEC) está ocupada por nueve hábitats naturales de interés comunitario, aquéllos que se encuentran amenazados de desaparición en su área de distribución natural, que presentan un área de distribución reducida o son ejemplos representativos de las regiones biogeográficas que se encuentran en la Unión Europea. De estos hábitats, los prados secos con abundantes orquídeas y los pastos xerófilos están considerados como hábitats prioritarios, lo que quiere decir que están amenazados de desaparición en el territorio de la Unión Europea, por lo que su conservación supone una responsabilidad especial para los estados miembros.

Entre las plantas más interesantes de los montes de Aldaia, al margen de las especies arbóreas citadas, se encuentran dos especies de narcisos, el Narcissus asturiensis y el Narcissus varduliensis, catalogados como de interés especial en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas. Además, se han localizado algunos ejemplares de acebo.

En cuanto a la fauna, los montes de Aldaia son refugio de rapaces como el águila calzada, el águila culebrera y los milanos real y negro, así como de otras aves como el chotacabras gris, el alcaudón dorsirrojo, el colirrojo real o la totovía, entre otras. Por lo que respecta a los mamíferos, destacan el jabalí y, últimamente debido a su reciente expansión, el corzo, aunque la joya de los montes de Aldaia es el gato montés.

Sin embargo, la razón por la que este espacio fue seleccionado por la Comisión Europea para formar parte de la lista de Lugares de Importancia Comunitaria de la Región Biogeográfica Atlántica y, en consecuencia, de la Red Natura 2000, no reside en la presencia de esta vistosa fauna, sino en algunas especies de modestos coleópteros, conocidos genéricamente como escarabajos, particularmente el llamado Osmoderma eremita, para el que Aldaia es una de sus tres únicas localizaciones conocidas en el País Vasco. Se trata de un coléoptero saproxílico, es decir, que se alimenta de madera en descomposición.

Catalogación Recientemente, como ya informó DIARIO DE NOTICIAS de ÁLAVA, el departamento vasco de Medio Ambiente y Política Territorial ha presentado el documento de información ecológica, normativa y objetivos de conservación para la designación de los montes de Aldaia como Zona de Especial Conservación.

Tal y como se explica en el citado documento, que contiene un análisis de los condicionantes naturales, culturales, sociales y económicos que pueden influir o determinar la gestión ambiental de la ZEC, a partir del análisis de los valores naturales presentes en el espacio, se han seleccionado aquellos elementos que se consideran claves para la gestión del lugar y que serán la base fundamental de las propuestas de objetivos y medidas de conservación, buscando el equilibrio entre las obligaciones de conservación y el desarrollo socio económico, teniendo en cuenta las actividades económicas existentes dentro de los límites de protección establecidos por la normativa de aplicación y los problemas de asentamiento de población existentes.

Con la ejecución de las medidas se pretende mejorar no sólo el estado de conservación de los elementos clave u objeto de gestión, sino del resto de los hábitats y especies silvestres que tienen presencia significativa en el lugar y que han motivado su designación como espacio de la Red Natura 2000. Asimismo, se pretende avanzar o alcanzar el objetivo último de este instrumento y de los que le sustituirán en el futuro. Esto es, la restauración o el mantenimiento, según el caso, de la integridad ecológica del lugar y su inscripción coherente en el conjunto de la red Natura 2000. Este documento está actualmente sometido a exposición, para que la ciudadanía realice las alegaciones que considere hasta el 25 de febrero.