cuando este pasado jueves comenzó a circular por WhatsApp un mensaje viral que alertaba sobre una nevada “histórica” para el fin de semana en Álava, advirtiendo incluso de que “se va a parar todo” o de la necesidad de “hacer compra gorda” por lo que pueda suceder, muchos alaveses optaron por tomarse el anuncio con cautela, aunque sin duda con curiosidad. El invierno, para lo que acostumbra Gasteiz y la zona rural del territorio, está siendo bastante liviano hasta la fecha, por lo que a nadie le sorprende que la nieve aparezca con fuerza entre hoy y mañana, pero al mismo tiempo al ciudadano de a pie le cuesta creer que eso vaya a desembocar en un escenario apocalíptico como el dibujado. Y eso que el propio diputado general de Álava, Javier de Andrés, aseguró poco después de propagarse ese mensaje por la popular red social que “va a ser difícil hacer frente a las nevadas”, un anuncio que poco después tuvo que matizar la Agencia vasca de Meteorología (Euskalmet).
A pie de calle, los gasteiztarras se han tomado la alerta naranja por nevadas que ha decretado esta entidad de cara al fin de semana sin alarmismo, con incredulidad en algunos casos, convencidos de que los medios para hacer frente al temporal que se avecina serán suficientes. Según detalló De Andrés, Álava se blindará de aquí a la madrugada del lunes con 232 efectivos humanos y más de 100 vehículos quitanieves para hacer frente a las consecuencias de la climatología, una artillería a priori suficiente... dejando al margen las inundaciones que ya ayer comenzaron a producirse. De hecho, a medida que avanzó la jornada la preocupación de las instituciones locales y provinciales dio un giro de timón importante hasta situar como absoluta prioridad los problemas derivados de las intensas lluvias caídas desde la madrugada en detrimento de la nieve.
La experiencia en esta materia es un grado, y eso que han pasado ya bastantes años desde la última situación verdadera de colapso que vivió la capital alavesa debido al blanco elemento. Corría el mes de enero de 2005, un episodio que recuerda bien la gasteiztarra Alexandra Ruiz de Azua y buena parte de sus convecinos. “Me acuerdo de que me llegaba la nieve hasta las rodillas, pero fui al cole. Así que ahora no he hecho ni compra grande ni nada de nada”, rememora mientras apura un café en la céntrica plaza Nueva.
¿una cortina de nieve? Esta joven, que reconoce que prefiere disfrutar de la nieve desde casa, asegura que por lo general no se cree al pie de la letra las previsiones meteorológicas, porque “muchas veces no aciertan”. Además, alberga también dudas razonables sobre alertas como la propagada anteayer por WhatsApp. “No sé cuál es el objetivo... ¿que se consuma más? Supongo que en parte será eso... ¿Por qué alarman a la gente? Al final ha nevado toda la vida. Somos marionetas para todo...”, afirma con cierta resignación. Algún tuitero incluso se aventuró ayer a relacionar la alarma que se está creando por el temporal con la polémica concesión del contrato de basuras a FCC... Una cortina de nieve, en este caso.
Otros vecinos de la ciudad no dudan en equiparar, aunque siempre con cautela, la alerta generada por las nevadas que vienen con la situación vivida esta misma semana en Estados Unidos, donde finalmente no se ha producido el colapso que muchos vaticinaban. “Puede pasar como en Nueva York, que iba a ser la leche pero al final se ha quedado en natillas”, advierte, por ejemplo, José Ignacio Sáenz de Viñaspre, orgulloso socio número uno del Aurrera de Vitoria.
La veteranía que alberga este vitoriano en la mochila le ha hecho vivir ya situaciones muy comprometidas debido a la nieve, aunque también reconoce que aquellas precipitaciones históricas “ya se acabaron”. “Cuando yo era pequeño había unas capas de hielo enormes y las nevadas eran de 30 ó 40 centímetros. Habrá que ver, aunque sí es verdad que últimamente las previsiones están acertando mucho”, reconoce. Para evitar males mayores, Sáenz de Viñaspre se acercó anteayer a una finca con animales que posee en el pequeño pueblo de Basquiñuelas -cerca de Salinas de Añana-, sobre todo gallinas y conejos, donde dejó comida “para un mes” y recogió también toda la producción.
Bastante más escéptico se muestra por ejemplo Ander Preciado, también vecino de Gasteiz, que es uno de los que piensan que las previsiones meteorológicas “no afinan demasiado”, lo que hace que tampoco se las crea a pies juntillas. “Íbamos a quedar el domingo para ir a ver a un amigo que ha tenido una niña y si no vamos creo que no va a ser por el tiempo”, advierte sonriente. Aunque convencido de que a partir de esta tarde nevará, como todas las previsiones avanzan, Preciado cree que “será lo de siempre”, una nevada a tener en cuenta pero que ni de lejos dejará situaciones como las previstas por ese viral. Un episodio que, como él, muchos vecinos aguardan además con ganas. “Llevamos años sin una buena nevada, así que parece que hace ilusión”, reconoce este joven.
A medias entre la credulidad y el escepticismo se encuentra por su parte José Antonio Alves, que comenzó a vender cupones para la ONCE hace seis meses y que, según reconoce, tiene más “miedo” al frío que a la nieve. “Últimamente sí que aciertan las previsiones, pero esta vez lo han puesto muy mal... No creo que vaya a colapsarse”, aventura Alves.
Este gasteiztarra echa la vista atrás y rememora grandes nevadas pasadas como las que vivió cuando, a principios de los años 80, trabajaba en Altube y residía en Izarra. “Allí sí que caían buenas. Tengo fotos de cuando era niño y la nieve le llegaba a mi padre por el pecho”, recuerda. Aunque “saturado” de nieve, no esconde también cierta ilusión por volver a pisarla en las próximas horas por las calles de la ciudad. Sólo el tiempo determinará en qué cantidad.
Por su parte, la Diputación de Álava ha suspendido las actividades de Deporte Escolar desde la mañana de hoy sábado, ante las últimas previsiones meteorológicas. Hasta las cinco de la tarde, sólo se celebrarán las actividades que se desarrollen en instalaciones cerradas.