artziniega - Se lo estaban pidiendo de forma reiterada sus visitantes y ya es una realidad. Hablamos del libro Belenes del mundo que el museo Santxotena de Artziniega se ha decidido a editar, de cara a plasmar en papel lo que desde hace ya 16 años intentan transmitir con su exposición de misterios: una Navidad universal desde una mirada más etnográfica, entendida como expresión de creatividad y de transmisión de la multiplicidad cultural del planeta. “No está toda la colección, que ya asciende a 1.473 belenes (249 más que en 2013), porque necesitaríamos varios volúmenes y sólo disponíamos de 52 páginas, pero sí hemos reflejado la filosofía de la muestra, con los ejemplos más destacados de sus diversas secciones, a través de 150 fotografías y textos”, explican Teresa Lafragua y Xabier Santxotena, propietarios de esta original colección que desde hoy hasta el 31 de enero permitirá al visitante dar la vuelta al mundo en belén.

El stand estrella de este año está dedicado a México. “Fuimos a visitar a la familia que tenemos allí y, de paso, hicimos un recorrido turístico para traernos su gran diversidad cultural en belenes”, apunta Lafragua. De sus palabras dan fe las piezas en maíz, colorista cerámica, cáscaras de pistacho, cuerda, cuero, madera, textil y hasta hojalata que conforman la sección mexicana, aunque la más especial es, sin duda, un belén de barro en el que José y María son sirenas de mar. “En mi escultura trabajo mucho la mitología y tengo especial predilección por las lamias, y esta pieza me chocó, es una verdadera joya que encontramos en Achompa, un pueblecito de Guajaca”, matiza Santxotena. Sin embargo, su esposa se inclina más por un preciosista árbol de la vida. “Tengo fijación por conseguir un belén en este árbol, lo encontré en México DF, pero no me entraba en la maleta”, subraya.

Lo que sí han conseguido es seguir ampliando su sección de países con un impresionante belén provenzal (sur de Francia), un más que detallista montaje napolitano y singulares belenes de Micronesia, por citar algunos. En uno de estos últimos, “el portal es una de sus típicas chozas-vivienda realizadas en corteza de árbol con la técnica denominada tapa, y los reyes llevan colgantes de diente de tiburón”, enumera Lafragua. Con todo, ellos siguen apostando por la sección de autonomías del Estado. “Es nuestra pasión, mostrar en cada montaje las características culturales de cada región, de modo que los visitantes se vean representados y que ellos mismos nos expliquen sus tradiciones y folklore”, apuntan. Así, a los ya conocidos belén euskaldun, valenciano, segoviano, andaluz, gallego, mallorquín y canario, así como de Asturias, Aragón, La Rioja, Valladolid, Cataluña y Salamanca se les ha unido este año otro de lagarterana bordado por una artesana toledana, así como un detallista belén de Covarrubias, en el que los Reyes Magos reflejan los principales oficios artesanos de la localidad burgalesa, como el de curtidor y vinatero. “Suelo pintar yo al óleo las espaldas de cada montaje, pero en este caso son casas medievales de la Alberca realizadas por los también creadores de las piezas y ceramistas de Covarrubias”, matiza Teresa.

Guiño local En la muestra de este año tampoco falta el guiño local y, por consiguiente, el más emotivo. Y es que al belén tradicional con piezas móviles, y cinco metros de largo, que estrenaron el pasado año en homenaje a Artziniega, se le han sumado dos piezas que, sin duda, no pasarán desapercibidas en el municipio. Se trata de un San José entregándole el niño a una Virgen María, que emulan en detalle la escena del retablo del santuario de La Encina en la que el canciller de Ayala entrega elementos de construcción a una beata, para que edifique una casa anexa al templo. “Son exclusivas, plasman a la perfección hasta los ropajes de finales del siglo XVI y nos las ha creado el ceramista de Pamplona Ignacio Fernández Chocarro. Ahora sólo nos falta crear la torre de Mendieta para acompañarles, pero ya lo dejaremos para el año que viene”, bromean. En definitiva, miles de piezas que, bajo el denominador común de una Navidad universal, manifiestan la inquietud del ser humano en cualquier rincón del mundo por la creación artística, plasmada en un conjunto etnográfico curioso. Pero lo mejor es visitarlas y hay tiempo hasta el 31 de enero, de jueves a domingo.