bien parapetados bajo sus chubasqueros y paraguas en mano, aunque con muchas ganas de pasarlo bien, los antiguos componenetes del grupo infantil de dantzas Gaztetxu conmemoraron ayer en Gasteiz el 50 aniversario de su creación durante una emotiva jornada de actividades. Nada menos que cinco décadas han pasado desde que José María López de Elorriaga pusiera las bases de esta rompedora iniciativa en pleno franquismo, un grupo que tuvo una gran trascendencia en el desarrollo de la danza en la ciudad, por aquel entonces “dormida” según dijo en su día el propio impulsor de Gaztetxu.
El grupo vivió momentos de esplendor hasta los años 70, cuando sus integrantes comenzaron a hacerse mayores y a crear nuevas agrupaciones. De sus componentes, cuando crecieron, siguieron naciendo grupos como Etorki o Ireltzu y, años más tarde, antiguos miembros de Gaztetxu crearon el taller de danza de Manuel Iradier, que cosechó grandes éxitos en el extranjero. Motivos de sobra para comprender la importancia histórica de Gaztetxu en el desarrollo y el empuje local de esta expresión del folklore vasco.
La cita de ayer arrancó a primera hora de la mañana con un homenaje a los miembros del grupo que ya no están en la ermita de San Vitor de Gauna, al que siguió un reparador almuerzo.
Posteriormente, ya en Gasteiz, los asistentes celebraron un triki-poteo por el centro y el Casco Viejo de la ciudad y se juntaron para comer en el Alkartetxe. Ya por la tarde llegó el otro gran plato fuerte de la jornada, una actuación conjunta en la plaza Nueva que tuvo que pelear contra la incesante lluvia que ayer descargó sobre Gasteiz. Dantzando bajo la lluvia.