Gasteiz - A media mañana de ayer, como ocurre a diario, decenas de personas, muchas de ellas mayores, subían por el cantón del Seminario para ser atendidos de sus achaques en el centro de salud de la calle Correría. Sin embargo, ayer no era un día cualquiera, ni el martes, ni lo fue toda la semana anterior. La copiosa y continuada nevada que ha caído sobre la capital alavesa ha colapsado la ciudad, que poco a poco se va recuperando, y aunque el Ayuntamiento ha puesto todos los medios a su disposición para mantener limpias las calles, ha sido imposible tener toda la ciudad practicable. Así ha sido por norma general, aunque ha habido lugares en los que directamente no se ha entrado con los cubos de sal o las palas. Las rampas del cantón del Seminario, cuyas averías han sido constantes desde su inauguración hace un año, se han pasado todo el temporal cubiertas de nieve y hasta el día de ayer, al menos, varios días después de que dejara de precipitar, lo estaban de hielo. Nadie ha limpiado esta estructura, creada para evitar a las personas mayores el tener que subir andando por el resbaladizo cantón. En estas jornadas de nieve sí se han despejado senderos en dos escaleras laterales de esta empinada calle, pero aún así alcanzar la cota de Correría desde Siervas de Jesús para ir al médico ha sido cuando menos complicado en las últimas jornadas.
Bien lo sabe Benigno Ramírez que, señalando todo el cantón, clamaba ayer: “Esto es una vergüenza, mira cómo está, menos el camino éste que han hecho está todo lleno de hielo, que por lo menos limpien las rampas”. En su indignada soflama, Benigno reclamaba que “paguen las reparaciones los concejales”, mientras a su paso una señora se sumaba a la conversación. “Es una vergüenza, no han limpiado la nieve y ahora está todo lleno de hielo”, lamentaba, casi sin pararse, antes de seguir con sus quehaceres matutinos.
A Ignacio García, en cambio, le parecía que la situación no era muy mala ayer. “Ahora voy al médico, y me parece esto ya está mejor, han echado sal y se nota”, aseguraba el hombre, mientras miembros de las Brigadas de Acción Inmediata del Ayuntamiento esparcían sal por la calle Zapatería.
Aurelio Miguel, por su parte, era claro y rotundo. “Lo veo ya un poco mejor, pero de todas formas esto está que da pena”, y más abajo, en la plazuela de la Fuente de los Patos, Merche Barroso le echaba valor para remontar la cuesta a pie. “Vine el otro día al médico y estaba muy mal, y ahora otra vez arriba”, afirmaba.
Arriba, ya en la Corre, José Antonio Arriola denunciaba la situación de estos días. “A esto no hay derecho. De los que vamos al centro de salud, yo todavía puedo subir, pero hay gente que tiene que dar la vuelta por no sé dónde”, criticaba el hombre, que además venía de hacer patinaje sobre hielo el día anterior en las consultas externas de Txagorritxu. “Me bajé del urbano en Beato Tomás de Zumarraga y tuve que ir por los soportales porque en la acera estaba la nieve sin quitar, iba la gente por la carretera. Eso en Txagorritxu, que es donde vamos los enfermos y los viejos”, señalaba José Antonio, que más allá de la nieve, hacía ayer hincapié en el problema estructural de las rampas. “Esas escaleras siempre andan mal, siempre falla alguna, no sé qué puñetas pasa”, afirmaba.
Lo que pasa es que las rampas del cantón del Seminario, que ayer por cierto presentaban un nuevo cristal roto, tienen un serio problema de mantenimiento. Las averías son constantes, y aunque desde el equipo de gobierno se asegura que hay un nuevo sistema de seguridad y que el servicio técnico contratado está operativo veinticuatro horas por jornada, y acude a las llamadas “generalmente en el mismo día”, lo cierto es que las rampas están casi siempre paradas. Todas las Navidades se pasaron por ejemplo, sin poder echar a andar por un defectuoso de mantenimiento -hace un mes el Consistorio debía a la empresa adjudicataria casi 100.000 euros- que contrasta con el cuidado que se pone en tener presentable, por ejemplo, la fachada del palacio Europa.
Cuestión de prioridades El Consistorio va a poner 15.000 euros todos los años para tenerla lo suficientemente verde, y ahora además va a gastar otros 17.000 en realizar nuevas plantaciones y dejarla así más tupida, un gasto más que empieza a hacer del sistema de eficiencia energética del edificio un sistema de deficiencia económica para la ciudad, al menos en opinión de los grupos de EH Bildu y PNV. Según la edil de Espacio Público, Leticia Comerón, la adjudicataria del mantenimiento de la fachada, Urbaser, va a plantar tres variedades de narcisos y una de jacintos azulados para dar más colorido al jardín colgante vitoriano.
En relación al problema de las rampas, ayer el PNV expresó su preocupación. El edil jeltzale Álvaro Iturritxa ponía de manifiesto “la descoordinación que existe a la hora de garantizar el correcto mantenimiento de las rampas”, ya que “en un cantón funcionan con normalidad y en otro, a pocos metros, llevan más de una semana paralizadas por la nieve, cuando es la misma empresa la que supervisa su buen estado”. Iturritxa abogó por “unificar contratos y afinar las exigencias a la empresa”, con el fin de “poder dar un servicio eficaz a las personas mayores que acuden al centro de salud”.
Fue el PSE el que, el pasado martes, denunció por primera vez el estado de las rampas. La edil socialista Maite Berrocal tachó de “inaceptable” que el equipo de gobierno “se haya desentendido desde un principio del estado de estas rampas, que presentan muchos problemas y se paran cada dos por tres”. Sin embargo, apuntó, “lo más grave es lo que está pasando con la nevada; es intolerable que un montón de personas mayores deban ir al centro de salud jugándose la vida porque las rampas no funcionan y las escaleras están con hielo y nieve”, censuró.
1,5
Millones costó la instalación de las rampas mecánicas del cantón del Seminario, una obra que financió el Gobierno Vasco y que se inauguró hace ahora un año.
1.468
Metros cuadrados del cantón del Seminario se reformaron para instalar las rampas que unen la plazuela de la Fuente de los Patos y la calle Correría.
0,4
Millones costó poblar la fachada del palacio Europa, en la que se instalaron más de 65.000 plantas sobre una superficie de casi mil metros cuadrados.
15
Mil euros mensuales costará mantener la fachada del Europa cada año, al margen de una primera inversión de 17.000 euros que se llevará a cabo en los próximos cinco meses para, además de ejecutar el mantenimiento de la estructura, plantar nuevas especies florales.