Superar la barrera de los 50 años y ser mujer no es tarea sencilla en un mundo para el que, nos guste o no, y pese a los muchos avances en materia de igualdad de género, se hacen socialmente invisibles. Sin embargo, se trata de una edad llena de posibilidades personales en la que el colectivo femenino tiene mucho que aportar. A ello se dedicaron con ahínco ayer, en la casa de cultura de Llodio, el largo centenar de mujeres de todos los rincones de la provincia que se acercaron a celebrar el XVI encuentro de féminas del medio rural de Álava, guiadas por los sabios consejos de la doctora en Psicología y especialista en envejecimiento y género, Anna Freixas.

La también profesora jubilada de la Universidad de Córdoba y autora del libro Tan frescas, las nuevas mujeres mayores en el siglo XXI, les recordó que “somos las hijas del rock and roll y del feminismo, que hoy tenemos sesenta, setenta y ochenta años. Hemos roto muchos moldes, somos independientes, activas y exigentes, y los estereotipos de la vieja modosita no nos sirven”. La afirmación trajo consigo, además de infinidad de sonrisas de complicidad, una pregunta obvia: “Entonces ¿qué podemos hacer?”. La respuesta: reinventar la ancianidad. “Dar sentido a nuestra vida y tomarnos en serio. Envejecer de forma activa, pero sin alienarnos de nuevo. Ser egoístas y aprender a pensar más en nosotras. Dejar de regalar nuestro tiempo y no estar siempre disponibles para los demás. Atrevernos a ser diferentes, y no censurar a quien osa serlo; y hacerlo todo con mucho humor, que discutir es fatal para el cutis. En definitiva, ser viejas excéntricas, divertidas y frescas, y todo lo que nos aleje de ese objetivo dejarlo de lado. Todas deberíamos tener un letrero enorme a pie de la cama que diga No se lo hagas, para dejar de crear inútiles funcionales. Solo así lograremos crear un modelo de vejez a seguir con orgullo por las generaciones posteriores”, señaló Freixas.

Tras la intervención, se crearon grupos de trabajo en los que las y los participantes se pusieron a analizar las fortalezas y debilidades de todas las mujeres “mayores, ancianas o simplemente viejas, que no nos conformamos con ver la edad como la mera espera de la muerte sino como la continuación de una vida de la que estamos dispuestas a aprovechar hasta la última gota”.

Así, se pusieron sobre la mesa debilidades como el edadismo o la discriminación por edad; el doble rasero de medir que tiene la sociedad para cumplir años, ya que “los hombres maduran, nosotras envejecemos”; la hostilidad social en términos de belleza; y hasta violencias que no se visibilizan como “esa especie de familiaridad con que nos tratan al llamarnos abuelas, sin ser nuestros nietos etc. Por lo que respecta a fortalezas se habló de la capacidad de asociacionismo de las mujeres, de su siempre disponibilidad a aprender, su fuerza y resistencia para saber sobreponerse a cualquiera de los mil y un batacazos que te da la vida etc.

Este decimosexto encuentro de la Red de Mujeres del Medio Rural de Álava ha llevado por título Los saberes de las mujeres, en línea con el trabajo que la red viene realizando desde hace un año para visibilizar y reconocer la sabiduría de las féminas del medio rural de toda la provincia.