no son bomberos ni modelos de escultural belleza, aunque ésa la llevan y en abundancia en su interior, pero sí personas que, pese a sus muchas limitaciones o tal vez por ellas, se enfrentan a diario a la vida con una sonrisa en el rostro y un afán de superación del que todos deberíamos tomar buena nota, antes de ahogarnos en un vaso de agua. Hablamos de los chicos y chicas, mujeres y hombres, que integran el club de tiempo libre Gazte Alaiak de Amurrio, perteneciente a la asociación de personas con discapacidad intelectual Apdema. Y es que no se les ha ocurrido otra cosa que lanzar un calendario, con el que mostrar al mundo quiénes son, cómo son, y que son capaces de hacer cualquier cosa que se propongan. Y, de paso, recaudar algo de dinero que irá íntegramente destinado a actividades y mejoras de su sede, sita en la calle Landaburu.

“Se nos ocurrió de broma, cuando estábamos haciendo los disfraces de Carnaval. A nosotros sólo nos hace falta que alguien nos diga ¿a qué no te atreves?, para que lo hagamos”, recuerda José Antonio Mendibil que, junto a María Ángeles Pereira, protagoniza el mes de septiembre, haciendo las veces de mecánicos en un taller local. De hecho, este ilusionante y ya exitoso proyecto -en sólo una semana ya se han vendido más de 400 ejemplares, superando la tirada inicial de 300- ha podido salir adelante gracias a la inestimable colaboración de los comerciantes del municipio, de ahí que en su portada luzca la frase Gazte Alaiak y el Pequeño Comercio: Para ti, para mí, para todos. “Como no teníamos dinero para llevarlo a cabo y después de darle muchas vueltas, decidimos recurrir a los que siempre nos apoyan, los pequeños comercios del pueblo. Hicimos una lista y empezamos a comentárselo e inmediatamente nos fueron dando su apoyo”, explica Edurne Abasolo, coordinadora de Gazte Alaiak.

Lo que no se esperaban es que la respuesta les iba a desbordar, teniendo en cuenta que el planteamiento no sólo pasaba por ceder el negocio para que estos valientes modelos posaran para las fotografías, sino también por hacer una aportación económica para cubrir los gastos de edición del almanaque. “Ya les debemos dinero, aunque saben que les vamos a pagar cuando podamos, y aun y todo siempre están ahí echándonos una mano. Una pena que el año sólo tenga doce meses, porque ha habido muchos comercios que nos han llamado queriendo participar, y desde aquí les traslado tanto nuestro infinito agradecimiento como nuestras disculpas”, asegura Abasolo.

Así es como, a los ya citados protagonistas de septiembre, se les unió Antonia Carrasco en enero ejerciendo de oficinista; Julio Villaverde y Encarna Gallardo posando al frente de una ferretería, en febrero; Pili Iturrate y Lorena Gómez atendiendo una carnicería, en marzo; María Ángeles García anotando los pedidos en un bar en abril; Cristina Corcuera y Azucena de Dios emulando a diligentes administrativas en mayo; Rocío Hernández y Pilar Fernández en la cochera de una empresa de autobuses en junio; Rosa Mari Martín y Ester García ejerciendo como fruteras en julio; Consuelo López trabajando de panadera en agosto; Borja Campos y Margarita García de electricistas en octubre; Mari Mar Tamallo atendiendo un estanco en noviembre; y Nuria Berezo y Conchi Jauregui en una tienda de lanas en diciembre.

“Sólo salen 20, aunque somos muchos más. Hemos tenido que superar muchas trabas burocráticas, en cuanto a permisos para que puedan aparecer, y han sido muchas horas de trabajo desde el pasado mes de mayo, pero ya está todo superado. Ha sido una experiencia increíble, como todo lo que hacemos con ellos”, asegura Abasolo. De ello también da fe Mendibil. “Ha sido súper divertido, pese a las horas posando como modelo, y de verdad que muchas gracias a los vecinos que nos han comprado el calendario, aunque no se han dado cuenta de que nos van a tener en las paredes de casa los 365 días del año”, bromea.

un fotógrafo de la familia Antonia Carrasco, en cambio, se acordó de dar las gracias tanto a los monitores -“fue idea del voluntariado, que son muchos, y siempre nos están picando con sus locas y grandes ideas para que nos superemos, y todo lo que nos proponen va adelante y siempre con muchas ganas”- como al fotógrafo, José Miguel Llano, que ha hecho posible que este sueño sea ya una realidad. “Txemi ya es de nuestra gran familia, me hizo miles de fotos, aunque al final he salido con el teléfono de secretaria y estoy muy orgullosa del resultado. Con todo, las que más me gustan son las que salimos todo el grupo con los monitores”, explica.

Y es que si a alguien quiere dar las gracias Gazte Alaiak es a la solidaridad de este profesional amurrioarra, que ha prestado de manera altruista su conocimiento, tiempo e interés para sacar adelante este impecable trabajo que, en un principio, se iba a hacer de forma casera. “Tardé medio segundo en decidirme. Era un reto en lo profesional y en lo personal y ahora que ya está terminado puedo decir que ha sido una de las experiencias más bonitas de mi vida. Confieso que repasando las fotos en casa hasta he llorado. Ha sido algo muy gratificante y no lo voy a olvidar nunca”, afirmó con rotundidad.

En las doce intensas sesiones fotográficas realizadas, algunas de ellas de más de una hora de duración, Llano pudo sentir “el entusiasmo, las ganas, el cariño, la tremenda ilusión y cercanía de estos chicos y chicas y sus ganas de aportar lo mejor de ellos mismos”, pese a que el reto no era nada sencillo “porque lo que más me interesaba era reflejarles tal y como son, con su espontaneidad y simpatía, y no se ha perdido en ningún caso”, subraya. Edurne, Eugenio, Fernando, Paula y Estíbaliz, por citar a alguno de los muchos monitores voluntarios que dan su tiempo a Gazte Alaiak, saben muy bien de lo que habla Llano. “Txemi nunca había trabajado con este tipo de gente, todo lo que se hace con ellos resulta simple y llanamente genial, y ahora ya es uno más del club, le adoran”, sentencian.

Las personas que aún no tengan este calendario lo pueden adquirir en los 12 comercios colaboradores, en el centro de Gazte Alaiak, y en el mercado de los viernes de la plaza San Antón de Amurrio, al precio de ocho euros. En breve saldrá de imprenta el ejemplar número 500 de este almanaque de la superación.