gasteiz - El invierno al fin ha sacado su arsenal. Un repertorio de frío, nieve y viento algo despiadado en los puertos y las áreas tormentosas de Álava, moderado en el este y contenido, pero igualmente presente, desde la capital para abajo. Lo que toca por estas fechas, aunque llevemos demasiado tiempo mal acostumbrados. Ayer, media provincia se levantó de la cama blanca y la otra media helada. Y las dos continuaron soportando los embites propios de enero a lo largo de la jornada. Desde primera hora, las previsiones vaticinaban copos de ida y vuelta en las zonas situadas entre 400 y 600 metros sobre el nivel del mar, así como termómetros con la bufanda especialmente prieta por la mañana y a partir de la tarde. Y no se equivocaron. Los anuncios de las distintas agencias se cumplieron a rajatabla y permitieron a las instituciones seguir cumpliendo con sus obligaciones sin demasiado esfuerzo, echando mano de los dispositivos activados desde el viernes. Medios humanos y materiales que garantizaron una circulación segura por la mayoría de las carreteras del territorio.

Las únicas zonas de la red viaria alavesa donde se hizo necesario el uso de cadenas fueron los puertos de Vitoria, Herrera, Bernedo, Opakua, Kruzeta y Orduña, junto con el tramo de la A-2128 entre Kontrasta y Santa Cruz. La nieve caída a lo largo de la noche hizo que los puntos más altos del territorio amanecieran casi impracticables. Durante toda la mañana, los conductores de turismos tuvieron que proteger las ruedas y los de los camiones se vieron obligados, directamente, a darse la vuelta. El tráfico pesado continuó vetado a lo largo del día en estas zonas, síntoma inequívoco de una climatología adversa que también fue la causante de un accidente en la A-1, a la altura del polígono industrial de Jundiz. Sucedió a las 5.45 horas, al colisionar un furgón y un turismo. No hubo heridos, pero el siniestro provocó retenciones en dirección a Jundiz durante gran parte de la mañana, tiempo durante el que una grúa estuvo trabajando para retirar el vehículo más grande, que se había quedado en medio de la vía obstaculizándola.

La precaución fue clave ayer en la carretera; por la nieve, pero también por el hielo. El termómetro marcó temperaturas más bajas que el domingo, con máximas que no superaron los cuatro grados en prácticamente ningún lugar de Álava y mínimas que se quedaron por debajo del cero. Donde no nevó estuvo lloviendo. Si salió el sol fue despistadamente, durante las horas del vermú, poco rato. Y, de cara a la noche, en algunos puntos donde había llovido también comenzó a nevar. Para entonces hacía más frío y el cielo estaba lo suficientemente cubierto como para escupir copos.

Hoy por la mañana, cuando lean estas líneas, es muy probable que al levantar la persiana se hayan encontrado con un cuadro más o menos blanco. Las previsiones de las distintas agencias de meteorología hablaban de nieve por la noche tanto en las zonas típicamente borrascosas como en otras más cálidas. Para el resto de la jornada se espera que el cielo siga espolvoreando blanco en el área de Agurain e incluso en Gasteiz, y que riegue con agua el resto del territorio. También hará frío, tanto como el día anterior o puede que un poco más. Se espera que las temperaturas máximas vuelvan a situarse en torno a los cuatro grados y que las mínimas caigan hasta los menos tres.

En principio, el dispositivo de vialidad invernal de la Diputación alavesa se mantendrá activo en periodo de emergencia, con sus 36 medios humanos y sus 13 quitanieves preparados para resolver las contingencias que se deriven de la borrasca en las carreteras. También sigue preparado para la acción el equipo que el Ayuntamiento de Vitoria anunció el viernes de la semana pasada, cuando las predicciones climatológicas anunciaron la posible llegada de la nieve a la capital. Lo componen 19 vehículos para trabajar en el término municipal: once tractores para la zona rural, con cuchilla y esparcidor de sal; cuatro vehículos propios, tres con cuchilla y esparcidor de sal y uno con cuchilla y esparcidor de salmuera; y cuatro externos, dos de cada tipo. Además, en caso de que la cosa empezara a pintar francamente mal, hay 228 personas y diez máquinas listas para saltar a las aceras y facilitar los accesos a los centros educativos y a los hospitales.

De momento no ha hecho falta recurrir a semejante despliegue de medios en la capital, pero quién sabe si hoy o a partir de hoy será preciso. Por ahora el tiempo no ha sido tan cruel como la mayoría de agencias de meteorología vaticinaba, pero eso no significa que las previsiones que se manejan en este momento sigan siendo excesivamente tremendistas. Según las interpretaciones de la información que transmiten los satélites, parece que el invierno se ha gustado lo suficiente como para mantener su amenaza de frío y nieve durante unos días más. La cota seguirá en torno a los 600 metros a lo largo del día y podría bajar aún más por la noche, así que es probable que se vean copos en Vitoria y prácticamente seguro que caigan en el este del territorio, así como en las zonas típicas de tormenta y en los distintos puertos. Las temperaturas, además, continuarán igual de intransigentes, con máximas de cuatro grados en buena parte de la provincia y mínimas que, en esas zonas donde se prevé blanco, se situarán sin duda por debajo del cero.

Las predicciones a más de dos días son poco fiables, sobre todo en época invernal. No obstante, parece que para el jueves la borrasca de nieve habrá pasado para dar el testigo a abundantes lluvias. El mercurio subirá ligeramente, con máximas que en la capital serán de en torno a cinco grados y mínimas de uno. Y ya de cara al fin de semana puede que se pueda volver a ver algo de azul en el cielo.