vitoria - La oscuridad se torna mágica, cálida, acogedora, al abrigo de una diminuta llama. En Vitoria, esa sensación regresa en vísperas de Navidad, con la Noche de las Velas. Un momento que miles de gasteiztarras disfrutan con devoción, incitados por esas emociones profundas y contradictorias que tan habitualmente generan las fiestas y que la lumbre alimenta. Un momento que ya está, un año más, aquí. Hoy, a las siete de la tarde, 15.000 cirios y 300 antorchas iluminarán el corazón de la ciudad hasta desgastarse.

Organizado por Gasteiz On, la principal asociación de comerciantes de Vitoria, la Noche de las Velas envolverá durante un rato irrepetible las plazas del Matxete, Virgen Blanca y Santo Domingo, las calles Zapatería, Correría, Herrería, Siervas de Jesús, Diputación, Cuchillería, Pintorería, Nueva Fuera, Portal del Rey y San Francisco, y edificios emblemáticos del Casco Viejo, referentes en ambas laderas de la colina, como la Catedral de Santa María, el palacio de Villasuso, el Museo de los Faroles, el Museo de Arqueología, El Portalón, la Torre de Doña Otxanda y la muralla medieval.

parking gratuito Otra iniciativa impulsada por Gasteiz On que regresa este año, gracias al respaldo del Ayuntamiento de Vitoria, es el aparcamiento gratuito en el Iradier Arena. Un servicio que arranca mañana y seguirá los días 22, 23 y 24 de diciembre, y el 2, 3 y 5 de enero, de diez de la mañana a diez de la noche. El colectivo planteó esta posibilidad para facilitar las compras de los gasteiztarras y su aproximación al centro de la ciudad aprovechando un estacionamiento que desde su construcción ha estado infrautilizado.

El Consistorio dio el visto bueno en la pasada Navidad a la propuesta de Gasteiz On y, dada la respuesta ciudadana, ha accedido a repetir la experiencia piloto ampliando las jornadas de puertas abiertas de cuatro a siete. Una oportunidad única para beneficiarse, sin sacar la cartera, de las 300 plazas en rotación que ofrece esta infraestructura, ubicada en los bajos del recinto multiusos, en la plaza del Renacimiento, al final de la calle Manuel Iradier. - J.S.