gasteiz - En dos meses, Vitoria va a estrenar una nueva y moderna estación de autobuses, más cómodo y confortable, con andenes para los vehículos y equipada para dar un servicio de calidad a los usuarios. Atrás va a quedar el viejo e incómodo apeadero de Los Herrán, sin sitio para aparcar los vehículos e inaccesible para las personas con problemas de movilidad como el propio Ararteko reflejó en un informe de 2011. La obra de Euskaltzaindia está prácticamente terminada, pero faltan flecos por atar y fallos en la infraestructura por corregir en materia de accesibilidad que a finales del año pasado detectó el Consejo municipal de Accesibilidad en una visita al edificio de Lakua. Un listado de incumplimientos a su entender “graves” que enviaron al Ayuntamiento y éste a Ensanche 21, la sociedad que gestiona la puesta en marcha de la estación, para que tomara cartas en el asunto. Las asociaciones que representan a personas con discapacidad o falta de movilidad están, sin embargo, preocupadas. “Si la estación sigue tal cual como la vimos...; hablamos de una obra nueva y que a día de hoy no cumpla en su totalidad la Ley de Accesibilidad...”, lamenta Kaiet Estrada, de la asociación de enfermos de esclerosis múltiple. “Son las instituciones las que tienen que velar por el cumplimiento de las leyes, las asociaciones no somos los guardianes”, señala. Tampoco tranquiliza demasiado a este colectivo que sea Ensanche 21 quien se haga cargo del tema después de su “mala” experiencia en Salburua y Zabalgana con el rebaje de los bordillos de las aceras.
Sin ni siquiera entrar al edificio de la nueva estación ya detectaron deficiencias de accesibilidad en los carriles-bici no señalizados para invidentes entre la rotonda de América Latina y el Gobierno Vasco, jardineras, columnas inclinadas y mobiliario que estorba e interfiere en su avance hacia el vestíbulo, cables “peligrosos”, semáforos sin señal auditiva y puertas acristaladas sin bandas horizontales que eviten que alguien se empotre contra ellas.
Una vez dentro, hay extintores y cajas de mangueras colocados a una altura a la que “una persona en silla de ruedas no puede acceder”, pulsadores de baño difíciles de accionar, puertas de emergencia sin palanca antipánico a dos alturas y escaleras con barandillas solo a un lado en todas las plantas del edificio, detalla el informe. Todo ello sin mencionar pasillos estrechos, enchufes, tomas y pulsadores a una altura incorrecta y parte de los mostradores de atención al público a los que no llega un viajero en silla de ruedas. Para llegar a los baños del garaje es preciso realizar mil giros y maniobras y para entrar a los de mujeres de la planta baja es necesario sortear obstáculos. Igualmente, los colectivos que habitualmente participan en el Consejo de Accesibilidad detectaron en su visita deficiencias en las taquillas de venta de billetes de la entrada de la estación. Y ya de nuevo en la calle comprobaron que la franja guía que sale desde la parada del urbano deja a los invidentes en tierra de nadie en lugar de guiarles hasta la puerta de entrada a las estación de autobuses.
La visita. A finales del pasado año, los colectivos que integran el Consejo municipal de Accesibilidad realizaron una visita a la futura estación de autobuses para comprobar el acondicionamiento del edificio para personas con discapacidad o problemas de movilidad. A continuación enviaron un informe al Ayuntamiento con los fallos detectados en su recorrido, para que se subsanen ya, antes de la apertura y entrada en funcionamiento de la terminal, prevista por el Ayuntamiento para el 16 de marzo.