fue un boom comercial que pilló a muchos por sorpresa. De repente, vapear era el nuevo fumar, y Vitoria no era ajena a la moda del cigarrillo electrónico. La capital alavesa llegó a contar con al menos ocho establecimientos especializados en la venta de este producto -el primero abrió sus puertas en mayo de 2013-. Pero hoy en día sólo sobreviven dos. Seis se han quedado por el camino en menos de año y medio, aunque el e-cigarrillo se vende también en otro tipo de tiendas como estancos o incluso bazares chinos. Lo sucedido por estos lares no difiere mucho del ascenso y caída de este producto en el resto del Estado. Según datos de la Asociación Nacional del Cigarrillo Electrónico, de los 3.000 locales especializados que se abrieron en 2013, el 95% ha cerrado definitivamente. Ha habido canciones del verano con más recorrido.
Encontrar explicación a tan vertiginoso descenso es complicado, sobre todo por la inusitada rapidez con la que se ha desarrollado. No obstante, en Vitoria los responsables de las pocas tiendas que quedan en pie luchando por su supervivencia lo tienen bien claro. Su negocio es muy molesto para grupos de presión muy poderosos. Y es que en Gasteiz las tiendas de vapear están que echan humo, nunca mejor dicho.
“Cuando en el País Vasco y en el resto del Estado se empezó a vender el cigarrillo electrónico las ventas de tabaco bajaron casi un 40%”, asegura Aitor Gutiérrez, responsable de Puff Store en Euskadi, donde fueron los primeros en abrir su tienda en Vitoria en mayo de 2013. “Estábamos supercontentos con las ventas que teníamos aquí en Vitoria, con la afluencia de gente y con cómo funcionó el boca a boca entre los vitorianos”, asevera.
de la noche a la mañana “Es cierto que se produjo un boom de aperturas, pero el mercado de gente que fuma tabaco es muy grande. Sólo hay que ver el número de estancos que hay en Vitoria, y si se hubiera permitido un crecimiento normal de nuestro sector las ocho tiendas que había aquí antes seguirían abiertas, e incluso habría más”, sostiene Gutiérrez antes de entrar a valorar los porqués de tan voraz bajada. “El Estado se empezó a preocupar porque vio cómo disminuía una fuente importante de recaudación, que son los impuestos que recogen a través de la venta de tabaco y que el año pasado llegaron a 9.800 millones. El rechazo de las farmacéuticas, que es el otro gran lobby que ha hecho mucho daño a nuestro sector, y una enorme campaña de desprestigio que generó miedo e incertidumbre en la gente hicieron el resto”, subraya el responsable de Puff Store en Euskadi. “Fue de la noche a la mañana”, recuerda por su parte Pedro Fraile, desde Smoke Quality, el otro establecimiento vitoriano que sigue en pie.
“Abrí esta tienda de la capital alavesa en agosto, y entre octubre y noviembre abrí dos en Bilbao. En febrero ya había cerrado las dos de Bilbao, así que sólo me queda ésta”, apunta Fraile, que también recuerda como si fuera ayer -en realidad apenas ha pasado poco más de un año- cuando tras la puesta en marcha de su local en pleno verano vitoriano el negocio “funcionaba muy bien”.
Pero cuando ni siquiera había tenido tiempo de disfrutar de su éxito, todo cambió. “Empezaron a salir noticias de informes médicos que desaconsejaban el uso del cigarrillo electrónico, sobre todo de neumólogos, aunque al mismo tiempo surgían también informes que decían lo contrario. Muchos médicos se pusieron en contra de este producto y todo fue a peor”, lamenta este empresario.
“Por un lado los médicos no quieren dar su apoyo públicamente al cigarrillo electrónico como método para dejar de fumar, pero en Vitoria hay doctores que nos mandan clientes a nuestra tienda porque quieren dejar el tabaco”, remarca Gutiérrez. La recta de la estadística de ventas era ya una cuesta bajo sin frenos que acabó de recibir la puntilla cuando Bruselas, el Gobierno central y el Gobierno Vasco este verano decidieron poner coto al e-cigarrillo con una legislación que equipara su consumo al del tabaco tradicional, prohibiéndolo en bares, restaurantes y lugares públicos, entre otras cosas.
negocio aniquilado La nueva ley vasca para regular este producto no ha entrado todavía en vigor -está previsto que lo haga a principios de 2015-, pero en las tiendas de la capital alavesa no creen que vaya a cambiar mucho las cosas, principalmente porque “la puntilla ya está dada”, incide Pedro Fraile. “Personalmente creo que ni siquiera se pondrá en marcha por dos motivos. Primero, porque no hay ni un solo estudio científico que justifique tomar una medida así. Y la segunda razón es que estas medidas se han tomado para aniquilar el sector del cigarrillo electrónico, y eso ya lo han conseguido”, explica Gutiérrez, que cifra en “un 60%” el descenso de facturación de su tienda de Vitoria. “Yo no te doy un porcentaje porque sería impresionante. Te puedo decir que sólo en tres meses bajé la facturación diez veces respecto a la que tenía cuando abrí la tienda”, desvelan desde Smoke Quality.
A pesar de todo, incluso con los pocos establecimientos que restan bordeando el cierre definitivo, no parece probable que el cigarrillo electrónico vaya a desaparecer de golpe y porrazo de las calles. La balanza de estudios e informes médicos sobre las ventajas e inconvenientes de su consumo o su conveniencia o no como método para dejar de fumar suma nuevos datos prácticamente cada semana, con la comunidad médica y científica peleándose por sacar algo en claro sobre el e-cigarrillo, sobre todo con sus efectos a largo plazo y en los vapeadores pasivos.
“Si se comercializara en farmacias se vendería seguro como el mejor producto del mundo para dejar de fumar”, entiende Fraile, mientras Gutiérrez tiene claro que “de aquí a un año, cuando nuestro sector haya desaparecido completamente, el mensaje empezará a cambiar y la Administración pública facilitará su uso colocándole un impuesto como al tabaco, vendiéndolo en farmacias, y entonces todo será distinto, porque será un producto suyo”.
Un año y medio. El primer establecimiento especializado en la venta de cigarrillos electrónicos abrió sus puertas en Vitoria en mayo de 2013. La capital alavesa ha llegado a contar con ocho tiendas en su mejor momento.
Bajada espectacular. Un año y medio después de la primera apertura en Gasteiz, de los ocho establecimientos especializados sólo quedan dos abiertos.
Contexto. El sector culpa a la presión de la industria del tabaco, las farmacéuticas y una campaña de desprestigio en su contra.